El agua de la ducha estaba tibia en cuanto entré, en seguida me despertó.
Drew había accedido quedarse junto a Azafeth mientras me daba una ducha que, por cierto, ya necesitaba con urgencia.Había pasado exactamente un mes desde que habían atacado a Azafeth, y no importaba cuántos hechizos usará Eldric, él no parecía despertar.
Cerré la llave y salí para envolver mi cuerpo en una toalla. Busqué entre mi ropa algo cómodo, cogí lo primero que vi. Una camisa desastrosa llena de pinturas, que parecía ser de Azafeth, y un short de algodón. Tomé unas medias y las metí en mis pies, salí después de haber puesto la toalla en donde le llegará el sol para que se secara.
Bajé a la cocina rápidamente, tomé una taza de té que estaba en la mesa y subí corriendo las escaleras. Al entrar al cuarto, Azafeth seguía en el mismo sitio y Drew estaba sentado junto a él con un libro en la mano.
—¿Drew? —pregunté entrando y cerrando la puerta detrás de mí. Mi hermano se giró y cerró el libro. Era Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen.
¿Desde cuándo Drew leía clásicos?
No sé si estaba impresionada o confundida.
—Le leía un poco a Azafeth. Creo que la joven Elizabeth merecía un mejor trato al principio por parte del señor Darcy. Una pareja hermosa, no tan trágica como Romeo y Julieta. Esos dos si estaban locos.
Rodee los ojos y me senté junto a ellos.
Había leído muchos clásicos en la escuela, los seguía leyendo a veces cuando entré a la universidad, no podía negar que eran interesantes.
—Suena interesante, pero creo que él es más de las pinturas y lienzos —dije tomando un sorbo de té. Drew miró por unos largos minutos a Azafeth.
—Sonará raro, pero en verdad extraño cuando suelta sus insultos y miradas matadoras —murmuró levantándose, dejando el libro en la mesita junto a la cama, justo alado de mi taza de té—. Bien, voy a almorzar, si sucede algo más solo grita.
Asentí, él se inclinó para besar mi frente, caminó hasta la puerta y salió de la habitación.
Suspire mirando a Azafeth.
Lo extrañaba. Extrañaba cuando su humor cambiaba repentinamente, cuando sus ojos cambiaban cuando miraba algo que le gustaba. Extrañaba cuando Cam lo molestaba, él no dijera nada y se limitará a ignorarlo. Extrañaba cuando me abrazaba, me besaba y reía conmigo. Lo extrañaba todo de él.
Tomé el libro, lo abrí donde Drew había parado de leer y continúe leyéndole a Azafeth. Aunque no se moviera, sabía que podía escucharme y eso me daba esperanzas.
*
Eldric estaba de pie junto a mí, revisando el pulso de Azafeth. Eran alrededor de las seis de la tarde y hacía un frío infernal, sinceramente no sé cómo las personas podían vivir así. Eso solo me hacía añorar el calor de Phoenix.
—Bueno, su ritmo cardíaco es normal. No hay nada malo o raro en su sangre, su tono de piel está bien. El único problema es que no ha despertado —murmuró mirándolo detenidamente.
—O sea, que está bien, pero sigue en coma —susurré yo.
Había terminado de leer Orgullo y Prejuicio, por lo que me tomé el tiempo de ir a la extensa biblioteca de Eldric y tomé Drácula de Bram Stoker. Por ahora iba a la mitad de la trama, hasta que entró Eldric a hacer su revisión diaria. Siempre la hacía, eso nos decía si había algo inusual en Azafeth.
—Sí, ruega a Gabriel por que despierte. Lo necesitaremos en la lucha contra Lucifer —finalizó y salió sin decir más.
Suspiré y me levanté de la silla, salí también y me dirigí al baño.
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Empíreo (Celestial 1#) ✔
Fantasía༺Libro uno de la saga Celestial༻ «Diana, una joven universitaria como cualquiera otra, con dos mejores amigos un poco locos, empieza a presenciar sucesos que le harán ver que no era para nada ordinaria. No era una chica normal, no era quien creyó se...