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Las caricias fueron el desayuno de esa mañana tan confusa. Las manos que antes habían golpeado el rostro de Alec ahora lo acariciaban; Magnus le dejaba besos por su rostro y en su cuello y Alec no decía nada, se dejaba mimar. El teléfono sonó repetidas veces, era el trabajo claramente, pero Magnus no iba a volver. 

Estaba decidido, alteraba mucho la pareja.

La noche llego y todo había estado en paz hasta ese momento, pero Alec se tenía que ir a trabajar y cuando salió de ducharse vio que Magnus estaba con el teléfono. No le gusto.

- ¿Vas a volver? - Preguntó Alec secándose el pelo con la toalla.

- Me ofrecieron trabajar desde casa por un tiempo, les dije que estaba... - Magnus miró a Alec y sintió un dolor en su pecho.- Que no podía salir.

Lo único que pudo decir Magnus a su trabajo era la verdad. Su padre, como Alec había dicho antes, le arreglaba cualquier problema, incluso si eso tenía que ser trabajar desde la casa por problemas de pareja.

- Ah mira que loco, que buena onda...

La voz de Alec sonó casi irónica pero Magnus la ignoró y se levantó para ir a la cocina, para preparar unos mates y así tomar algo antes de que Alec se vaya a trabajar.

Alec se quedó parado preparando todo mientras Magnus le hablaba de fondo, algunas palabras que no llegó a escuchar, al menos no con toda la atención que quería. Guardó sus llaves en el bolsillo y se quedó con las de la moto en la mano. Respiro profundo y giro a tomar el mate que Magnus le ofrecía.

- Amor, ¿Me prestas tus llaves? Creo que perdí las mías de tanto ir y venir.

- Uh que cagada, bueno dale.. - Magnus giró y sacó las llaves del bolsillo de su mochila y se las dio.

- Mañana hago una copia.. Gracias amor - dijo tomando las llaves de la mano de su novio - Perdona que te deje aca.. Encerrado.. Pero tengo que ir a trabajar..

- No pasa nada. - Magnus sonrió y Alec le dejo un beso en la mejilla. 

Tomaron un par de mates más, y se dedicaron mejor a besarse, a mimarse. Luego de una buena sesión, de besos y caricias, Alec se separó de su amante, dejándolo solo sobre el sofá y se fue a trabajar. Apoyó su frente en la puerta mientras cerraba con llave, dejando a su novio encerrado adentro y apretó los dientes sintiendo un vacío en su pecho. Se dio la vuelta y se fue a buscar la moto. 

Magnus se quedó adentro mirando la puerta, trago en seco y cerró los ojos. Se puso de pie y se acercó a la misma, apoyando su cabeza escuchó la moto irse junto con su libertad. Dejó caer su cuerpo contra la misma y tomo su rostro, ocultando como sus lágrimas que venía conteniendo comenzaron a caer. "No era casualidad. Era casualidad." Su mente le alarmaba pero su corazón no quería escuchar.

Cree en mí (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora