Capitulo 49.

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Nuestra Luna de Miel transcurrió rápido, ambos disfrutamos mucho y lo pasamos en grande, pero ya era hora de volver a casa, con nuestro hijo.

Nos encontrabamos en el avión cuando comencé a sentirme mareada y a tener nauseas. Le pedí a Marcos que me dejase pasar y me fuí al baño a vomitar.
Supongo que sería producto del embarazo.

Tras largas horas de viaje, llegamos a Madrid, donde nuestros padres se encontraban junto a Adam.

Nuestro pequeño comenzó a hacer el amago de querer tirarse de los brazos de mi madre para venir donde Marcos y yo. O mejor dicho, donde Marcos.
Porque sí, Adam tenía una terrible obsesión con su padre.

Tras estar saludando a nuestros padres, nos dirigimos a casa.
Al llegar, Marcos fue a casa de sus padres a descansar un poco y yo hice lo mismo.

Para la hora de comer mamá vino a despertarme diciendome que tenía algo que decirnos a Marcos y a mi. Fuimos las dos al salón y allí se encontraban Marcos y sus padres, y papá junto a Adam.

-Bueno, os hemos reunido aquí, porque tenemos algo importante que deciros.-comenzó a decir papá.
-Ya que mi empresa es de las más importantes, he conseguido regalaros una prestigiosa casa en Los Angeles, California.-dijo el padre de Marcos.-Así, alguien de mi familia podrá vigilar la empresa en Estados Unidos.-
-Pero papá, yo soy médico.-dijo Marcos.
-Lo sé, hijo. Vosotros tan solo debeis ir una vez al mes a revisar que todo está yendo bien. De mientras, un encargado, un familiar, se encargará de la empresa.-
-¿Que familiar?-preguntó inquieto.
-Nosotros.-dijo Laura entrando a mi casa.-Papá no se acaba de fiar de Dylan, así que tendrás que venir a revisar de vez en cuando.-
-Pero...es en serio, ¿Que vamos a vivir a Estado Unidos?-dije, todavia en shock por la noticia.
-Sí, ireis allí a vivir y tendreis a nuestros nieto, o nieta.-dijo mamá.
-No me lo puedo creer.-dije riendo. Los demás tambien rieron.- ¡Voy a vivir en Estados Unidos!-dije saltando feliz.

Y ahí, todo se volvió negro.
Mi felicidad, se había ido en un instante.
Ya no ví más.

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Desperté y me cegué con las luces de la habitación. Me encontraba en una habitación donde olía todo a nuevo y era blanca. Mi vista era borrosa y lo primero que ví, además de luces, fue una sombra sentada a mi lado.
Mi vista se enfocó y un Marcos preocupado se encontraba sujetando mi mano mientras la besaba. Alzó la mirada y se sorprendió al verme despierta.

-Paula.-dijo mientras se le iluminaba la mirada.
-¿Donde estoy?-dije algo confusa.
-En el hospital...es-espera que vaya a llamar a la doctora.-dijo levantandose de la silla corriendo.

Cuando volvió, venía acompañado de una mujer de unos 30 años, que expulsaba amabilidad con tan solo mirarla.

-Paula.-dijo ella sonriendo.-¿Como te encuentras?-
-Me duele un poco la cabeza y me siento mareada, pero, ¿por que estoy aqui?-pregunté.
-¿Aun no lo sabes?-negué con la cabeza.-Perdiste el conocimiento por el estrés acumulado.-
-¿Estrés?-volví a preguntar confusa.
-Tu marido- esa palabra aun me causaba escalofrios.- me contó que acabais de volver de un viaje bastante largo, y sumandole que estás embarazada, es normal lo que te ocurrió, ya que tampoco descansas lo suficiente, ¿no es asi?-asentí.-Bueno, por hoy, te dejaremos descansar, el alta te lo daremos mañana.-dijo yendose de la habitación.
-Doctora.-llamé su atención.- Mi...nuestro bebé.-me callé.- ¿Está bien?-
-Por supuesto que lo está, ella no sufrió ningun daño.-sonrió.
-Oh, gracias doctora.- se calló, pensativo, como si se hubiese dado cuenta de algo.- ¿Ella?-preguntó Marcos.
-Sí.-asintió la doctora.- Le hicimos una ecografia, y ya sabemos el sexo, pensé que ya os lo habían dicho.-ambos negamos con la cabeza, shockeados.-Ups, lo siento...quizá queriais esperar al parto para saber el sexo.-
-No no no, para nada doctora.-la interrumpí yo.- Muchas gracias.-dije.

La doctora se fue, dejandonos solos, observandonos. Marcos sostenía mis manos mientras las suyas temblaban. Sus pupilas se dilataban cada vez más. Ambos sabiamos que significaba eso.

-Blake.-respondimos al unisono.

Blake era el nombre que queriamos ponerle a nuestra hija, era un nombre que reflejaba reveldía, como su padre.

Adam y Blake Cooper. Así se llamaban nuestros hijos.





Bueno, después de 4 meses sin actualizar, os traigo el penultimo capitulo de la novela más conocida que tengo.
Solo tengo que deciros: gracias por leer y apoyar la novela siempre.💜

Enamorando A Una NerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora