—Es hora de ejecutar la última parte del plan —dijo la hechicera—. Una vez que te encuentres allí, ellos se encargarán del resto.
A través de la ventana, se veía una multitud de personas, atentas, esperando una orden. La hechicera fue trabajando en sus almas perdidas, intensificando sus miedos y odio. Poco a poco, les fue sacando las memorias de la Atlántida, de la guerra que se había desatado en el pasado, y les implantó el recuerdo de la responsable de su actual situación: Marina. Ella había desatado la guerra contra los atlantes y los había condenado a millones de años en el olvido. Ella debía ser destruida.
—¿La has debilitado? —pregunté.
—Sí. Pero no pude utilizar toda mi fuerza en el plano oscuro. Su fuerza interior la protegió.
—Maldita. Ella tiene mi poder. No se lo merece.
—Tienes toda la razón. Pero estamos cerca del final. Una vez que te hayas encargado de Mateo, ve a la casa de Marina. La tendré preparada para que ejecutemos el ritual.
Salí a la calle. Las personas que murmuraban se callaron al verme. Sonreí. Me sentía poderoso, como en mis tiempos de gloria.
—Amigos —dije elevando la voz—, esta noche haremos historia. Porque mataremos a nuestro enemigo y volveremos a casa.
Las personas lanzaron gritos victoriosos y elevaron antorchas prendidas. Un hombre me entregó una. La observé e imaginé mi tridente. Grité junto a los pueblerinos antes de emprender la caminata hacia la casa de Mateo.
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EL RENACER 1: El llamado de la sirena
FantasyLa melodía del mar guió el camino hacia su alma gemela. Sin embargo, no le advirtió de la terrible amenaza que ansiosamente aguardaba su advenimiento. Marina decide abandonar La Atlántida para comenzar la búsqueda que toda sirena está obligada a rea...