38. Imprevisto

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Y cuento las horas, que no pasé a tu lado
Son como hojas de un papel en blanco
Y no quiero gritarte, pero esto me tiene harto
Hasta el punto mismo de odiarte y sonreír, a la vez

Deshoras - Babasonicos

Pospusieron la boda dos semanas luego de la tragedia de Diggory. Su papá estaba como loco, iba y volvía tarde y estaba faltando al trabajo. Con su madre se escapaban a reuniones secretas y no volvían hasta muy entrada la noche.

La señora Lowe tenía ojeras de tanto trabajar, la ceremonia sería sencilla e intima, en el jardín de los Lowe, pero aún así quería que todo estuviese perfecto.

Annie estaba entrando en el séptimo mes pero sentía que dentro de poco explotaría, cosa que no quería, Apolo y Sarah merecían su protagonismo.

Aguanten solo un poco mas, le hablaba a sus pequeños todas las mañanas. Habían comprado otra cuna con Aquiles, aunque esta vez resignada decidió armarla con un simple movimiento de varita. Una bonita cuna azul pálido y una rosa claro (que antes era blanca) estaban en extremos opuestos de la habitación, que al ser contigua a la de Annie, Apolo y Aquiles se encargaron de conectarlas e instalar una bonita puerta. Alec continuaba sin hablarle al punto tal que ni siquiera la miraba, pero a su hermana la tenía sin cuidado.

Durante el día estaba muy ocupada preparando la llegada de sus hijos y comprando lo que faltaba para la boda junto a su futura cuñada.

La ceremonia fue pequeña, solo familiares y amigos íntimos. La familia Dinmale era pequeña a comparación de la suya, Sarah solo tenía un hermano mayor. Los Jones también estuvieron presentes para suerte de Annie y luego durante la fiesta Oliver pasó a saludarla.

-Annie, es increíble –dijo mirando ya ahora enorme vientre.

Le había traído dos conjuntos pequeños del Puddlemere United, equipo de Quidditch del cual ahora era jugador oficial, y dos escobas de juguetes que se elevaban solo unos centímetros del suelo.

Pasó casi toda la fiesta sentada, ya le pesaba su propio cuerpo, pero sus amigos no la dejaron sola ni un segundo salvo cuando se terminó la fiesta.

A la mañana siguiente, como era habitual en la casa de los Lowe, los únicos levantados temprano eran Aquiles y Annie, Apolo y Sarah se habían marchado unos días a un hotel en Londres en concepto de luna de miel, que habían pospuesto por la llegada de sus sobrinos.

Se sintió culpable al tener que pedirle a Aquiles que fuese a despertar a sus padres luego de la fiesta de la noche anterior, sus obedientes hijos habían esperado hasta después de la boda.

Pero ya no había mas espacio. El médico le había anticipado que el embarazo no llegaría a termino, pero 7 meses asustó a Annie, ¿Y si todavía les faltaba tiempo? ¿Y si algo salía mal?

Era demasiado tarde, había roto bolsa.

Lyall Alistair y Rosalie Hope nacieron aquella misma tarde, sanos como bebés de nueve meses.

Al verlos, Anastasia sintió como si alguien la hubiese desconectado del planeta. Su eje gravitacional se había corrido, estaba atada a esas dos pequeñas criaturas que la miraban con sus ojos verdes y su cabello rubio blanquecino (como cuando ella había nacido) pero eran el vivo retrato de su padre. Durante meses había deseado que sean iguales a él y no sacasen nada de ella, pero aquella maravillosa mezcla   los hacía mas sorprendentemente hermosos de lo que eran. 

No se dio cuenta que estaba llorando hasta que vio la frente de su hijo mojada con sus lágrimas, mientras que con el otro brazo se las ingeniaba para darle el pecho a su hija.

Out Of The Woods - Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora