Capítulo 30

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Geoffrey llegó con mucha prisa a su casa y de la misma forma se bajó del auto para luego adentrarse. Notó a algunos trabajadores en el jardín y también como un grupo de ellos instalaban lo que parecía ser el sonido para la reunión a realizarse esa misma noche por su cumpleaños.

—¡Hey! ¿a dónde crees que vas con tanta prisa? —su prometida lo frenó y éste tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano en no seguir. Únicamente soltó un suspiro pesado y dio la vuelta—. Pareces un corre camino, corazón.

—Bea, iba a la habitación para ducharme y ofrecer mi ayuda en lo que sea necesario.

—No hay ningún puesto vacante para ti el día de hoy. Somos nosotros los que te atenderemos el día de hoy así que eres libre de encerrarte en tu habitación a jugar play o lo que desees hacer. Incluso, tengo un par de minutos libres y podríamos...

Enrolló sus brazos alrededor de su cuello y rozó sus labios por el mentón del chico. Fruncio el ceño cuando notó su camisa y se alejó unos centímetros.

—Estás mojado.

Geoffrey se tensó y tosió dos veces pensando qué decir.

—Tuve un día bastante movido y el calor no ayudó de a mucho.

—Yo también tengo muchísimo calor y me encantaría que nos ducharamos juntos. ¿Qué dices?

Él sonrió.

—¡Bea! Creímos haberlo tenido todo pero qué crees... Nos faltó algo para la coctelería y el pastel —la rubia rodó los ojos cuando su cuñada interrumpió la invitación que le hacía a su prometido y fingió una sonrisa.

—¿Y estás sugiriéndome que...?

—Que salgamos a comprar esas dos cosas.

—De acuerdo. Espérame unos minutos mientras me cambio.

Nelli le regaló una sonrisa a su hermano seguido de un guiño para después desaparecer por la puerta que daba al jardín. Por su parte Beatríz subió a la habitación donde debía cambiar su desaliñada camisa por algo más aceptable para salir.

—He hablado con los chicos para que supervisen la entrada esta noche.

—¿Por?

—No quiero que se presente algún problema —habló frente al espejo, acomodando su cabello— o que se presente alguien que pueda arruinar la noche.

Recordó al intruso que entró a la casa y a su auto, arriesgando así su seguridad.

—Hemos hecho muchos festejos aquí sin necesidad de tanta seguridad. ¿Sucedió algo que no me hayas comentado?

Pensó que no alargaría más ese asunto. Después de todo aquél tipo sólo había entrado por la morena y no por alguno de ellos. Más adelante se concentraría en averiguar lo que hay detrás de todo eso.

—No. Sabes que si se llegase a presentar algo serías el primero en saberlo.

Sonrió forzadamente.

(...)

Se metió al jacuzzy y se dispuso a relajar sus músculos durante largos minutos. Apoyó su espalda al respaldo del mismo y cerró sus ojos.

Error.

La imagen de una morena mirándolo con profundidad e inseguridad hicieron acto de presencia en sus pensamientos. Se movió incómodo bajo el agua cuando sintió el efecto de aquel recuerdo.

A ella besándolo con euforia esperando tener mucho más y sus manos aferrándose a la cintura de la chica.

—He vuelto.

Abrió los ojos observando a su prometida sentada al borde del jacuzzy con una sonrisa en sus labios y con una de sus manos bajo el agua jugando con la espuma.

—Compramos lo que faltaba y algunas cosas más —mordió sus labios seductoramente y acercó su mano hasta los trabajados brazos de él—. Son las siete y cuarenta minutos de la noche. Aún estoy a tiempo de darte tu otro obsequio...

Si la respiración de él estaba un poco irregular, ahora con esa propuesta llegó a su límite. Dejó varios besos en el antebrazo de su mujer aceptando y ella misma se encargó de meterse al jacuzzy.

Luego de varios besos, caricias y gemidos ambos terminaron más que exhaustos, aún dentro del jacuzzy que casi se encontraba escaso de espuma.

Mucho rato después procedieron a ducharse tranquilamente para luego vestirse y así bajar con todos. La música se podía escuchar hasta el pasillo de las habitaciones, era alguna canción de pop.

—Los estábamos esperando para la cena —dijo Ángela al verlos bajar, con varios platos en manos.

—Pero decidimos dejarles su espacio. Ya saben, sin prisa todo es mejor —añadió Nelli con vacile ganándose una mala mirada por parte de su hermano.

La cena transcurrió entre pésimos chistes y cuentos de las anécdotas por parte de Ángela acerca de Royce en la infancia. Beatríz se puso de pie captando la atención de todos y estiró su mano para que él lo hiciera también.

—Buenas noches. El motivo por el cual organizamos esta fiesta fue para celebrar un año más en la vida de alguien a quien queremos y apreciamos muchísimo. Pero la finalidad de esta cena es para decirle que, nuestra boda será en siete meses, ¡y no sólo eso! Royce y yo queremos darles la noticia de que ¡estamos esperando un bebé!

Alice (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora