Día 19

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Día 19:

29 de Julio del 2013.

Una oleada de aire frío golpeo a Luna y Edmund en la cara. Ambos gruñeron al unisonó. Edmund pensando que había olvidado cerrar la ventana la noche anterior y que ahora se encontraba pagando las consecuencias. Mientras que Luna suponía que Edmund había vuelto a tratar de despertarla temprano, así que se propuso que no despertaría hasta las doce del día. Aunque realmente ese no era el punto. Ambos estaban muy acurrucados en los asientos traseros del convertible. Después de la velada de la madrugada ambos no se habían percatado que ni si quiera habían querido volver a casa, y mucho menos se percataron cuando ambos se quedaron dormidos, acurrucados en el asiento trasero y con las manos entrelazadas. Edmund la abrazaba por los hombros atrayéndola hacía si como si no quisiera perderla. Un aire mucho más frío e intenso los invadió provocando que Edmund se despertará antes que Luna puesto que ella también se mantenía aferrada a el como si su vida dependiera de ello.

Los ojos de Edmund se abrieron de par en par, no podía creer lo que estaba viendo, rápidamente se alejó de Luna, pero esta la volvió a atraer hacia ella, abrazándolo mucho más fuerte que hasta el no podía respirar. Así que la agito para poder despertarla. Y si que lo logró. Su cabello negro estaba enredado y sus ojos lucían precioso por la mañana.

-¡Ah!-gritó ella. No sabía de donde había salido aquel grito.

-¿Por qué has hecho eso?-le preguntó tapando de sus oídos. Había gritado justo en su oreja.

-Porque se que no estoy en mi habitación señor tutor-reclamó molesta-. ¡Dime que no has hecho lo que pienso porque si no estaré dispuesta a demandarte!

Edmund abrió los ojos como platos. No esperaba que Luna actuara así después de la velada, bueno aunque digamos que ella solo podía recordar conversaciones y lo que había sentido.

-¡¿Crees que he abusado de ti?! Santo cielo, Lu. ¿Quien te crees que soy?

-Pues hasta ahora lo sabía...-susurró-. ¿Por qué no estoy en mi habitación, Edmund?

-¿Por qué no te lo preguntas a ti misma tu has sido la que se ha quedado dormida?-le replicó molesto.

-Y yo te recuerdo que tu también te has quedado dormido, y que eres el único que puede ver y manejar...¡Así que te exigió una buena explicación de porque no estoy en mi deliciosa camita!

Ok. Era la primera discusión tutor/niñero-estudiante. No era tan mala para ser la primera vez, pero aún así la discusión no terminaría bien.

Así que Luna se levantó arreglo un poco su cabello colocándose mejor su chaqueta, después se sentó en el asiento de copiloto.

-Quiero ir a casa.

-Lo que diga la señorita-contestó Edmund y a regañadientes entro en el asiento del piloto y encendió el motor.

Salieron disparados a la gran cuidad y de vuelta a casa. Luna se encontraba de brazos cruzados y aunque la pelea no había sido tan mala, ambos se habían quedado con muy mal sabor de boca, en especial Edmund, porque jamás la había visto explotar de tal manera. Luna se sentía mal por su actitud pasada, digamos que despertarse temprano no le hacía muy bien y admitirlo le costaba, porque siempre de alguna manera trataba de dar su visto bueno a cualquier situción que se le presentará así que al levantarse temprano, sentir que no estaba en su cama y fuera de casa le alarmaba y la ponía como una fiera. Sabía que estar enojada no era su actitud, pero muy pocas veces lo hacía y se sentía bien enojarse tan solo un poquito.

Durante el camino ambos estaban demasiado molestos como para hablarse, y también tenían demasiado orgullo para pedirse un "lo siento" así logrando un silencio incómodo del cual no podían escapar. Luna tenía puestas sus gafas y de alguna manera no estaba dispuesta a dejar que Edmund le volviera a quitar las gafas. No hoy. Ella se retorció en el asiento mientras que el aún mantenía su ceño fruncido tratando de comprenderla una vez más. Quería saber el porque de su actitud, el porque del cambio de animo, quería saber lo que era lo que realmente sentía, quería saber como pedirle un "lo siento" por algo del que no estaba seguro si hacía y quería que ella lo dejará escabar dentro de ella para saber lo que realmente era.

365 Días bajo lluvia[editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora