23.

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—Cual es el estado?.—Oigo que hablan a lo lejos, intento abrir los ojos pero me pesan demasiado.

—Sufrió un ataque de oposicionista desafiante.—tenia una idea de que hablan y no me gustaba, no sabia quienes eran, intente levantar mi mano pero enseguida callo.

—Señorita flores.—Oí que repetían y repitan eso, me estaba mareando mas.—Tiene que descansar, cuando se recupere le explicaremos.—fue lo único que oí, antes de volver a cerrar los ojos.
                                                                                                        5 horas mas tarde...

Mi cerebro comienza a enchufarse de nuevo, mis neuronas comienzan a despertar, abro mis ojos y estos ya se abren con mas facilidad mi vista esta desenfocada un poco pero poco a poco se va quitando el empañado que hay en ella.

Lo primero que visualizo son las cuatro paredes blancas que me rodean, la bata que llevo puesta del mismo color, y unos cuantos cables en mi mano derecha, uh.. estoy en el Hospital. Inspecciono la habitación ladeo mi cabeza y veo que hay un asiento color gris, tiene una manta y una almohada..¿alguien a estado cuidándome?.

Oigo la puerta abrirse, lo primero que veo cuando se abre es un mechón de cabello, para después ver a la morena sonreírme tímidamente. Le doy una mueca en respuesta.

—Como sigues?.— Se acerca lentamente, abransandose ah si misma, ya que, la habitación esta fría. Me limito a alzar los hombros, a decir verdad lo que poco que oí de las personas que vinieron hace unas horas me dejaron sorprendida, se lo que significa y no estoy de acuerdo, había tenido un comportamiento pasivo- agresivo. Ella me miro desanimada, yo solo estaba pensando en todo lo que hice, en lo que la hice pasar.

—No tienes por que sentirte mal.— Como si leyera mis pensamientos, habla de lo que justamente iba a empezar a sentir, culpa.

—Soy.. una idiota.

—No te digas así, yo tengo algo que ver, te retuve y te saque de quicio.— Penso por un poco y tal vez tenia razón.—Lamento a verte puesto en esas situaciones.—Bajo unos instantes su cabeza, pero enseguida la levanto.

Yo no dije nada, solo asentí y así estuvimos por algo de tiempo, ella tomo una silla y se sentó a lado de la cama de hospital y sin decir nada empezó a jugar con mis dedos, yo mantenía los ojos cerrados, analizando y tratando de comprender mi comportamiento. La puerta se abrio, enseguida abri los ojos y ariana Volteo a ver, nos dejo a la vista a un hombre con una bata blanca, creo yo el doctor.

—Buenas Noches señorita Jane, soy el doctor Davis.— Se presenta, la morena extiende su mano y yo solo asiento.— Como vera esta aquí por unas razones que desconoce.— Camina a paso lento a hasta posarse enfrente de mi, doy una mueca en contestación.—Señorita Flores, hace cuando que no va al medico?.— entrecierra los ojos, y ya no me importa mucho decir lo que tengo guardado.

—La verdad es que, según mi memoria nunca e ido.—Lo miro de manera irritada, tengo ganas de salir corriendo y que al cruzar la calle me aplastase un taxi.

—Ya veo..-- asiente para si mismo.— Usted esta muy enferma.

—Que tiene?— La morena habla pero no la miro, solo concentro mi vista así ningún punto.

—Bueno ella.— Suspira como si fuese a dar las peores de las noticias.— Sufre del problema psicológico de depresión, tiene desarrollado estrés postraumatico, también sufre una leve desnutrición.— Mira su tableta en busca de algo mas, yo solo escucho todo lo que dice, esperando el momento exacto para hablar.— también, como  me imagino esta enterada que sufre de Narcolepsia, y hoy se le desarrollo oposicionista desafiante, en otras palabras — Interrumpo.

—Pasivo–agresivo—Por fin dejo de mirar el piso y lo miro ah el. 

—Tiene que tomar muchos medicamentos señorita flores.— Lo que el no sabe es que también le tengo mucho pavor y odio a las pastillas y mas si son Azules.

—No me gustan.

—Es por su bien.— Me mira de manera desafiante.

—No necesito estar bien.— Mi corazón comienza a latir un poco mas apresurado.

—Escuche necesita ayuda Psicológica, también..—sus palabras se quedan a medias.

—Quiero irme de aquí.—Interrumpo para después mirar a la morena, quien párese distraída.—Ariana!.— Alzo un poco mi voz y ella se sobresalta.

—Tienes que aceptar la ayuda.— Se acerca a mi poniendo su mano arriba de la mía.— Por tu bien.— la miro de mala manera y ella retrocede.

Me estoy poniendo de un pésimo Humor, me estoy volviendo alguien que no soy yo.

~Amnesia~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora