23. VIGINTI TRES

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Estar triste quedaría corto con todo lo que sentía en ese momento.


Ya no escucharía los chistes malos de Drew, ni escucharía su risa melodiosa, ni cómo ayudaba a todos, ni cómo me consolaba cuando algo me sucedía. Tampoco como me abrazara cuando me encontrara triste.

Tal vez ya no lo vería nuevamente.

Tal vez.

—Gracias por ayudarme a sepultar el cuerpo de Drew —dije poniendo el último montículo de tierra y rocas sobre donde Azafeth había abierto el hoyo.

No lo había sepultado en el cementerio, él me había dicho específicamente donde todo inició. Así que adivine que era en casa de tía Sara, en su jardín trasero.

Si alguien se llega a mudar aquí y encuentra tu cadáver; es culpa tuya, Drew.

—Para que están los novios, ¿quieres que te sepulte junto a él? —preguntó pasando su brazo por hombros en señal de apoyo.

Reí sin ganas y asentí.

—Por supuesto, pero si muero... —comencé a decir mirándolo, él asintió y miró la tumba improvisada que habíamos hecho.

—Tal vez no te vuelva a ver... —murmuró besando mi sien, tomé su mano.

—Si muero, te buscaré, lo prometo —dije y él me respondió con un beso.

—También haré lo imposible por encontrar una manera de verte. Es hora de irnos —susurró.

Miré por última vez la tumba. Azafeth me acercó a él y en dos segundos estábamos otra vez en el campus de la universidad. Solo que esta vez estaban Reyna, Samid y Eldric, Cam hablaba con el pelirrojo, mientras que Reyna opinaba de paso.

Eldric miraba el cielo y con interés a Lola y Shawn.

—Diana, siento mucho lo de Drew. Sinceramente me estaba comenzando a agradar demasiado —dijo Reyna acercándose a mí y tapando parte de mi cara con su sombrero de marca cara.

Recibí su abrazo y la observé detenidament, llevaba mucho bloqueador. Samid luego me dio un abrazo y palmeo mis hombros en un intento de apoyo.

—¿Quién es él? —preguntó Lola en un susurro, haciendo que Samid pusiera sus ojos hacia su dirección, a lo que mi amiga se sorprendió.

Reyna se rio y por poco el sombrero se le cae de la cabeza, así contestando:

—Es mi hermano, ¿notas el parecido?

Mi pelirroja amiga se puso junto a su hermano y Samid sonrió descaradamente, haciendo que Lola ahogara un chillido.

—¡Santo cielo! —exclamó mientras que Shawn estaba perdidamente mirando como Cam hablaba con Eldric.

Samid miró detenidamente a Lola y casi entre en pánico cuándo él acercó su nariz hasta su cuello, oliendo sin una pizca de pudor, ni vergüenza.

Que no la muerda, por favor.

—¿Esa colonia es de Chanel? —preguntó con gran interés, haciendo que Lola me mirara con asombro.

Ella asintió y Samid besó su muñeca.

—Tienes buenos gustos. Me agradas —dijo y Reyna bufo burlona.

—Samid, ya no se besa las manos de las damas desde hace dos siglos. Estamos en el siglo XXI, hermano, en donde les debes comprar comida y se irán contigo de una vez. Anota, que son consejos vitales.

Empíreo (Celestial 1#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora