Malas decisiones

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La lluvia caía imparable sobre aquel chico de hermosos ojos ambarinos, gotas gélidas resbalaban por su cabeza hasta llegar a su ropa y empaparla. Apenas tenía visión debido al agua que escurrían de sus largas pestañas. Por lo menos aquellas gotas podían ocultar sus propias lágrimas, pero no así sus sollozos.

Aun se negaba a creer lo que acababa de pasar. Él había sido marcado por ese detestable Alfa, ¿Porque él de entre todos? ¿Es que acaso la vida lo odiaba tanto, como para hacerle pasar tal martirio?

Continuó caminando mientras oprimía con fuerza su cuello, intentando ocultar la marca de mordida que había dejado Satanick. Una nueva oleada de sentimientos lo azotó, haciéndolo caer de rodillas para luego abrazarse a sí mismo con fuerza. Lo entendía, Omegas y Alfas, su condición en este mundo le había caído encima de la peor forma posible. Como Omega tenía la misión de procrear a los cachorros de algún Alfa, su destino era ser ligado, pertenecerle a alguien... ¿Pero, porque a él? ¿Porque tenía que ser Satanick? Se sentía sucio; denigrado, roto. Esperó a que la lluvia lo limpiara, quería creer que aquellas gotas podrían llevarse los besos sobre su cuerpo, la esencia a almendras que había dejado Satanick impregnada en su ropa, que se lo llevara todo, que lo diluyera a él mismo, que lo desapareciera de este mundo. ¿Oh lluvia no podrías ser gentil y cumplir el deseo de este desecho omega?

Satanick todavía seguía dentro de la escuela, para ser más específicos aún no había salido del baño. Y es que de verdad estaba en shock... Bueno siendo sincero no se arrepentía de haber marcado a Ivlis, si pudiera regresar en el tiempo de igual forma lo volvería a hacer. No entendía porque Ivlis estaba tan... ¿Molesto? ¿Triste? ¿Quién entendería a ese Omega? Por dios era Satanick, el gran Satanick. Alfa hijo segundo de la familia PitchBlack. Las mujeres de cualquier edad prácticamente se peleaban por acostarse con él. ¿No se suponía que aquel Omega debería sentirse privilegiado? Porque, él no tendría que pelear con nadie, se había ganado un buen lugar dentro de los contactos de Satanick. Y sin embargo...

El Alfa paso la mano por su mejilla mientras se miraba al espejo. Estaba caliente y roja, se podía notar claramente la mano que Ivlis le había marcado. Cerró los ojos, intentando recapitular que demonios había hecho mal para recibir tal maltrato.

>>―Delicioso― dijo el Alfa mientras se separaba de Ivlis, al instante lamió sus labios para limpiarse la sangre del omega. Noto que algunas gotitas de sangre comenzaban a brotar del cuello de Ivlis, instintivamente paso su lengua con cariño, limpiando las heridas que había provocado a su recién pareja, sin embargo este se apartó de inmediato, abrió la puerta y salió del cubículo ―. Oye estaba limpiándote― se quejó.

―No quiero, ¡Aléjate de mí!― Gritó lleno de rabia.

―Ok alguien está de muy mal humor, creí que cogía rico.

― ¿Pero qué? ¡Por dios solo déjame, maldita sea!- exclamó antes de tomar sus pantalones y subirlos. Quería vestirse lo más rápido posible para salir pitando del lugar.

―Está lloviendo, te vas a enfermar. Mi chofer vendrá dentro de poco. Te llevo a tu casa― ofreció sus servicios. Realmente actuaba más caballeroso de lo normal. Ciertamente lo emocionaba tener a su propio Omega y todo era mejor porque se trataba de Ivlis. Pero él parecía no querer cooperar.

―Solo aléjate de mí― refunfuño. Por un momento Satanick pensó que Ivlis terminaría llorando.

Nunca en toda su vida había sido rechazado. No pensaba ser rechazado ahora. Tomo de la muñeca a Ivlis y lo atrajo a su cuerpo, apresándolo con fuerza en un abrazo.

Completamente Mío [OMEGAVERSE] [SATANIVLIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora