02. DUO

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Mi cabeza palpitaba y mi pecho estaba apretado; sentía frío y quería parar el dolor que recubría todo mi cuerpo. Oía murmullos a mi alrededor y un paño tibio estaba atado a mi cuello y una mano helada que sostenía la mía.

Mi vista aún estaba nublada, pero cuando parpadeé un par de veces más, a la izquierda logré visualizar unos rizos rebeldes. Para luego escuchar como alguien era golpeado y se quejaba.

Esa era Lola, definitivamente y, suponía, que era Shawn al que había golpeado.

Parpadeé nuevamente para acostumbrarme a la luz cegadora que había en el techo de la enfermería. Olía a alcohol, sangre y medicamentos raros. Supe que me encontraba en la oficina de la enfermera.

Intenté sentarme, pero me dolía de una manera horrible el pecho. Como si alguien hubiese metido su mano en donde se encontraban mis pulmones y los hubiese estrujado.

—No, no te muevas. Tus pulmones aún están algo débiles. Además, te lastimaste las costillas después de tirarte al suelo, no debes hacer mucho esfuerzo –dijo mi amiga.

Cuando Lola me ayudó a sentarme en la pequeña camilla, vi que Shawn estaba sentado junto a ella. Me miró preocupado.

—¿Cómo sabían que estaba aquí? —Mi voz sonaba rasposa y a la vez ahogada. A pesar de que sabía que había tragado demasiada agua, me sentía sedienta.

No quería saber de natación en lo absoluto.

—Azafeth nos buscó en nuestras clases —susurró Lola mirando hacia la puerta.

Junto a ésta había una silla, en la silla estaba un Azafeth, con los ojos cerrados y los brazos cruzados. Estaba dormido y parecía que llevaba un buen rato sentado ahí.

Involuntariamente sonreí, apreciando lo hermoso que se veía, ganándome una sonrisa atrevida por parte de Lola.

Esta chica nunca cambiará.

—Nos contó lo que pasó de camino a aquí. Cam está fuera, hablando con el entrenador. Parecían muy histéricos cuando los vimos –confesó Shawn mientras tomaba mi mano.

No sé qué haría sin esos dos tontos.

—No quiero saber más de natación, definitivamente –confesé agotada.

La enfermera no estaba en el lugar, solo se encontraba Lola, Shawn, un Azafeth dormido y yo. Ansiaba que ella llegase rápido para que me dijera que debía hacer a partir de ahora y pudiera irme a mi habitación a dormir un poco más.

—La enfermera también dice que nada de natación, ni esfuerzo físico o deberás usar tanques de oxígeno. Estuviste diez minutos sin poder respirar —dijo Lola algo preocupada, mientras apretaba suavemente mi otra mano libre.

¿Diez minutos sin respirar? Y seguía viva. ¿Cómo era eso posible?

Eso es imposible.

—Bueno, me alegro. Igual nunca fui una chica de deportes, tampoco me gustaba la natación siquiera —dije haciendo que Shawn riera y Azafeth se movió en la silla, pero no abrió los ojos.

Mi amigo se tapó la boca con su mano y nos miró arrepentido, a lo que nosotras reímos suavemente.

A la hora la enfermera entró, revisó mi presión arterial y mis respiraciones por minuto, me dio aspirinas para el dolor y un inhalador que me ayudaría cuando sintiera que me faltaba aire. Salimos poco después, dándole gracias, y al segundo Azafeth salió justo detrás de nosotros.

—Mm... Yo... Quería agradecerte, por traerme hasta aquí —dije viendo como Cam se acercaba hacia donde estábamos.

Lola y Shawn ya iban a unos metros caminando hacia el campus; los dejé irse porque ya no volvería a mis clases hasta cuando me recuperase completamente.

Empíreo (Celestial 1#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora