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—Ahora te veré un poco mas seguido.—Mateo me sacó de mis pensamientos, haciendome mirarlo fijamente.

—Claro, podemos llevarnos y conocernos mejor.— Lo examine y supuse que seria un buen "Amigo".

Charlamos un rato, y le dije que me tenia que ir por que tenía cosas que hacer, como bañarme y comer.
Ya tenia dinero, así que primero iría a comer, caminaría a hasta mi casa, regresaría a bañarme y finalmente irme a dormir.
Había algo de Frió y mientras caminaba comenze a pensar en las estupideces que hice, en la manera que trate a todos.
En mi estado de salud que realmente es desagradable, que mi actitud esta tomando un rumbo oscuro y confuso.
No quiero empezar a ser alguien que me afecta aún mas, pero al ver mi situación es lo mejor que hay, es lo que sale de mi.
Por que cuando quiero estar bien en realidad todo lo estoy haciendo mal. Siempre ah sido así, y así se debe quedar. Recuerdo perfectamente las palabras que mi padre me dijo cuando me fui, vi su mirada, sentí sus palabras tanto como si se estuviese trantando de una puñalada.

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No aguantaba más, ya no soportaba otro día en esta casa, no soportaría un insulto ni mucho menos un grito.
Metía mis cosas furiosamente en la maleta azul rey que tenia, volvi ah mi tocador y me mire en él espejo.

Mi cabello alzado en una cola alta bien estirado, un collar de perlas blancas, y un vestido de vuelo negro.
Me mire con rabia, me mire con decepción. Me había vestido para Julio Flores.
Me arrebate él collar con rabia arrañandome a mi misma, me quite desperada la coleta y luego seguí con mi vestido, con su vestido. Sabia que tenia unas tijeras en algún cajón de él tocador blanco.

Y así fue, las tome con las manos temblando, me volví ah mirar en él con espejo tenía él maquillaje corrido por aver llorado, él cabello despeinado y alborotado.
Comense a cortar él vestido desesperada, gritando que me odiaba, que me detestaba, que era una inútil, que no valía nada, que era lo peor que hay en la existencia y jure que a si seria para toda la vida.

Me levante con él vestido todo roto, me lo quite y saque una mudada de mi armario. Me la puse enseguida y tome las primeras botas que vi. Meti solo dos pares más a la maleta, la cerré y mire por ultima vez la habitación donde había vivido durante 16 años.
Negué con la cabeza y tome él pomo de la puerta, respire y solté él aire pesadamente. Aquí terminaba todo, tenia que terminar.

La abrí con cuidado para que no se oyera nada, mire por él pasillo cuidando que hubiese nadie, camine hasta llegar a las escaleras halze la maleta y mire hacia ambos lados examinado que no hubiera nada fuera de lo común.

Ya abajo, continue mi camino hacia la puerta y justo cuando estaba cerca comenzó a abriserse, mi corazón empezó a latir desenfrenadamente me quede congelada cuando vi la persona que ya esperaba.

Y lo vi, vi su cara descompuesta y sin chiste, con su traje gris poco desarregaldo, temía que, perdiera él control y me hiciera mas daño del que ya me hizo.

—Adonde crees que vas Jane?.— Por fin hablo acercándose lenta y sutilmente, me quede quieta, me quede paralizada mi padre causaba en mi un temor terrible. Me hacia tan vulnerable, tan frágil, tan simple, tan tonta.

—Me iré de aquí.— mi voz tembló y me regañe por eso, él emboso una sonrisa con maliciasia, lo cual hizo que mi, miedo se incrementará más.

—Jane, tu sabes que adonde quiera que vayas, uyas, te escondas; te encontrare.— Sabía զue era cierto, Desgraciadamente lo era.
Sabia que las cosas que no se hicieran a su manera él iba a reaccionar de una manera agresiva.

El seria él bate y yo la bola.

—Ya lo sé, eres tan miserable que lo único que te hace seguir vivo es él dolor que le causas a los demás.— Bufé, y él enojo empezó a formarse en mi puños, apreté mis ojos quitanto toda pequeña gota que quisiera salir, trague saliva y me arme de valor para seguir caminando hacia la puerta.

Cuando comienzo a avanzar él lo hizo también, yo me pare rápido como si estuviese copiando mis movimientos hizo lo mismo.

—¿Que quieres de mí?.— Mi voz tembló, se quebró.— ¿No te basta con todos estos años, en lo mierda que me has echo?.— Mi respiración comienza a agitarse, y mi pecho a subir de arriba a abajao.— Solo dejame ir, no ves que ya estoy igual de Jodida que tú.—Me acerque a el, dejando mi maleta a un lado.— Solo dejame vivir por una maldita vez.— lo empujó con la mayor fuerza que me nace, él solo retrocede un poco y lo único que optengo es una risa fría, agria, y claramente sarcástica.

—Jane, eres tan...— Relamio su labio inferior, y comenzó a acercase yo claramente retrocedí, tome mi maleta con fuerza y él apretó la mandíbula.
Lo que iba a sudeder seria desastroso.— Estúpida.— Finalizo, y su rostro expresó sinceridad y obviamente furia.

La vida te da golpes que te dejan marcados, mental y físicamente. Mi padre fue un claro ejemplo que los límites no existen, y que la suerte jamas seria para mi.
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~Amnesia~.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora