26. VIGINTI SEX

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—Para ahí, ¿me estás diciendo que viste al ángel de la Muerte y que esta super ardiente, pero se comporta como un completo idiota y aún así sigue pareciendote ardiente? —preguntó Shawn mientras se metía un taco entero a la boca y miraba incrédulo a Lola, para luego mirarme otra vez.


—Sí, es lo que digo. Es ardiente, pero su actitud de patada está de más. Por favor, no le digan a Azafeth que dije que la Muerte está candente –dije mirando a mis espaldas como mi novio comía junto a Cam y Reyna, con medio estudiantado mirando hacia su mesa.

—Tranquila, para que están los amigos. A mi me pareció ardiente Henry Cavill, y Cam no lo sabe —replicó un Shawn sonriente, mientras tomaba un sorbo de su Sprite.

—Sabes que él puede casi leer tus pensamientos si le place, ¿verdad? —dije alzando una ceja a lo que Shawn se encogió de hombros.

—Si sabes que ellos pueden escucharnos si quieren —dijo Lola mirando a Reyna detrás de ella.

Mi mejor amiga estaba teniendo problemas para tomarle cariño a la pelirroja, mientras que Shawn de vez en cuando hablaba con ella sobre cosas como diseñadores o si le gustaba mas Gucci que Prada. Parecía llevarse bien con la vampiresa.

—Lo sé, pero no me preocupo, por que sólo pienso que están guapos, no es que esté pensando secuestrarlo, ni nada parecido —murmuró comiendo otro taco.

Llevaba años conociendo a Shawn y no sabía cómo le podía caber tanta comida en el estómago. Cielo santo, si él seguía así ya no entraría por la puerta de su cuarto.

—Sabes que aunque toda la cafetería esté hablando puedo oírte, Diana —murmuró alguien en mi oído haciendo que mi piel se eriza.

Al subir mi vista vi a Azafeth junto a mi, mirándome con sus ojos entre un tono azul y verde. Agradecí mentalmente que estaba de un buen humor.

—No estaba diciendo nada malo —dije como niña pequeña mientras lo miraba con temor.

Pero en vez de que él me reprochara por algo, soltó una risa leve y besó mi cabeza desde donde estaba, mientras Cam le murmuraba a Shawn algo al oído.

—Supongo que nos veremos al terminar las clases —murmuró y se despidió para salir de la cafetería con Cam junto a él.

*

Abrí la puerta y el aire acondicionado me azotó la cara. Los pocos alumnos que estaban ahí, me miraron de reojo y siguieron en sus deberes. Mi compañero, Yoo Park, me miraba desde nuestra mesa.

Sonriente me dirigí hacía él.

—Creí que te habías muerto, Stacy me dijo que no estuviste en las vacaciones de Navidad —susurró para que nadie nos mirara y mandara a callar por hacer ruido.

—Estuve en la casa de un primo. Es de Praga, ya sabes...está lejos —susurre al igual que mi amigo, mientras sacaba mi libreta y un bolígrafo.

–Vaya, que bueno que hayas salido un poco de esta calor infernal de Arizona. Yo fui a la casa de mi abuela, en Busan, el frío estaba soportable, en comparación a otros inviernos. Te traje comida que te envío mi abuela y dulces —le sonreí y pregunté como se decía gracias en coreano.

Me gustó saberlo y le repetí la palabra, viéndolo feliz.

—¿Me he perdido de algo importante? —pregunté, aún el profesor no había llegado, mientras esperaba a que la campana sonara.

—En realidad no... espera si. Britney de Inglaterra tenía piojos, la enferma le dio una pastilla y a Britney se le comenzó a caer el cabello. Fue espantoso —respondió soltando una pequeña risa.

Empíreo (Celestial 1#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora