Entré al bar y pedí a la hermosa moza un whisky con hielo. Era temprano para tomar alcohol, pero lo necesitaba. Haberla visto en aquel funeral, estar cerca de aquella mujer, me había puesto la piel de gallina.
Me encontraba ante un gran descubrimiento, algo que cambiaría la historia de la humanidad. Tenía que investigar, indagar más sobre este misterioso pueblo. ¿Qué era lo que realmente había visto? Había sentido el terror, la desaparición de la esperanza, un mundo lleno de oscuridad, seres que nunca imaginé que vería.
Pude escapar con vida y captar todo. ¿Qué había pasado en el mar, a lo lejos? ¿Qué era aquella gigante criatura que luego había desprendido una luz que por poco me dejó ciego?
La moza trajo el whisky. Me miró con desprecio, como si fuera un alcohólico. Pero realmente necesitaba quitarme aquella sensación extraña, llena de miedo y emoción. Estaba frente a una revolución. Sería el primer hombre en llevar a la luz a esas criaturas. Pero debía hacerlo con cuidado. Si me descubrían, era hombre muerto.
Tomé el vaso, sumido en mis pensamientos, cuando sonó el celular. Me sobresalté y casi arrojé el contenido del vaso al suelo.
—Dios, Micaela, me diste un susto.
—Bueno, perdón, señor sensible. ¿Y? ¿Qué encontraste?
—No vas a creerme lo que presencié. Tienes que venir rápidamente a la Lucila del Mar.
—Está bien. Pero, ¿por qué no me adelantas algo?
—No puedo hacerlo por teléfono. Necesito verte.
—Bueno —dijo irritada—. Ya mismo salgo para allá.
Dejé el celular arriba de la mesa y tomé un trago. El whisky me recorrió toda la garganta, como un salvaje fuego que iba quemando todo a su paso hasta llegar a mi estómago. Me agaché y abrí el bolso que estaba junto a mí. Saqué la cámara y la encendí. Busqué el contenido y, cuando lo encontré, comencé a mirarlo.
Parecía como si hubiera llegado el apocalipsis. El cielo estaba cubierto por nubes negras y espesas, y una especie de vórtice de donde salían extrañas criaturas. Y una de ellas vino hacia mí. Después de eso dejé caer la cámara y corrí tan rápido como pude. Pero todo seguía filmándose. El muelle se partió y se elevó hacia lo lejos. No podía ver bien lo que pasaba en el horizonte, pero podía divisar una batalla llevándose a cabo.
—¿Quiénes son? —me pregunté.
Luego, un ser gigante de luz que gritó y lanzó un rayo enorme hacia todas partes. Finalmente, la cámara se apagó. Y eso fue todo.
Había escapado del infierno que se había presentado en el pueblo por alguna razón.
Dejé dinero en la mesa, y salí del bar, perdido en mis pensamientos. Al salir, me detuve. De pie frente a mí, se encontraba la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Me observaba esbozando una sonrisa.
—Has venido —me dijo. Su voz era musical y atrapante—. Has recibido mi mensaje.
—¿Quién eres?
—Muy pronto lo averiguarás...
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EL RENACER 1: El llamado de la sirena
FantasyLa melodía del mar guió el camino hacia su alma gemela. Sin embargo, no le advirtió de la terrible amenaza que ansiosamente aguardaba su advenimiento. Marina decide abandonar La Atlántida para comenzar la búsqueda que toda sirena está obligada a rea...