05. QUINQUE

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Reyna era la descripción viva de una antigua diosa griega. Todos los chicos parecían babear cuando pasaba frente a ellos. Y ella, pues, quería estar como chicle solamente junto a Azafeth. Obviamente eso lo ponía furioso y la mandaba, no muy gentilmente, lejos a donde no pudiera molestarlo. Por supuesto, antes de eso, ella me miraba fijamente, lanzándome balas por sus hermosos ojos oscuros, y se iba furiosa.

—¿Acaso acaba de mirarte mal? Amiga, ella debe estar loca si quiere meterse contigo –expresó una Lola nada contenta.

Lola parecía querer explotar, no era de insultar o juzgar a alguien antes de conocerlo, pero por como Cam la había descrito, Reyna era la reencarnación de la belleza, odio y lujuria y por todo ello, Lola la odiaba. Yo no me quedaba atrás, no me gustaba como estaba pegada a Azafeth todo el tiempo.

No debería ponerme celosa, Azafeth y yo no éramos nada, pero de verdad no me gustaban las miradas que le lanzaba Reyna.

En serio esto no debía ser de mi incumbencia todo lo este lío.

—Cálmate, no querrás causar una guerra en pleno campus, ¿o sí? —indagó Cam. Ya le estaba dando ideas, pero nuestra amiga no respondió solo sonrió.

Era como si supiera sus secretos horribles y los quisiera solo para ella sola.

—Shawn dice que deberían dejar de hablar tanto de ella, porque Shawn piensa que ella en el fondo sabe que es una...

Shawn nunca podía tomar nada en serio, no entendíamos por qué hablaba en primera persona.

Estábamos en el jardín que daba al edificio cuatro, el de Cam y Azafeth, había pasado un mes desde que Reyna apareció, Azafeth creó Aionis y los ensayos de la obra extraña que se estrenaría a final del semestre.

Cam parecía contento con todo, hasta que mencionaban a Reyna. Todo el mundo parecía odiarla, claro, excepto sus compinches que no se despegaban de ella nunca.

—Se supone que ella es nueva, pero al parecer Azafeth y Cam la conocen. Ella los conoce y eso no me da buena espina. —Lola tenía buen un punto y la apoyaba.

Hace poco casi le saca un ojo a Stacy porque llevaba la misma blusa que ella.
Yo creía que era algo exagerado. Había visto cientos de personas usar los mismos jeans que yo y no me molestaba en lo absoluto. A mí, sinceramente, me daba igual. No es como si toda la universidad se hubiese puesto de acuerdo en usar los mismos jeans.

—Ella necesita arreglar sus prioridades, pero, aunque Azafeth la mande a volar, sigue ahí como un cachorro faldero. –Cam, por ser el mejor amigo de Azafeth, obviamente le molestaba tener que soportar a la chica.

Azafeth parecía querer darle un puñetazo cada vez que se acercaba Reyna y ella se molestaba porque sus encantos no funcionaban con él, pero con los demás sí.

—Ella es una molestia, simplemente no la soporto —murmuró éste molesto cuando pregunté por qué tanto alboroto—. Ella cree que puede tener a todos en la palma de su mano, por desgracia para ella yo soy difícil de manipular.

Eso último lo dijo mirándome y me pregunté si había sido una indirecta, porque Lola pareció notarlo y sonrió con picardía.

—Me parece perfecto, sabes, no darle el gusto de que te viole —dijo Lola ondeando su mano con indiferencia. Cam rio cuando mi amiga se encogió de hombros.

Hoy era sábado y no porque fuera fin de semana estábamos libre siempre. Yo aún debía ir a mi clase de Teología que daba con ellos cuatro.
Apenas eran las diez de la mañana y la clase comenzaba a las doce y treinta del mediodía. Teníamos mucho tiempo en el que podíamos seguir quejándonos de lo horrible que era Reyna. Llegó un momento en el que se pusieron a hablar de otras cosas y yo me quedé callada.

Empíreo (Celestial 1#) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora