Día 29:
8 de Agosto del 2013.
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Para este día sugiero que escuchen ahora o mientras leen la cancioncita de a lado.
Leah Michele con Empty Handed. Dsifruten la lectura. Un beso Nos leemos.
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La lluvia comenzó a caer sobre los hombros de Edmund mientras que corría alrededor del terreno de la Mansión de la familia Parks. Like a Stone de Audioslave le retumbaba en sus oídos mientras que las frías gotas de lluvia golpeaban descuidadamente su cara. Se a justo su chamarra color azul marino y siguió corriendo, quería alcanzar esos treinta minutos más.
Su cabello rubio se le pegaba a la frente conforme la lluvia comenzaba a caer cada vez más fuerte. Cambio de canción por una de Ed Sheeran, Miss You así se llamaba, le agradaba tanto esa canción, haciéndole recordar mucho a Luna y extrañamente decidió abandonar los treinta minutos y regresó a la mansión corriendo lo más rápido que le permitían sus piernas y la lluvia que amenazaba con formar un diluvio.
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Luna abrazaba sus piernas aplastando ligeramente su pecho, la lluvia repiqueteaba en su ventana pidiendo permiso para entrar, pero a ella le asustaba dejarla entrar, le asustaba los malditos truenos que le sobresaltaban cada vez que los oía a pesar de que Wonderwall de Oasis se escuchaba a todo volumen. El poco calor que tenía en su cama no le bastaba para poder quedarse dormida, su cabeza vaga de un recuerdo a otro, de una canción a otra canción y de ruido a otro ruido. No podía descansar, y lo que más deseaba era poder hacerlo.
Sabía que necesitaba ayuda con ese pánico a los truenos y a la oscuridad que la estaba marcando mucho más que desde el principio.
Apago inmediatamente la grabadora, se calzó sus pantuflas, se puso un chaqueta negra como pudo y salió de su habitación avanzando por el pasillo para llegar a su único salvavidas. Edmund Wayne.
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Edmund se secó el cabello con una toalla blanca frente al espejo. Se colocó su playera favorita de los Red Hot Chili Papers, los pantalones del pijama azul, se calzó unas pantuflas y volvió a encender la radio, esperando que una buena canción le llenara los oídos. Terminó de cepillarse el cabello sin saber que la puerta de su habitación se había abierto unos minutos atrás y que una personita lo esperaba sentada en su cama. La música estaba en alto y retumbaban ligeramente las paredes, llamando la atención de todos los inquilinos de la casa.
Salió del baño tarareando para sí mismo, hasta que levanto la mirada y casi sus ojos se salían de sus orbitas. Sonrió de lado y tragó saliva.
-¿Lu? ¿Qu-qué ha-haces aquí?-pregunto tartamudeando.
-No puedo dormir-dijo en voz baja. Estaba sentada en la esquina de la cama de Edmund, acariciaba la cobija de color azul marino-. Los truenos me dan miedo, y mi oscuridad no ayuda mucho.
Edmund se acercó a ella con paso vacilante y se sentó al lado de ella. Le rodeo con un brazo sus pequeños hombros. Ella apoyo su cabeza en el hombro de él y cerró ligeramente los ojos.
-No tocaste.
-Lo siento-se disculpó la pelinegra-. Este era un S.O.S
Edmund rió, se levantó y comenzó a deshacer su cama para que ella pudiera dormir, cuando termino, la cargo ligeramente y ella sorprendida rió y lo separo ágilmente.
-¿Qué haces?
-¿Tienes sueño no es así?-ella asintió-. Si quieres, puedes dormir aquí hasta que pase la tormenta, yo dormiré en el suelo-se encogió de hombros.
-No permitiré que duermas en el suelo cuando esta es tu habitación-contradijo al tutor-. Solamente quería compañía. Pero aun así, sí me gustaría dormir.
-¿Sugieres que durmamos en la misma cama?-preguntó lentamente. Ahora fue ella la que se encogió de hombros.
Un trueno volvió a sonar y ella saltó asustada hacía los brazos de Edmund. Él le acarició los cabellos hasta que se calmara. Ella sentía ya correr las lágrimas en sus mejillas y como mojaba la playera de los Red Hot Chili Pepers.
-Solo hasta que pase la tormenta-susurró-. Por favor.
Se mantuvieron un momento más abrazados, hasta que ella había empezado a perder la fuerza en las piernas debido al cansancio y a que comenzaba a quedarse dormida. Edmund tomó sus piernas y la dejo delicadamente sobre su cama. Observó cómo sus parpados aun ligeramente maquillados de color azul se veían preciosos, su cabello ondulado se esparcía por toda la almohada de Edmund, y su piel pálida parecía de porcelana con la poca luz que le daba el farol de fuera, y la luz de la habitación.
Edmund se quitó los zapatos, los aventó por un lado y se a cómodo en su cama. Luna se giró para no darle la espalda a Edmund y escondió su cabeza en el hueco del cuello de Edmund. Él se volvió a sorprender pero sin dudarlo un segundo le rodeo la cintura con sus brazos y la pegó a su cuerpo. Podía volver a oler el delicioso perfume de vainilla que le invadía sus fosas nasales tan solo acercarse a ella. Ella se volvió a acomodar entre sus brazos.
-Edmund.
-Luna.
-¿Me quieres?-preguntó con un bostezo. La pregunto le tomo con descuido.
Se lo pensó un rato, pero después decidió contestar.
-Te quiero.
Ella soltó una risita demasiado tierna para los oídos de Edmund.
-Creo…creo que yo igual-rió-. ¿Qué estas intentando lograr Edmund?
El silencio le volvió a invadir tal como lo había hecho su perfume de vainilla. Él la estrecho con mucha más fuerza entre sus brazos. La comenzó a mecer con descuido pensándose demasiado la pregunta.
-Estoy intentando lograr que sepas que es amar-dijo. Pero no obtuvo respuesta alguna-. ¿Lu?
Se levantó ligeramente y la encontró totalmente dormida. Su respiración era tan calmada que incluso a Edmund le agradaba oírla. Acarició su mejilla, viendo como se le hacía una sonrisa en los labios de Luna. Y beso su mejilla antes de quedarse profundamente dormido disfrutando nuevamente la sensación de sentir a Luna entre sus brazos.
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365 Días bajo lluvia[editando]
Truyện Ngắn"-No te vayas-susurró ella suplicante. El viento helado alocaba su cabello negro, y el precioso sol había desaparecido, no había rastro alguno de el en LA. -Te prometo que volveré-contestó igualmente en un susurro. Sus ojos verdes amaban, los precio...