Completamente Mío [OMEGAVERSE] [SATANIVLIS]

Caos

Recomiendo reproducir la pista casi al final del capítulo, esta vez no pondré signos porque siento que se pierden entre las palabras, pero colocare la pista en el lugar que debería ser reproducida, creo que así no se pierde tanto XP sin más que decir, espero que disfruten el capítulo.

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El silencio que reinaba de alguna forma había logrado convertirse en una nata espesa, tanto que casi se podía cortar con un cuchillo. Ambos alfa permanecían sentados uno delante del otro, y aunque no parecían tener signos de querer pelear, la postura tensa que los dos mantenían cargada en sus hombros, decía que no mostrarían clemencia a la menor provocación. Era como si estuvieran dentro de alguna especie de guerra fría.

—Entonces, ¿No responderás? —incentivo Satanick al profesor, mostrando una sonrisa que parecía ser más una mueca de molestia.

—No sé en donde está Ivlis y de saberlo, sinceramente no te lo diría —respondió Justim con bastante serenidad mientras comenzaba a buscar algunos papeles (al parecer exámenes parciales), para calificarlos y restar importancia a la conversación que tenía con el joven alfa.

—Ivlis no puede simplemente haber desaparecido..., creí que tal vez tú podrías saber en dónde está; pero, ahora veo que me equivoqué. No eres importante en la vida de Ivlis —comento Satanick con insidiosa voz.

Justim sintió ira burbujeando dentro de su propio estómago cuando escucho la última parte de lo que Satanick había dicho. Por primera vez el joven alfa vio una flamante llama ardiente refulgiendo de los hermosos ojos color miel y eso le hizo empequeñecer, aún y con toda su altura.

—Si estás con Ivlis no es por nada más que suerte —vocifero Justim desarticulado su cara en una mueca amenazante—. Pero, no importa mucho, de todas maneras, eres lo suficientemente idiota como para dejarlo ir —contra atacó de forma mordaz, logrando que el corazón de Satanick se estrujara, porque sabía que las palabras de Justim eran verdaderas, muy al contrario de lo que el joven alfa le había dicho al mayor.

—Sé que no hice las cosas bien..., por eso lo estoy buscando.

—Y no te parece que ya es muy tarde. Ivlis lleva más de una semana que desapareció, pero tú apenas logras enterarte. Eso no es todo, encima rompiste tu enlace con él, en tu olor ya no está la fragancia a durazno de Ivlis, sino un aroma a rosas. ¿Qué derecho tienes ahora para buscar a Ivlis y pretender que nada pasó? Ni siquiera creíste en él.

Cada palabra se clavó dentro del pecho de Satanick como si fuesen dagas mortíferas, haciendo que el joven alfa reflejará una mirada compungida.

—Me mostraron una foto en la que se estaban besando tú y el —esta vez Satanick pretendió responsabilizar a Justim.

—Y como una imagen vale más que mil palabras, preferiste creer en ella. Claro, era más fácil. Pero, déjame decirte que detrás de una imagen hay toda una historia. Hasta donde recuerdo no le diste la oportunidad a Ivlis de contarte su parte de la historia. Si yo fuera tú, no hubiera sido tan estúpido. —Justim azotó las manos sobre el escritorio provocando un estruendoso sonido que reverbero contra las cuatro paredes del cubículo, sus ojos color miel fluctuaban en medio del caos y la incertidumbre. Había comenzado a luchar internamente contra sí mismo. Tenía al alfa que odiaba doblegado, su mirada llena de culpabilidad, podía dar el golpe de gracia y deshacerse de él..., sin embargo, Justim realmente amaba a Ivlis y sabía que no importaba cuanto lo intentará, el corazón del omega siempre pertenecería al estúpido alfa de cabello negro. Lo correcto era decir la verdad, por mucho que doliera, confesar lo que realmente había pasado para que Satanick continuara buscando a Ivlis. Sacrificar su propio bienestar para que la persona amada fuera feliz...