34. Monstruo

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We were on fire, I slashed your tires
It's like we burned so bright we burned out
I made you chase me, I wasn't that friendly
My love, my drug, we're fucked up

Beautiful Trauma - Pink

Tocó la puerta y susurró la contraseña mientras se quitaba el encantamiento desilusionador.

-¡Feliz navidad, pequeña leona! –Sirius salió a su abrazo, aunque Remus había abierto la puerta.

-Feliz navidad Canuto –le dijo quitándose la capa.

-Tendrías que habernos avisado sobre el código de vestimenta querida –dijo haciéndola girar como a una modelo, ella miró de reojo a su lobo que estaba boquiabierto, de pantalón de chandal y sudadera.

-Feliz navidad, Remus –se acercó hacia él que tenía la vista aún nublada por los brillos de su vestido y sus prominentes curvas y depositó un suave beso en su mejilla.

-Fe...Feliz navidad Annie –logró decir balbuceando.

Quitó las cosas de su bolso y comenzó a ponerlas sobre la mesa, para regocijo de Sirius. Con un pequeño conjuro, deshizo el hielo alrededor de aquel apetitoso banquete y tanto él como su amigo comenzaron a engullir.

-Hay como el doble de comida en el resto del bolso –les dijo Annie mientras se sentaba a acompañarlos.

-Eres nuestra salvación, si como una vez mas el pavo asado de Abe creo que moriré intoxicado –le dijo Sirius tomando un pedazo de pastel.

Remus no se sentía mal por la estrecha relación entre su mejor amigo y la mujer que amaba, pero en esos momentos cada vez que su amigo le robaba una carcajada, deseaba ser él.

Annie sacó tres paquetes, dos que había preparado con mucha anticipación y el de Dumbledore.

A Sirius le entregó dos y a su lobo uno.

-No creas que tienes privilegios, un paquete es de Dumbledore, no mío –le dijo mirando de reojo a Remus y guiñándole un ojo.

Abrieron los dos los regalos envueltos con papel rojo. A Remus le dio un ataque de ternura al ver una bonita caja de bombones de chocolate con forma de pequeños lobos y Sirius sonrió al ver su nuevo perfume.

-Si me disculpan, iré a probar mi nueva fragancia –dijo divertido y se retiró unos segundos al baño.

-Tengo otro regalo para ti luego, pero no quiero que se ponga celoso –le dijo al oído haciéndole erizar los pelos de la nuca.

Sirius volvió y siguieron bebiendo y comiendo un rato mas. Cuando el reloj dio las tres este se paró.

-Iré a saludar y dar de comer a Buckbeak –hizo una divertida reverencia ante Annie –madame, Lunático, no me esperen despiertos.

Se fue hasta su habitación para confusión de Annie, pero cuando vio un perro negro que atravesó a toda velocidad el living comedor de aquel extraño lugar lo entendió.

-¿Como estuvo tu baile? –preguntó intentando no mirar su escote, pero le fue imposible. Ella portaba a mucha honra el collar con su piedra.

-Bien, Alan y yo bailamos un rato y luego se marchó, tenía una cita –sus celos disminuyeron notablemente al oír aquella ultima parte.

Out Of The Woods - Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora