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La primeras tres semanas de convivencia fueron fantásticas. Alec despertaba a su Magnus con el desayuno todos los días y Magnus le cebaba mates a su Alexander en la tarde.

El primer fin de semana Alec trabajo mucho a la noche así que no pudieron salir a festejar. En el segundo paso lo mismo, la gente pedía siempre delivery, eso ponía a Alec de mal humor pero Magnus siempre se las manejaba para sacarle una sonrisa.

El problema fue cuando el último fin de semana las cosas se pusieron tensas. El lunes comenzaría la cuarta semana. La semana que cambio todo.

- ¿Que horarios son? - preguntó un Alec que estaba guardando su casco y las llaves sobre el cuenco que le había hecho su hermana. Uno de mimbre sin significado.

- Es de 9hs a 15hs no está nada mal, ¿No?

- ¿Todos los días? - Alec aún no giraba. Pero Magnus podía sentir algo en el.

- Lunes a sábados, los sábados creo que es hasta las 19... - dijo pensativo Magnus.

- ¿Los sábados también? - Por fin Alec giro y lo miro. - ¿Pero cuando llegas yo me voy a trabajar. Cuando vamos a vernos?

- No seas dramático, vivimos juntos Alexander.

- No es dramático es que no tenemos tiempo para nada.

- Si que tenemos. - Magnus se acercó y lo abrazo por el cuello - Hasta que no venda cuadros no vamos a poder vivir bien, así que tengo que trabajar.

- Yo puedo mantenernos.

- No podemos mantenernos con tu delivery. Se coherente.

Alec miró el piso y dio unos pasos hacia atrás. Magnus sintió que se le caí entre sus dedos. Su semblante había cambiado, no se lo veía seguro ni a alerta. Lo que dijo le había dolido.

- Amor...

- No, esta bien, tenes razón.

- No, no la tengo.

- Tengo un laburo de mierda, soy una mierda. Esta bien.

- Basta, no digas así. - Magnus se acercó y le acarició el rostro.- Veni, abrazame.

- No, no quiero.

- Dale veni.. - Magnus se abalanzó sobre su cuello para intentar un abrazo.

- SALI! - le gritó Alec sacando los brazos que lo rodeaban. - Quiero estar solo, déjame solo. - Dijo y se fue a la pieza, haciendo sonar fuerte la puerta que cerró de un portazo.

Magnus se quedó parado en la cocina, mirando a todos lados. Al día siguiente tenía que ir a trabajar. Tal vez al no decirle había ocasionado problemas. 

Tal vez las sorpresas no le hacían bien.

Cree en mí (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora