Excursión

855 45 38
                                    

Dos semanas pasaron desde el último encuentro que Ivlis tuvo con Satanick. En todo ese tiempo no lo volvió a ver, y la verdad, estaba agradecido de que así fuera. Recuerda que aquel fatídico día, tirado en la entrada del cuarto de hotel, se prometió nunca volver a ser tan débil, ciertamente no podía hacer nada en cuánto al hecho de que él era omega, también y muy a su pesar, era verdad que le pertenecía a Satanick, pues quisiera o no, estaban ligados, al menos hasta que el alfa se aburrida y decidiera marcar a alguien más. Aquello se convirtió en su único rayo de luz. Trataría de alejarlo como pudiera, en primer estancia tendría que minimizar sus reuniones (por no decir que, evitarlas todas), por ello en esas dos semanas se había ocultado de Satanick. Y cuando llegó el día que el Alfa le había dicho seria su encuentro. Ivlis decidió faltar.

Al día siguiente tenía los nervios de punta, entro a la escuela sintiéndose más en alguna especie de holocausto que en un simple colegio, sus oídos se agudizaron, intentando captar cualquier conversación, no porque le interesará si Fulanita de tal se había comprado un nuevo vestido en una tienda carísima, ni tampoco porque quisiera escuchar que Sultanito por fin había conseguido pasar a segunda base. Lo que Ivlis trataba de averiguar con su agudo oído, era si Satanick había mantenido su promesa de no divulgar nada referente a su condición omega.

Al principio no podía creer que en verdad el alfa mantendría su promesa a pesar de que Ivlis decidiera romper con su parte del trató, sin duda era extraño, no obstante, el omega decidió no sentirse agradecido, como mínimo tendría que hacer eso por él.

Los días continuaron avanzando, poco a poco Ivlis escuchaba los nuevos rumores. Esta vez involucraban a Satanick. Se decía que el apuesto alfa había encontrado a alguien, no se sabía si especial o no, pero que está persona ahora canalizaba toda la atención para sí, y las fans del alfa no podían estar más molestas, sin embargo a los pocos días de salir el rumor. Satanick regresó a las andadas, en cierta forma parecía que quería acallar las habladurías, hacerle enterar al mundo que nada malo pasaba con él, que él alfa más apuesto del instituto seguía disponible para quién lo necesitará. Si, poco a poco la vida dentro del Colegio regresaba a ser la misma... Aunque sólo fuera una fachada mal hecha. Ambas partes lo sabían, Ivlis sabía que no importaba que hiciera, no podía romper por si sólo el vínculo que lo unía a Satanick y Satanick no quería romper ese vínculo, por supuesto que las cosas no seguían igual que siempre.

El chico de hermosos ojos ámbar terminó de acomodar la última prenda de vestir dentro de su maleta. Dio un pesado suspiró mientras se dejaba caer en su cama con los brazos extendidos y miró al techo por largo rato. Últimamente se había sentido... ¿Mal? Como si le faltará algo... Pero no sabía que, o no quería saber. Bufo molestó antes de incorporarse y quedar sentado a la orilla de la cama.

―Tonterías― habló por lo bajo ―. Cuentos absurdos, de estúpidos enamorados... ¡Argh! Es mentira― alboroto su cabello antes de volverse a tirar sobre la cama.

Desde hace días (tres para ser precisos), tenía un constante malestar en el pecho, como si doliera, pero no físicamente; no, no era ningún tipo de dolor que pudiera palparse. Era más bien algo emocional, algo puro por así decirlo. De principio pensó que se trataba de alguna de las muchas formas que suele tomar la depresión, y dado los últimos sucesos en torno a su estilo de vida, no le sorprendería si a su cuerpo y a su mente les diera por atacarlo donde más dolía. Pero, realmente no podía estar seguro si esa era la verdadera causa de su malestar.

Esta no sería la primera vez que Ivlis caía en el lamentable abismo de la desdicha; vamos, conocía muy bien a la perra como para confundirla. Y definitivamente su recién malestar no se debía a la depresión...

Él ya lo sabía, investigó un poco en Internet sólo para comprobar si su corazonada tenía justificación. Los resultados no podían ser menos alentadores.

Completamente Mío [OMEGAVERSE] [SATANIVLIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora