Día 38:
17 de Agosto del 2013.
La última vez que Edmund había hablado con Charles Parks, había sido cuando por primera vez había pisado su oficina, y algunas veces en la cena, Edmund no acostumbraba a comer con la familia, muchas veces solía comer solo en la cocina, y aunque muchos de los integrantes de la casa le decían que ya era parte de la familia, el hacia todo lo posible por marcar cierta distancia, pensaba que de alguna manera todo sería mucho más sencillo y menos peligroso.
-Vamos, pasa Edmund-Charles le invitó desde el otro lado de la habitación sacándolo de su ensoñación.
Edmund tragó por un momento saliva, y después se encaminó a sentarse en las sillas de cuero oscuro. En cuanto llegó Charles le brindó una calurosa sonrisa, y ajustó su corbata.
-¿Pasa algo?-Edmund preguntó sin poder resistir su ingenua y nerviosa curiosidad.
-Oh, no, Edmund para nada-Charles hizo un raro gesto con la mano, casi como si estuviese espantando moscas-, en realidad no. Quería hablarte de Luna.
-¿Qué pasa con ella?
Charles se mordió la parte interior de su mejilla y su mano jugueteó con el bolígrafo que había estado sostenido todo este tiempo.
-¿Cómo ha estado? Me refiero, la veo todos los días, pero... ¿Cómo va con las clases?
Edmund se pensó un rato la respuesta.
-Oh, Luna es maravillosa-dijo Edmund por su parte, Charles sonrió-. Ha llevado muy bien nuestra primera clase, quiero decir, al principio pareció sentirse mal por el hecho que ya no estudiaba en un salón de clases pero estoy tratando realmente que no sea tan tedioso.
-Eso me gusta, le serviría demasiado, a veces me pregunto si no fue un paso muy apresurado.
Todo ha sido muy apresurado, pensó Edmund y le brillaron sus ojos verdes.
-No, ha sido un muy buen paso-mintió el, mientras jugaba con sus manos por debajo de la mesa.
-Luna no lo ve así-hubo un momento de silencio y Charles abrió los ojos al darse cuenta de lo que había dicho-. Oh, Dios, a veces muy difícil recordar...
-Lo sé.
Hubo un minuto de silencio y ambos se observaron sopesando la realidad, quizá él era el tutor, pero Charles había lidiado todos aquellos días sabiendo que probablemente nunca Luna obtendría la vista de vuelta. Era su padre después de todo.
-Sé que esto es difícil para ambos, Edmund-suspiró-, pero realmente confió en ti, y creo que harás un muy buen trabajo con ella, no quiero que solo le enseñes números, restas y multiplicaciones, quiero que le enseñes más allá, creo que se han entendido perfectamente, y al parecer Luna no te ha temido.
Edmund rió y sus ojos se encogieron un poco, lanzando ligeramente su cabeza hacia atrás.
-No, igual, yo parecía ser el aterrado ante ella.
Charles le sonrió y asintió concuerdando con Edmund.
-Dime que es lo que tienes planeado-Charles exclamó aplaudiendo las palmas.
Edmund palideció. Literalmente no tenía mucho planeado, pensaba en darle algunas clases de piano, leerle sobre algunas personas más influyentes en Estados Unidos, y probablemente le hablaría de las personas que aun con discapacidades como las de Luna llegaban muy alto, tenía planeado escuchar audiolibros muy buenos que había encontrado, y probablemente le ayudaría a que se expresara dibujando o escribiendo, también le ayudaría a que su escritura no solo fuera a base de puntos.
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365 Días bajo lluvia[editando]
Historia Corta"-No te vayas-susurró ella suplicante. El viento helado alocaba su cabello negro, y el precioso sol había desaparecido, no había rastro alguno de el en LA. -Te prometo que volveré-contestó igualmente en un susurro. Sus ojos verdes amaban, los precio...