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La casa estaba en silencio, un viento suave entraba por las ventanas y movía apenas las cortinas de la cocina y el living. La pieza estaba a oscuras y solo entraba luz por la puerta. En la cama estaba Magnus recostado como bolita. Se abrazaba a sí mismo. Con fuerza mientras de su pecho salían sonidos. Estaba ya cansado de llorar, no tenia mas lagrimas ni fuerza en su pecho ¿Por que el hombre que amaba tenia que ser así? Estar enfermo...

- Dios, que horrible soy por pensar eso... - Se dijo a sí mismo y comenzó a llorar nuevamente. Al paso de las horas, el sol salió y le iluminó directo a la cara desde las rendijas de la ventana que cerraban de noche.

Alec iba a volver.

Se sentó en la cama rápido y miró a su alrededor. Tenía que limpiar. Se levantó de la cama y junto ropa que estaba en el suelo, la puso sobre una silla. Miró a su alrededor y noto que odiaba estar solo. Camino hasta la cocina y encendió la radio vieja que estaba allí, alguien en la radio hablaba del clima y el tránsito. Su pecho dolía de nuevo.

Se puso derecho y miró de nuevo a todos lados.- Hay que limpiar.

Era lo único en lo que podía pensar. Puso la máquina de café a andar y se puso a lavar los pisos. Abrió todas las ventanas y dejo que la pureza del perfume limpiara todas las energías negativas. Se quedó tomando café por un largo rato, varias tazas. Pero Alec no volvía. Por raro que parezca se quedó dormido en el sofá, ni siquiera escuchó cuando su novio volvió.

Le acarició la mejilla suavemente y lo levantó, cargándolo hasta la cama. Magnus abrió los ojos y no lo pudo creer, se abrazó a él, olía tan mal, pero era lo que menos importaba en ese momento.

- Te amo tanto... Nunca me faltes. - Le suplico Magnus.

- Nunca mi amor. Te amo muchisimo mas... Perdoname... - Y por primera vez desde que lo conocía, Alec rompió en llanto.

- Juntos lo vamos a superar. Te lo prometo. - Dijo Magnus.

Y Alec asintió.

Cree en mí (Malec AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora