Taehyung contemplaba aquellas obras de exposición. Después de aquella noche de peleas, adonde Namjoon fue a parar a la estación de policía con el otro tipo, momento que no recordaba mucho, gracias al alcohol, habían pasado una semana a lo sumo. Realmente era pésimo con el alcohol, ya se había prometido no beber de nuevo; pero esa noche, los nervios le fallaron por la presencia del alto, incluso se arrepentía de haberlo invitado a un bar. Talvez lo hizo con la intención de llevarse al alto a la cama; pero falló en medio camino, nada le salió según lo planeado.
Se sentó en una de aquellas bancas del museo, para poder relajar un poco sus piernas, llevaba treinta minutos parados. Una presencia se sentó a su derecha.
—Siempre he pensado que tu rostro pegado en un cuadro de esos podría compararse como arte—comentó aquella voz.
Taehyung río ante aquellas palabras, contempló al alto. Namjoon vestía unas botas negras, con pantalones del mismo color, un saco color avellana y una camisa blanca con cuello de tortuga. Se veía muy bien, y la fragancia era suave; pero no llegaba a lo dulce; pero a Taehyung le gustó. Su amigo Jin le había mentido, diciéndole que lo esperaría en uno de esos salones; pero en ningún momento se presentó, sin contar al bendito Park Jimin, se sentía traicionado, no esperaba volver juntarse con el alto.
—¿Estás tratando de conquistarme Kim Namjoon? Lo romántico no te va mucho.
Namjoon río dulcemente, dejando a la vista sus hermosos hoyuelos.
—Sí, soy un fracaso para algo así. —le miró a los ojos.—me quería disculpar por lo del bar, yo...realmente...no sé porque reaccione así.—dijo en bajo con cierta vergüenza.
—Sí sabes, solo no quieres admitirlo—comentó el castaño cruzándose de brazos, le miró con una sonrisa; pero luego desvió su mirada al cuadro de enfrente.
Un silencio se depositó entre ellos, nunca habían estado solos en un estado de tranquilidad suma, donde no había un tercero, sin contar que el salón pareció llevarse cualquier alma. Como si el destino hubiese hecho de las suyas, para que solo los cuadros y las paredes fueran los únicos cómplices de sus conversaciones. Solo faltaba que ellos, tuvieran el valor de admitir lo que sentían, aunque Taehyung si estaba, por lo menos, medio seguro. Namjoon aún le costaba aceptarlo.
No era fácil para el moreno aceptar sus sentimientos, aquello llevaba una preparación y también el darte cuenta que ahora viviría por otra persona, que sus horas serían compartida y una responsabilidad llegaría por igual. Era la primera vez, que aquellas ideas simplemente se afirmaron por sí solas, porque en ninguna de sus antiguas relaciones lo había tomado en consideración; pero Taehyung era lo que quería, esa persona que ahora se fragmentaba en sus pensamientos, lo que más amaba, quería proteger y hacer feliz, formar parte de sus sueños.
Taehyung estaba sintiendo ahogarse en el mar de sus sentimientos, el ambiente se estaba tensando, aunque dudaba mucho de lo que Namjoon sintiera por él, aunque solo lo deseara, podía tomarse la molestia en enamorarlo de él. ¿Cierto? entre el deseo y el amor, solo había una pequeña brecha de que se abriera para dar paso al otro. No iba mentirse más, no quería seguir muerto en sus decisiones. Claro, Namjoon no era la perfecta demostración de "Hogar", siempre tuvo la idea de un hombre perfecto; pero venga que el hombre perfecto no existía. Su príncipe azul no llegaría como él lo había planificado. Talvez lo que sintiera por Namjoon fuera algo del momento, así como lo fue con Yoongi; pero al primero no pudo tenerlo; pero no perdería su oportunidad en lograr algo con el segundo. Con Tratar no perdía nada, bueno, solo recibiría, talvez un corazón roto por si era rechazado.
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Namtae || Daddy Issues: Lover
Fanfiction¿Estás aburrido? ¿Quieres divertirte con uno de nosotros? preguntó aquel rubio al hombre que había entrado por aquella puerta. Namjoon se sintió atraído por aquel chico, un prostituto cualquiera. Kim Taehyung, el chico que vendía su cuerpo al mejor...