Tal vez si sus hermanos lo hubiesen escuchado ninguno se hubiese separado y todos estuvieran felices tomando una cerveza en casa. O sangre. Sí, sangre era una mejor idea. Pero nada era tan fácil. Pellizcó el puente de su nariz mientras buscaba calma. Suspiró. Al parecer tenía más suerte en encontrar algún cazador para que le cortara la cabeza en vez de encontrar esa paz.
-Dime de nuevo, ¿por qué debemos ir por ellos?- Ravi le preguntó con un humor de los mil demonios.
-Porque los extrañarías si murieran.
-Creo que puedo replantearme esa idea, comenzando ahora mismo.- N casi sonrió. Aunque Ravi actuara todo duro, todos saben que él los extrañaría-. ¿Sentiste eso?- Preguntó Ravi en voz alta. No era la primera maldita vez, que maldita sea, sentía algo entre ellos.
-Para nada.
-¿Estas sintiendo a tu fantasma de nuevo?- Hongbin estaba mirándolo con una sonrisa burlona. Sonrisa que le daban ganas de entrarle a porrazos y hacérsela tragar.
-Te dije que no te metieras con esa bruja -Sí. N se lo dijo incontables veces. Pero era él, y después de todo no pudo resistirse.
-Si no lo hubiese hecho, ahora estaríamos en un punto ciego para encontrarlos.
-Cierto. ¿Cómo es que se ofreció a ayudarte sin cobrarte?–Hongbin se miraba pensativo-. Debes visitarla muy a menudo.
-En ningún momento dije que no tenía que pagar –Su sonrisa hablaba de todo tipo de excitación.
-Me lo supuse.
Antes de partir en busca de sus hermanos, debían tener el equipo completo. Faltaba Leo, quien estaba metido en un club, como la mayor parte del tiempo. La fila para entrar era eterna, pero los hombres eran miembros VIP. Los presentes notaron al grupo, lanzándoles miradas de fascinación y miedo, mientras ellos se acercaban a la entrada. Como si algo instintivamente les dijera las personas que debían correr, pero su fascinación no les dejaba mover ni un musculo. Todos irremediablemente se les acercarían, motivados por el seguro placer que sentirían opacando el miedo al peligro. Como una polilla a la luz. Los vampiros sabían lo que los humanos veían. Tres hombres completamente perfectos en sus ropas negras. Los reyes de la noche, así los llamaban y actuaban en consecuencia.
En la entrada el guardia de seguridad los dejó pasar inmediatamente, llevándolos a un espacio lleno de bullicio. Donde el olor a alcohol, sudor, drogas y sexo se unían al mar de movimientos y música. Todavía no entendían como era que Leo adoraba este lugar. De los seis, después de N, era el que más sofisticado se veía. No fue difícil encontrarlo en un rincón alimentándose de una humana. Quizás demasiado para la pobre quien no parecía notarlo por el extremo placer que estaba sintiendo. El líder le dio un golpe en la nuca con la mano abierta para llamar su atención, Leo siseó enseñando sus dientes en respuesta con un gesto para nada agradable. La viva señal de: te arrancaré la yugular si no te alejas. Los ojos de N se avivaron en con un color rojo demostrando su dominio, haciendo que él se calmara de inmediato. Con un sonido mortificado, Leo volvió al cuello de la chica quien gimió cuando él pasó su lengua para cerrar la herida.
-Olvida todo. No sabes lo que ha pasado. Nunca has estado aquí –dijo Leo mirándola a los ojos mientras los suyos se miraban como cristales-. Si te preguntan no sabes quién soy. Vas a salir de aquí y tomar un taxi hasta tu casa. -Como un zombi la chica se giró y comenzó a andar hasta que se perdió de vista. Leo arregló su cabello largo antes de hablar.
-Espero que tengas una jodida buena razón para interrumpirme esta noche.
-Casi ibas a matarla -Observó Ravi.
-No es como si tú no lo hicieras.
-¿Si por matarlas quieres decir de placer? Soy culpable. Nunca bebo la sangre completa de una mujer. Jamás. Debes tener un paladar jodido de mierda -Se quejó él. La sangre humana tendía a ponerse acida cuando estaba a punto de morir la persona. Era por eso que ninguno de ellos mataba cuando se alimentaban. El sabor era suficiente malo como para ser una pesadilla. Leo volvió a mostrar sus dientes, Ravi actuó indiferente.
-¿Por qué están aquí?
-¿Compraste este lugar y nos vetaste la entrada? –Hongbin preguntó con sarcasmo-. La nota no me llegó. Lo siento –Leo lo miró con irritación-. Tío, ¿qué diablos le pasa a tu humor hoy? Como sea, eso no es importante ahora. Hyuk y Ken han desaparecido -Eso fue lo suficiente para que Leo abandonara todo su enojo por la interrupción y dirigirlo a otro lugar. Nadie se metía con sus hermanos si querían morir, solo él podía sacarle toda la mierda a golpes y reírse de ello.
-¿Alguna pista?
-Creemos que fue nuestro padre. Pero no puedo estar seguro –N miraba alrededor en busca de algo fuera de lugar, solo por costumbre-. Ya sabes, toda esa porquería de eliminar a sus experimentos fallidos -Más bien lo que quería decir era: deshacerse de sus armas que decidieron pensar por sí mismas y mandarlo al carajo. Sí. Eso era.
-Vamos por ellos.
-Hasta que por fin tu cabeza está dentro del juego.
-Es un milagro que la tuya este dentro de tus pantalones.- ladró Leo, Ravi se vio la viva imagen de la despreocupación.
-¿Quién diablos te está enseñando a hablar? Lo juro he escuchado mejores ofensas salir de la boca de una mujer.
-Debí abandonarlos a todos cuando nos fuimos de la cede. Ustedes son un dolor de culo -Hongbin los miraba como si estuviera escogiendo que arma podía ser mejor para acabar con cada uno de sus hermanos. Al contrario de N, quien ya desfundaba uno de sus cuchillos.
-¿Debo dejarlos próximos a la muerte para que corten el rollo?
-Inténtalo -invitaron los otros dos en respuesta-. Después de encontrar a los otros -Terminó Ravi.
-Vamos a dónde tu bruja para que nos dé información sobre ellos.
-Ella no es mi bruja –Dijo rotundamente, mirando a N como si tuviera alguna deficiencia mental. ¿Cuántas veces iba a repetirle lo mismo a lo largo de su existencia?
-Lo que sea.
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Los Reyes de la Noche
FanfictionEspecial de Halloween de Vixx. No te preocupes! Nada de miedo! *** Creative Commons License Los Reyes de la Noche by NMLexie is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License. Based on a work at h...