Día 22

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Día 22:

1 de Agosto del 2013.

~1~

'-Edmund, ¿Te gustaría empezar desde el principio?-me preguntó mi terapeuta.

Desde hace un par de meses me había decidido por hablar con alguno sobre mi situación. Pero, ¿Sabía exactamente cuál era mi situación? Bien, antes que nada no me gustaba decir "situación" me sentía como algún loco que realmente necesitaba desesperadamente ayuda psicológica. Probablemente si la necesitaba, pero mi estado emocional no la demandaba tanto como yo creía.

-De acuerdo-suspiré acostándome en el diván y colocando una mano sobre mi cabeza mientras que la otra descansaba sobre mi abdomen-. La primera vez que la vi fue...fue como un déjà vu, sus ojos azules eran un mar realmente intenso...nada se podía comparar con sus ojos...

Me gustaba recordarla porque ella era una de las personas que se merecían el recuerdo. Se lo merecía porque me gustaba la manera en la que ella también me recordaba. Siendo su tutor era algo duro pero me encantaba puesto que se podía sacar jugo a cualquier situación que pasábamos, estábamos comenzando hay que admitir, pero todo lo que sentía era tan extraño que de alguna manera no confiaba mis aptitudes en psicología y necesitaba ayuda de cualquier manera.

Su cabello negro se alocaba con cada brisa que lo golpeaba, tenía tanto que aprender de ella cuando observaba cada una de sus facciones. Su ceño ligeramente fruncido y sus labios rosados y carnosos. Parecía tan frágil, tanto que no solo lo era por fuera, sabía que era muy delicada por dentro, lo sabía porque me había encargado de limpiar cada una de sus lágrimas con las que me había encontrado. Tenía que aprender de ella porque para todo tenía una sonrisa a pesar de que se estuviera muriendo por dentro, me parecía que contaba desde el cien en reversa para calmarse, me gustaba creer que era así, me gustaba creer que le podía dar vida a sus ojos de vez en cuando. Porque yo sabía que podría hacerlo.

-...Sus cambios de humor me sorprendían demasiado, muchas veces me hacían tartamudear...-reí tras el recuerdo-. A veces ella era muy feliz y a veces muy triste. Era los extremos. Era mis extremos, también me hacía cambiar de muy feliz a muy enojado aunque no siempre se lo demostraba...ella era un déjà vu...

Éramos un déjà vu.'

La cabeza de Luna reposaba sobre el hombro de Edmund mientras que el tecleaba en la computadora que se encontraba en sus piernas. La respiración pasiva de Luna lo tranquilizaba. Ella lo había obligado a que se quedara en su habitación escuchando y para el viendo Lilo & Stich puesto que era una de sus películas favoritas y de las cuales se sabía todo su dialogo de memoria. Pero él había puesto la condición de llevar su ordenador y escribir durante el curso de la película, claro que no le había dicho que escribiría, no dio detalles. Aunque para su sorpresa ella se había quedado dormida por ahí de media película, no la culpaba aquellos últimos días habían sido algo pesados.

Edmund observo cada una de sus facciones. Como su caía su cabello negro en cascada tras su espalda, sus parpados cerrados y sus delicados labios entre abiertos. Se veía realmente hermosa aun durmiendo, se veía inocente.

Unos golpes en la puerta le sacaron de su ensoñación.

-Será mejor que no le pongas ningún dedo encima, hermano-tosió Jake al observar como la miraba-. O yo me encargaré de que jamás lo vuelvas hacer-Edmund rió nervioso-. Eh, hermano, asegúrate de leerle esto a Luna cuando despierte. Fiesta. Este sábado. Ordenes de mi padre.

Jake le tendió una invitación demasiado formal. Luna quien ya estaba despierta pero con los ojos cerrados se estremeció en el sofá.

-Claro-contestó Edmund-. ¿De qué se trata?

-Cierre de negocios.

Con aquellas palabras Jake se fue dejando  Edmund con la palabra en la boca y una nota en la mano. No le gustaban las fiestas. Fuere del tema que fuesen.

‘Queridos Familiares y amigos;

Les da un cordial saludo la familia Parks esperando que se encuentren de maravilla. Con este medio de comunicación queremos invitarlos a una cena de celebración en la misma residencia Parks, será mucho de nuestro agrado verlos por aquí. Celebramos por razones muy especiales.

La cena se llevará a cabo en el salón principal, a las 9:00 pm dando-esperando que sea de su agrado- un pequeño baile aparte de la cena y con el deleite de la música clásica.

Se despide,

Charles Parks.’

-Odio esas fiestas-habló Luna alejándose de Edmund-. Soy extraña para cada uno de los amigos de mi padre, incluso para algunos de mis familiares. No soy más que una chica ciega. Soy extraña…

<<…y todo lo que siento también es extraño…>> se dijo en voz baja.

365 Días bajo lluvia[editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora