POSEIDÓN

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El viento soplaba con fuerza. El mar creaba olas grandes que rompían en la orilla con un sonido parecido al de un trueno. Se estaban acercando.

—Gracias.

—¿Por qué? —preguntó la hechicera.

—Por ayudarme a recuperar lo perdido.

—Todavía no hemos terminado.

—Lo sé. Pero siento la victoria. Ya no veo la hora de tenerla acorralada y darle el último golpe.

—Debemos esperar a la reina.

—Lo sé ¿Cuándo vendrá?

—Pronto. Todavía no tiene idea de que su hija está en grave peligro. Pero me encargaré de hacerle llegar el mensaje.

—Una vez que la mate, ¿cómo tomamos su poder? —pregunté, impaciente.

—Hay un hechizo, pero tendremos que estar juntos para absorber su magia antes de que se disuelva.

La hechicera cerró los ojos y recitó un cántico en una lengua extraña. De pronto, sentí un cambio abrupto en la temperatura. Apareció una sombra.

—¿Cuánto tiempo más? —preguntó la sombra.

Esa voz me dio escalofríos. Estaba cargada de sufrimiento, terror y pena. Cada palabra me hacía temblar.

—Mañana por la noche —respondió la hechicera.

La sombra pareció sonreír y otra vez se escondió en la oscuridad.

—¿Marina? —pregunté.

—Volvió a la casa de Martín. Se halla más vulnerable que nunca.

De pronto oí chillidos que provenían del mar.

—Increíble... —dije, asombrado, al girar la cabeza hacia el mar.

Había diferentes criaturas que se presentaban ante nosotros. La hechicera lanzó un hechizo para que pudieran sobrevivir lejos del agua por un tiempo. Luego los camufló y ocultó sus verdaderos cuerpos dentro de los de humanos.

—Se mezclarán con el pueblo y atacarán cuando yo les dé la señal —dijo sonriendo—. Mañana por la noche, atacaremos la Lucila del Mar.

La hechicera alzó los brazos. A continuación, oí un trueno seguido de varios relámpagos. Solo tenía que esperar un poco más. Pronto, volvería a ser Poseidón y el castigo llegaría a todos los que me habían traicionado.

EL RENACER 1: El llamado de la sirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora