Después de la violencia... ¿Qué?

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Las personas que sufren hostigamiento psicológico y/o agresiones físicas por parte de sus parejas y logran tomar la decisión de salir del infierno saben que no es una situación fácil. En el camino deberán superar varios obstáculos y enfrentarse no sólo con el agresor, sino con los prejuicios sociales, las dificultades económicas y con ellas mismas. Sólo así podrán reconstituirse como mujeres libres.

¿Cómo se hace para "volver a ser"? ¿Cómo se llega a mirar para adelante y a sentir que sí, que se puede, que hay un futuro más allá de la violencia? ¿Cómo se sacuden y se sacan de encima esos días, meses, años de maltratos y descalificaciones? Información, coraje y contención son sólo algunas de las claves que permiten a estas personas sobrevivir al infierno y salir adelante.

Vencer el miedo

La decisión que implica alejarse de la persona violenta puede ser el resultado de un trabajo reflexivo que le haya permitido a la víctima fortalecerse emocionalmente, o bien fruto de una reacción ante amenazas o heridas marcadas a fuego. 

Mientras la primera situación permite a la víctima tomar algunos recaudos (como preparar los documentos, tener dinero o haber previsto cómo tenerlo, solucionar adónde ir, cómo y cuándo hacerlo, etc.), la segunda es reactiva, inmediata, con el ánimo de asegurar su supervivencia y/o la de su familia, y es usual que, superada la situación, no persistan en la idea de salir del círculo violento en el viven.

"El miedo está entre las principales dificultades que enfrenta un ser maltratado. Esta tiene en su cuerpo y sus emociones el registro de que cualquier cosa que haga puede ser usada como argumento para que su pareja se violente. Las amenazas o la posible venganza del agresor generan un clima de terror que la paraliza."

La decisión que deben tomar las víctimas de violencia es difícil. Hacer la denuncia implica que el victimario se entere y pueda reaccionar en consecuencia, en un encuentro que puede ser fatal. Por eso, al momento de afrontar la decisión, resulta necesario que la persona busque apoyo y se prepare, por ejemplo, conociendo mecanismos para pedir ayuda ante situaciones de riesgo.

Lograr el sostenimiento económico de su familia

Uno de los principales obstáculos que debe superar la víctima de violencia es su sostenimiento económico y el de su familia. Muchas, dependen económicamente de su pareja y/o tienen poca experiencia laboral o capacitación y, cuando toman la decisión de separarse, deben resolver con qué recursos podrán solventarse.

"La persona va quedando aislada. Aun aquellas que se desempeñaron con total independencia, cuando entran a la pareja ceden su poder personal y se dedican a lo doméstico y a la crianza, quedan atrapadas en la dependencia económica y la inserción o reinserción en el mundo laboral no les resulta sencillo"

La reinserción sociolaboral es un paso clave para ayudar a las víctimas a superar esta situación, ya que la violencia implica no sólo el deterioro físico y psicológico, sino que además conlleva un elevado índice de ausentismo laboral, lo que puede llevar a la desvinculación.

Re Vincularse con su círculo

La contención de amigos y familiares resulta fundamental para afrontar cualquier situación difícil, incluso cuando estas personas buscan despegarse del vínculo tóxico. 

Pero muchas veces no es fácil, ya que el victimario las aisló de sus afectos, cercenó sus charlas con amigas y limitó el contacto con vecinos. Así, recuperar sus redes sociales es un aspecto más en el que deben trabajar.

"Por celos, por control o por evitar discusiones fueron dejando de lado a amigas, familiares, vecinos. Se creyeron el 'no vas a poder' y es un gran estímulo volver a recuperar los vínculos"

Volver a ser ellos mismos

"Lo que más cuesta, como siempre, es mirarse al espejo. Pero, en estos casos, lo primero es separarse del violento. Una vez con la vida a salvo se puede trabajar la propia violencia, la manipulación y lo que quieras. Pero lo primero es estar vivo"

La persona logra salir de la situación violenta cuando puede darse cuenta que merece ser respetada, que posee la libertad para decidir por sí y en la medida que admita que la relación afectiva de pareja se consolida en tanto y cuanto cada uno logra, por medio de la palabra, plantear las diferencias, aceptarlas, comprometiéndose a buscar consensos que contemplen las necesidades de ambos.

"¿Y dónde estuve yo todo este tiempo? Esa es la pregunta que hoy me hago", dice una persona sobreviviente. Una de las tantas víctimas que perdieron su entidad bajo el influjo de las palabras maltratadoras, de las miradas amenazantes y de los golpes físicos. 

Una víctima que hoy puede salir a la calle sin miedo y asumir que tiene derecho a vivir sin violencia. Una persona valiente que recuperó el poder sobre su propia vida.

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Cree en mí (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora