C.13

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Tae estaba viendo la televisión, se sentía aburrido, hace dos semanas que había llegado aquella casa grande y no había ningún rastro de Kim Namjoon, lo único que recibió fue la noticia que el mayor andaba fuera del país trabajando. Sí, se imaginó que andaba haciendo, el tipo era narcotraficante. Se sentía molesto, por dios, aquella casa era muy silenciosa, los empleados casi no cruzaban palabras con él, como si estuviera prohibido hacerlo. El mayordomo algunas veces le daba alguna noticia del alto, más no pasaba de allí las palabras que cruzaban. No solo eso, aquello no era lo que más le molestaba, no. Era el hecho de sentirse como esposa de casa, encerrado sin poder salir. Como un perro que debía esperar a su amo.

Gritó en su interior tirando el control remoto al suelo, la película ya no le estaba beneficiando en tranquilizar sus nervios. Si esa era la vida que iba tener, pues prefería mil veces estar en el burdel , por lo menos allí, estaban sus amigos y nunca se aburría. Y el buen sexo, claro esta. Dio un pesado suspiro bajándose de la cama, a pesar que muchas veces leía los libros de la biblioteca, y era como el calmante a la desesperación del encierro, sus nervios estaban colapsando. Salió del cuarto mirando el pasillo, era extenso y las paredes estaban hecha de vidrios grandes que dejaban entrar la luz del día. No se imaginó a los ayudantes de casa, limpiando aquel enorme pedazo de ventanas. Debía ser un arduo trabajo.

La casa no era una mansión en sí; pero era grande. Contaba con una cocina, seis cuartos, tres de ellos grandes, en el segundo piso, abajo se terminaban de encontrar los restantes, el cuarto de invitados, cada dormitorio con su propio baño. Un jardín hermoso, en el cual le agradaba pasar la mayoría del tiempo, una alberca con su picina. Y eso no era todo, le sorprendió la cantidad de carros presentes en la cochera. La propia limocina del tipo, un carro convertible negro, entre otros que no sabía que marca eran porque no le interesaba. Se había preguntado donde dormían los empleados de la casa; pero no le permitían ir más allá de la cocina, donde seguramente se encontraban los cuartos de este, aquello era un jodido y pequeño laberinto.

—Mi señor—se le acercó el mayordomo contemplando al chico que estaba cerca de la puerta—sabe que no se le permite salir.—dijo con una voz amable aquel hombre que rodaba entre los cincuenta años.

El mayordomo era delgado, con el pelo un poco griseado el cual-Según la poca información que le había sacado el castaño- tenía una hija de veinticinco, ya casada, que le había podido dar una buena educación, sin contar que la esposa de este también trabaja en la misma casa, como la cocinera principal , y el menor estaba encantando con la comida de aquella mujer, era deliciosa.

—¡Estoy aburrido!—hizo un puchero el menor, si pudiera se tiraría al piso para hacer berrinche—no tengo con quien hablar, la tele no es muy entretenida. ¡Ni siquiera hay una pinche mascota!—dijo con mucha sorpresa—Oh dioses, ¿Pero que clase de vida tiene este hombre?—aquello fue más como una pregunta a sí mismo.Dió un pesado suspiro, se sentó en las gradas mientras recostaba su cabeza a la pared fría—Sí esto iba hacer así...preferíria muchas veces tener sexo con tipos que no conozco.

El mayordomo no era nadie para criticar del lugar de donde Namjoon había sacado al castaño, conocía a su amo para saber que este era tenía un lado amable y era débil ante muchas cosas, y no le sorprendió en lo absoluto cuando le avisó que iba llegar un nuevo integrante aquella casa. Además, su amo siempre estaba afuera y la casa ciertamente se volvía muy aburrida sin tener a quien atender. Con la llegada del menor, aquel lugar parecía haber cobrado vida.

—Mi joven, no diga eso—le reprochó el mayordomo. —sabe que cualquier cosa que necesite, estoy a su disposición.

—Necito sexo—dijo Taehyung sin pelos en la lengua—no puedo estar consolándome yo solo. A mi me gusta recibir sabe?.

Namtae || Daddy Issues: LoverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora