Día 4

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Día 4:

14 de Julio del 2013.

Cerro la puerta tras el. Le encantaba salir por las mañanas después se haber dejado dormir la siesta a Genevive, no había nada más tranquilizador que dejar a su abuela durmiendo, después de haber desayunado. Bajo las escaleras de la entrada y salió por las rejas cubridas por las mismas plantas que crecían desde el piso.

Anoche había decidido tomar un tren para poder llegar a Cambridge, hablaría con el director de la escuela y explicarle la gran oportunidad que se le presentaba.

Al llegar una secretaria le dirigió por el pasillo y lo llevo a una sala de espera. Edmund se sentó en un sillón y espero. Observo un rato la decoración, después bajo la mirada a sus manos. Estaba nervioso y sus manos sudaban. Esta era una de las pocas veces que vería al director, y le tenía miedo. Una vez había venido con su madre a los diez años, una pequeña excursión a Cambridge, que le alegro todo el día, cuando lo visito, se aclaró la idea que terminaría estudiando ahí. Era la única vez que iba solo a hablar con el director Silver en persona. Le tenía cierto miedo y no solo porque de alguna manera seguía siendo una cría, si no por su aspecto duro y sin expresión alguna-además el hombre tenía una enorme cicatriz en el ojo izquierdo, ya que era militar y gracias a una jugada sucia término con esa terrible cicatriz.- pero Edmund sabía como controlar esa situación, solo esperaba que no le ganarán los nervios y comenzara a tartamudear.

Observo una vez más la puerta.

Minutos después la puerta del despacho se abrí de par en par.

Los ángeles, California.

<<Secrets>> sonaba a todo volumen desde la habitación de Luna Parks la tercera hija del matrimonio de Charles y Amy Parks. Sus ojos azules bailaban de alegría al escuchar esa canción, sentía algo que comenzaba en el estómago y subía hasta la garganta provocando que ella comenzará a cantar.

Tomo un cepillo se lo coloco en los labios y comenzó a cantar a todo pulmón dando vueltas al compás de la canción. Dio una vuelta cantando un poco más fuerte. Tenía una voz preciosa, solo que aveces desafinaba al cantar alto. Se aclaró la garganta al darse cuenta de sus notas desafinadas. Cuando iba a empezar se detuvo al escuchar unos golpes en la pared.

-¡Luna me harías un gran favor en quitar esa basura!-grito Jake al otro lado de la pared.

Luna tanteó un poco y se subió a la cama y la igual que su hermano golpeo la pared histéricamente.

-¡No es ninguna basura!-espeto Luna golpeando más fuerte la pared-. ¡Se le llama One Repúblic!

La chica bajo de su cama y se dirigió al balcón. A esa hora estaba el atardecer. Y siempre Luna salía a sentir la brisa y el calor que le proporcionaba los atardeceres. Nunca había visto un atardecer y jamás lo aria pero sabía que era hermoso gracias a las fabulosas descripciones que le hacían sus hermanos que provocaba que su mente volara hasta el infinito imaginándose montando las nubes iluminadas de un color rosa, o simplemente se imaginaba observando el atardecer tal como lo describían sus hermanos, y eso la inspiraba más para seguir adelante. Hace años le hubiera costado tanto adaptarse, y suponía que aún le costaba, una de las primeras cosas que tuvo que aprender de su discapacidad la cosa era que esa discapacidad la hacia diferente y eso la hacia sobresalir de una manera de que tuviera beneficios. Y aún buscaba esos beneficios.

Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos. Dio media vuelta y comenzó a tantear, dio un paso a la izquierda y choco contra el ventanal, se río, dio un paso a la derecha y entro a la habitación. Conocía a la perfección su habitación, al mudarse su padres le habían dado la habitación más cómoda y una con balcón, puesto que de alguna manera ellos querían que se sintiera libre, también se la describieron detalladamente. A la izquierda se encontraba su espejo y buró, a la derecha se encontraba su ropero, y un pequeño lugar donde guardaba sus zapatos ordenados por color. En medio estaba su cama, encima de esta Luna había decorado la pared con fotografías que le daban o que ella tomaba de los lugares que presentía que eran hermosos. Cruzo exitosamente la habitación y abrió la puerta.

365 Días bajo lluvia[editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora