Cuando llegue a la gran puerta de cristal de las regaderas, cierto nerviosismo se hizo presente en mi me sentía estúpida por estar algo nerviosa, sabiendo que es solo una chica.
Cuando me adentre en la estancia, como de costumbre salude a unas personas, cuando llegue a la recepción no había nadie, y di un suspiro hondo quería irme lo mas rápido de aquí.
—Vaya sorpresa.— La voz que claramente conocía por unos instantes me dejo quieta, pero después tenia que parecer relajada.
—Literalmente.—Conteste volteando un poco la cabeza a su dirección, Traía puesto un vestido negro, su cabello peinado con una trenza de lado, unos tacones de color crema.
Ella no contesto nada, y solo rodeo la barra, se sentó en su silla y escribió algo en el computador. pasaron unos minutos y el ambiente estaba incomodo y tenso.
—Ariana..—Hable y ella por fin me miro, después de tener su vista fija en el ordenador.—Podrías por favor darme mi llave.— comente con cierto fastidio, solo quería bañarme.
—No se el numero, recuerdas?.—Su sonrisa sin ganas me hizo irritarme un poco.
—Puedes buscar como la otra vez.— Le devolví la sonrisa de la misma manera.
—Estoy haciendo otras cosas..—Señalo la pantalla del computador, okey.. me estaba irritando demasiado.
—Pues que se supone que eres?.— Ella me mostró una cara de indignación y enojo.—una empalada no?.—Proseguí, su rostro se ponía cada vez mas molesto.—Así que creo, que es tu deber atender a los clientes.—Finalice poniendo mis ropa sobre la barra.
Ella bufo y se paro del aciento, fue hacia donde estaban las llaves, tomo una y supuse que era la mia.
—Espero y te caigas.— la estiro frente a mi cara, la tome casi en un arrebato, tome mis cosas y dije:
—Espero y te despidan.— Mi tono de voz sonó igual al que ella había tomado conmigo, no le hice nada, y se puso como una loca.
Me di la vuelta, y empece a caminar hacia las duchas, deje mi ropa en el casillero y me relaje tanto con el agua templada que cayo sobre mi cuerpo, platique con la mujer de 3 edad que estaba allí, era la única y aparte era la primera vez que platicaba con alguien en la ducha, de todo el tiempo que llevo viniendo aquí.
Me sentía mejor, y me acostaría tranquila.
Cuando salí de cambiarme, sacudí mi cabello un poco, me mire al espejo.
No tenia ojeras, mis ojos estaban en su tamaño normal y mi cara no estaba pálida. Me sorprendí por que normalmente siempre estoy así, Jodida y Fea. Negué con la cabeza y salí directo ala recepción
No había nadie.. Que raro, espere unos minutos para que llegara la chica, pero no lo hacia y me estaba desesperando. Ladee la cabeza en toda la estancia para encontrar algún pasillo aparte que el dirije hacia las duchas. Estaba uno justo enfrente y me atreví a caminar en el.
Camine un poco hasta que me tope con una puerta blanca que decía, "Personal", supuse que allí estaría Ariana toque dos veces y no contestaron, no seguí insistiendo y me di la vuelta para ir de nuevo a la recepción. Y allí estaba ella.
Cuando me vio frunció el ceño y sonrió burlona.
—Que hacias allá.—Su tono no me agradaba, creo que le divierte.
—Buscándote.—Le di una sonrisa falsamente verdadera, era la que mejor me salia.
—Ya veo, pero no me vez aquí.—se señalo a si misma, y se rió un poco, extendió la mano, al principio no entendí pero supuse que quería el dinero y las llaves del casillero. Me tenia que devolver cambio, mientras lo hacia me senté en los asientos y me recoste un poco en ellos.
Estaba cansada.
—Jane.—La pronunsacion de mi nombre saliendo de sus labios se oía tan bien.— Tu cambio.
Me pare con flojera y lo tome, pero no me retire aun y me volví a sentar, cerré los ojos nuevamente.
—Ya tengo que cerrar.—Hablo, abrí los ojos.
—Te ayudo a hacerlo.— Volví a cerrarlos, y me solté aun mas en los asientos.
—No cierres mas los ojos, quieres..— No entendía el por que me había dicho eso, pero no le hice caso y los mantuve cerrados hasta que sentí su presencia delante de mi. Cuando los abrí ella tenia cara de fastidio, su bolso y su saco ya traía puesto.
—Entonces párate.— pateo un poco mi tobillo, me queje, cuando me levante quedamos cara a cara, aunque ella esta un poco mas alta que yo. La rodee y me dirige hacia la salida
La ayude a cerrar, y lo hicimos en silencio hasta que ella dejo su orgullo y hablo.
—Gracias, siento a ver sido grosera y decirte eso.
—No te preocupes.—Me voltee a verla, lucia un poco indecisa pero solo asintió.
—Quieres tomar algo?.—Me sorprendí por su propuesta, mi cansancio me dijo que no aceptara, pero el arrepentimiento de no aceptar me hizo entrar en razón.
—Seguro.
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~Amnesia~.
RandomCuando los recuerdos invaden, las ojeras no ayudan, y las cicatrizes no sanan., los problemillas empiezan.