Capítulo 12

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Entonces todo pasó muy rápido para Alice luego de haber visto a Bruno en una esquina del bar. Por un mínimo de segundos se sintió aterrada, acorralada. Se puso de pie y jaló a Royce por el antebrazo obligándolo a hacer lo mismo. No dio chance de intercambiar palabras, lo siguiente que se escuchó fueron disparos y gritos de los presentes.

Jadeando llegaron a una de las salidas del bar y corrieron hacia el estacionamiento. Royce estaba más pálido que una hoja, abrumado por lo sucedido y sólo tenía la necesidad de huir de ese lugar porque sabía que su vida estaba en peligro.

—¡Saca las malditas llaves! —dio un salto al escuchar el grito de la mujer y en un intento de coger rápido las llaves, las mismas cayeron al asfalto. No era fácil para él tener un arma apuntando su sien.

Subieron al auto segundos después y la morena lo forzó a salir rápido.

—¡Acelera! —volvió a gritar. Miró a través del retrovisor y dos camionetas los seguían—. ¡Pisa todo el jodido acelerador!

La desesperación incrementó cuando una de esas camionetas estaba casi a la par que ellos; desvió su arma y apuntó al conductor que iba pisándole los talones, literalmente. Presionó el gatillo, una, dos y hasta tres veces. Se frustró cuando no pasó nada; el arma estaba descargada y se sintió mucho más perdida que hace minutos minutos.

—Desvíate —ordenó jadeante sin despegar los ojos de sus persecudores.

—¿Qué?

—¡Desvíate o haré que te lances por esa jodida puerta! —volvió a gritar— ¡a la izquierda!

—¡Es un caminito boscoso!

—¡Hazlo ahora! —ordenó una vez más y sintió el auto doblar a la izquierda rudamente.

Mientras en el bar, la mayoría se retiró una vez que todo pareció estar en calma. Para su suerte no habían heridos pero sí desastres materiales como las mesas y butacas. La policía no tardó en llegar inspeccionando el lugar y recogiendo cuidadosamente las balas que yacían en distintos sitios.

—Oficial —el señor dejó de caminar al notar que un chico estaba a su lado—. Mi amigo. Él no está aquí, no pudo irse porque lo conozco y no lo haría así en una situación como esta.

—¿Seguro que su amigo seguía en el bar cuando sucedió todo? Cabe la posibilidad de que se haya ido antes con cualquier chica.

—No —añadió Víctor—. Él seguía aquí. Pude verlo correr hacia la salida con su compañera, y ya después cuando todo se calmó encontré esto en el estacionamiento. Es su móvil.

—¿Puede decirnos nombre de su amigo y acompañante?

—El de ella no lo sé, pero él es Geoffrey. Geoffrey Rojas.

Alice (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora