25. El baño de los prefectos

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La vida es una colección de recuerdos
Pero a nada como tu recuerdo tan bien
Desde la redondez que tienen tus labios
Al olor de tu pelo
Al color de tu piel

En tus pupilas - Shakira

Sus días en Hogwarts aquel 1994 habían sido los mejores del mundo. Los días no eran lo suficientemente largos para terminar todo lo que tenía que hacer y las noches no lo suficientemente largas para satisfacer su necesidad de Remus.

Sorprendentemente había pasado el examen de desaparición con éxito, sus padres le habían obsequiado como regalo una copia de la llave de su bóveda en Gringots.

Cada hijo de los señores Lowe tenía su bóveda personal, aparte de la familiar, donde todos los meses se depositaba dinero de los negocios extra laborales de su padre. Fue una medida de Alistair cuando Voldemort era una amenaza para su familia. Podían matarlos a él y a Rosalie, pero debía asegurarse el futuro de sus pequeños.

Annie fantaseaba con comprar una casa frente al mar junto a Remus y mudarse lejos de todo los disturbios de la sociedad. Lo imaginaba a él en traje de baño, tirado en la arena, mientras ella nadaba en el medio del océano.

Pero el destino tenía planes diferentes para ambos.

La primavera llegó con noticias para Canuto, Annie no se había olvidado de su tarea, incluso tres veces por semana le enviaba por medio de Crooky provisiones, con la ayuda del extraño mapa de Remus, para no cruzarse con nadie. En una de sus ultimas cartas le había contado que la rata del hermano de Percy había escapado. Sirius estaba como loco, pero Annie lo tranquilizaba prometiendo que lo encontraría. Luego de Remus, esa era su segunda prioridad. Pero algo le olía raro, sabía que estaban pasando algo por alto, lo exasperante era no saber que.

-¿Me podrías pasar mas tinta, por favor ? –le dijo él, sin apartar la vista de los pergaminos que corregía –Oh, Longbottom, sigue sin comprender que los Grindylows son criaturas de agua...

-No seas tan duro con él –besó su coronilla ella mientras le acercaba lo que le había pedido y volvía a concentrarse en su libro de Historia de la Magia.

Se hallaban ambos en el despacho de él, cada uno haciendo sus cosas pero sin dejar de ayudarse.

-Es sábado, deberíamos hacer algo más que leer y corregir –dijo enarcando una ceja ella.

Él soltó el pergamino de golpe, tentado ante la idea.

-¿Que me esta proponiendo señorita Lowe?

-No lo sé profesor, a lo mejor usted podría ayudarme con esta tarea pendiente que tengo...

A ambos les encantaba aquel juego, los encendía demasiado.

Estaba a punto de acercarse y plantarle un beso en la boca cuando alguien tocó la puerta. Annie se sobresaltó.

-Tu estas cumpliendo un castigo –le dijo Lupin en voz baja mientras se dirigía a la puerta. Aquella sería su excusa.

Abrió la puerta y se encontró con Draco Malfoy y sus escoltas.

-Profesor Lupin –le dijo él con cierto tono de desprecio –vengo a discutir sobre la nota de mi último examen..

La leona respiró hondo, nadie le hablaba así a su hombre. Pero debía morderse la lengua.

-Un segundo señor Malfoy, despediré a la señorita Lowe que esta en pleno castigo y ya me ocupo de usted.

Cerró la puerta suavemente y la miró. Ella juntó sus cosas a toda velocidad y le dio un fugaz beso en los labios sin antes susurrarle:

-Esta noche, luego de la cena, en el baño de prefectos.

Out Of The Woods - Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora