El mundo a su alrededor repentinamente dejó de girar, sus ojos fijos en aquella imagen le impedía razonar más allá del dolor o la desesperación. Sin querer había caído en un abismo tan profundo, tan oscuro que parecía irreal. Tambaleo antes de aferrarse al barandal de la escalera, impidiendo así caer al vacío. Lentamente levanto sus ojos hacía Charlotte quien le miraba con una especie de diversión insana refulgiendo de sus ojos azules, y Satanick se vio reflejado en ellos como una imagen iracunda, un ser roto en medio del caos más doloroso.
—Ese omega, vaya que se divirtió el fin de semana..., no me atreví a tomar video —mintió la chica rubia—. Porque pensé que sería más doloroso para ti. Quiero que seas feliz Satanick. —Pasando una mano por la mejilla del alfa, acarició suavemente—. Mereces algo mejor que ese omega infiel.
—Es mentira—bisbiseo en respuesta.
—Es más real de lo que crees. —Hizo una pausa para dar un fuerte suspiró, tratando de contener aquella sonrisita que amenazaba con salir—. Es por eso que tome esta foto, sabía que no ibas a creer nada de lo que dijera. ¿Quién creería en destinados? —preguntó.
— ¿Por qué?
Aunque el alfa trataba de mantener una postura enterita, sus manos no habían dejado de temblar, sus labios eran una delgada línea contraída y sus ojos fluctuaban entre la rabia y la nostalgia. Dentro de su pecho algo había comenzado a doler, un sentimiento lacerante. No podía creerlo, que Ivlis, su Ivlis lo traicionara de tal forma, ¿Qué quedaba de todos sus sueños, de todos los planes a futuro que tenía con Ivlis, de...
El alfa llevo su mano hasta el bolsillo izquierdo de su saco, tanteo un poco hasta sentir la cajita que Idate le había entregado. Fue entonces cuando las lágrimas contenidas se derramaron sobre sus mejillas, ¡Por Dios, cuanta mentira!
Aquel hermoso omega, el ser que tanto amaba lo había engañado y no conforme con eso se burló de sus sentimientos. Actuó como si nada hubiera pasado, como si todo entre ellos dos marchará de maravilla, ¿¡Cuánto más planeaba mentirle!? ¿Por qué le había mentido? No hubiera sido mejor decirle la verdad por muy dolorosa que está fuera.
Satanick apretó el puño y golpeó la pared hasta que sus nudillos sangraron, hasta que el dolor tangible minimizara al dolor emocional. Al final quedo con la frente recargada contra la pared, aún con la mirada perdida y las lágrimas escurriendo de su barbilla.
—Ya pasará, lamentó ser yo quien te diera la pésima noticia, pero sentí que debía hacerlo. Satanick, si necesitas un hombro aquí estará el mío... Te enviaré la foto, eres libre de hacer con ella lo que quieras.
Fue lo último que dijo Charlotte antes de irse, ya había hecho suficiente. Tenía a Satanick donde quería, vulnerable y desorientado. Quizá no podría recuperarlo, pero al menos había logrado romper la estúpida relación que mantenía con Ivlis y eso para alguien como ella, era un gran logro.
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El tiempo transcurrió sosegado, arrastrando consigo todo el pesar que inundaba al alfa. Quería desaparecer, borrar los recuerdos que había formado con Ivlis, preciados momentos que ahora no eran más que un bolígrafo entintado con aflicción, clavándose en su pecho como agujas.
Cuando la última campanada retumbo dentro de la escuela anunciando el fin de las clases. La cabeza de Satanick se sacudió, un trago de cruda realidad. No podía permanecer por siempre sentado en las escaleras, lamentándose cual chiquillo. Limpio sus ojos con las mangas del abrigo negro que se había puesto sobre el uniforme escolar. Después de ello se levantó y comenzó a caminar sin rumbo, su alma estaba siendo inyectada, adormecida en cierto punto. Sin ser consiente sus propios pies lo guiaron hacía el piso de Ivlis, pasó enfrente del cubículo de Justim sin voltear a ver en su interior, continuó caminando hasta encontrarse frente el salón del omega. Varios alumnos ya habían dejado el complejo, aquel era sólo otro día normal dentro de la monotonía escolar.
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Completamente Mío [OMEGAVERSE] [SATANIVLIS]
FanficEl hilo rojo del destinó, puede estirarse, enredarse pero nunca romperse... ¿De verdad no puede romperse? ¿Qué pasaría si alguien que no es el destinado de un Omega, lo marcara como suyo? ¿Sera que existe algo más fuerte que el destinó?