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Mi vida se deriba en un completo caos, mi estabilidad emocional parece ser un laberinto de esos que no tienen fin y en cada fracción de él mismo te hace sentir desesperado y nostálgico.

Estoy en un ciudad en la que los estereotipos son lo único "real" de las personas, en la que cuando hablas con un extraño o intentas conocerlo simplemente no sabes con quien hablas, dado que tiene mas de 1910 caras diferentes.

Mi rutina cada vez se vuelve mas solitaria y los recuerdos de toda mi mierda parecen arden, parecen aduellarse de mi cuerpo y convertirme en alguien que no soy, oh al menos lo que no quiero ser.

Miro por la ventana del viejo café donde me encuentro, pienso en mudarme pero?¿para que?, aún así huyendo de todo, me lo encontraría en la puerta de la primera casa que pisase.
Mis pesados párpados vuelven a quererse adueñar de mi ojos, mi problemilla no ayuda y mi vida empeora.
Me doy pequeñas palmadas para mantenerme despierta, y no cerrar los ojos como siempre.

Miro los automóviles pasar, la gente caminando con teléfonos en mano, niños a los lados, perros en correa, y él horrible humo que sale de una nueva construcción.

—Jodida mierda—. Espeto sin algo de chiste en mis palabras.
Tenia que salir, tenía que ver él mundo desde otra perspectiva, pero como? Mi autoestima esta en la miseria, mi economía es una cuenta vacía que pronto esta por expirar y yo? Ja. Yo solo soy otro ser humano que ocupa espacio en esta humanidad.

Mis increíbles adjetivos hacia mi persona fueron interrumpidos por la voz sutil y fresca de una de las empleadas del café.
—Tomara algo?.— Inquiere sacando una pequeña libreta blanca y lapicero en mano.
—Cafe negro,dos cucharadas de azúcar, y muy caliente—.conteste sin apartar mi mirada del botecito de crema.
—Enseguida.— Dicho esto se esfuma entre las puertas de la cocina.

Seguí observando mi tan agradable vista y pensé en seguir calificandome, pero mejor decidí cerrar los ojos por unos instantes..
Solo unos diminutos instantes.

~Amnesia~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora