40. La orden del fénix

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Hold on to me as we go
As we roll down this unfamiliar road
And although this wave, wave is stringing us along
Just know you're not alone
Cause I'm gonna make this place your home

Home - Phillip Phillips

Sus padres sonrieron entusiasmados al ver a Remus y Annie bajar con sus respectivos hijos en brazos, vestidos con las mejores ropas, cortesía de la abuela Rosalie.

Metieron a los niños en una especie de cunitas pequeñas con agarraderas que sorprendieron a Remus, los Lowe más estaban acostumbrados a usar aparatos muggle como si nada. Annie ató a los niños con unas cintas de seguridad y tapó a Rose con la manta que la abuela de Sarah le había regalado, sabía que sería en vano intentar tapar al rebelde Lyall porque al cabo de unos minutos hubiese conseguido safarse de ella moviendo sus pequeñas piernitas.

-¿Lista? –le preguntó el padre de aquellas dos bellezas mientras su familia la miraba.

Estaba mas emocionada que nunca por dos cosas. Sirius conocería a sus hijos, y ella conocería el cuartel general de la orden del fénix.

-Si –estaba dispuesta a tomar a su pequeño Lyall cuando la mano ágil de Apolo le ganó de mano y vio de reojo que Alec hacia lo mismo con Rosie, evitando que Remus la tomase –¡Hey! nosotros queríamos llevarlos...

-Él prefiere ir con su tío Apolo.

Sarah lo miró con ternura mientras lo despedía con un casto beso en los labios.

-Yo no me perdería presentar a mi sobrina en sociedad por nada del mundo –Alec agregó.

Su padre hizo un movimiento con la varita apuntando a los niños, unas chispas celestes salieron de ella, envolviéndolos.

-Ahora –anunció.

De improviso Remus tomó el brazo de Annie con fuerza y ella sintió como por unos segundos giraban y se quedaba sin aire, estaban apareciéndose en el cuartel.

Apenas tocó el suelo y se estabilizó miró con terror los dos babysit muggle donde sus hijos acaban de aparecer junto a sus respectivos tíos. La sensación de la aparición espontánea era terrible, pero los niños miraban a todos lados como si nada hubiese pasado y comprendió que algo había hecho su padre con la varita.

La familia Lowe y Remus se hallaba frente a un edificio viejo en un barrio que no le gustó para nada... se arrepintió llevar sus cosas en un bolso Louis Vuitton que su madre le había obsequiado, se recordó que debería ser más sutil al venir.

Esperó viendo como todos contemplaban el edificio concentrados y observó como este empezaba a estirarse. Luego de un minuto una puerta con el número 12 se apareció delante de ellos y Aquiles, que tenía las manos libres tocó la puerta.

Al cabo de unos segundos un ojo se apareció por el pestillo y los analizó a todos. La puerta se abrió y Annie no vio mas que oscuridad, sus hermanos entraron rápidamente y así lo hizo ella con Remus, para que finalmente sus padres pasaran y cerraran la puerta tras ellos.

Vio como sus hermanos seguían hasta el fondo y se escabullían por una puerta mientras ella observaba aquel extraño lugar, vio que Remus que aún la tomaba del brazo le hacía ademanes de guardar silencio y se lanzaron a caminar por aquel pasillo.

Entraron a lo que le pareció una cocina llena de gente y vio que sus hijos estaban en el centro de la mesa mientras todos, menos Snape que aguardaba receloso en un rincón, los contemplaban maravillados.

-Annie, bienvenida a la orden –la voz de su antiguo director le dió la bienvenida.

Ella le sonrió divertida y le señaló con la cabeza a sus bebés.

-Un encanto de niños, no puedo esperar que comiencen Hogwarts.

Alguien pasó fugazmente por su lado haciéndose paso entre todo aquel tumulto de gente, y reconoció aquella espalda donde quiera que fuese.

-Así que ya te has olvidado de mi, Canuto –ella habló en voz alta, llamando la atención de todos los presentes.

Él les sonrió a ambos y a ella le guiñó un ojo antes de volver a contemplar maravillado a los niños.

-Son iguales a ti, Lunático –dijo asombrado.

Alec bufó mientras su madre le pegaba un codazo en las costillas.

Saludó a uno por uno y se sorprendió al ver a su amigo Alan, su hermana y su madre Hestia entre los presentes, la señora Weasley le dio una cálida bienvenida, a pesar que nunca la había visto mas que un par de veces y la directora de su casa, Minerva McGonnagall la felicitó por su reciente maternidad.

La reunión comenzó con Lyall en brazos de Remus, que se negaba a compartirlo y Rosie paseando de brazos en brazos hasta que llegó a los de Molly, que susurró a su marido por lo bajo.

-A ver si Charlie o Bill se contagian –dijo esperanzada.

Observó a varios compañeros del trabajo de su padre y sonrió. No toda la gente del ministerio odiaba a Dumbledore como parecía indicarlo el Profeta.

Se posicionó al lado de Alan en segundo plano y le preguntó por lo bajo que era lo que estaban planeando.

-Están viendo como trasladar a Harry de Privet Drive a aquí.

Escuchó en silencio todos y cada uno de los argumentos de la reunión, se le hinchó el pecho de orgullo cuando Remus habló y varios asintieron con la cabeza.

Luego de finalizada la reunión, la señora Weasley se despidió de varios magos que se marcharon pronto, y abrió la puerta de la cocina, desencantandola. Saludó a Elphias Doge, Kingsley Shakebolt, al verdadero Ojoloco Moody, que la conocían desde pequeña y los observó marcharse junto con Dumbledore y sus profesores.

Rosalie dormía plácidamente en los brazos de Alan y Sirius jugueteaba con el chupete de su segundo sobrino preferido.

Los gemelos Weasley bajaron y se sorprendieron al verla, y sobretodo, cuando les dijo que ella era la madre de aquellos niños, y que no eran hijos de Jones sino de su antiguo profesor Lupin. 

Ron, Hermione y Ginny bajaron luego y se pusieron a charlar con una bruja que la miraba mas que de reojo. Analizándola de arriba a abajo. 

Vio como Crooky se acercaba a Sirius y este le hablaba.

-Mira, Crookshanks, este es Lyall...

-Lyall Alistair –le corrigió su amigo.

El gato ronroneó mirando a Annie y aquella escena captó la atención de su dueña.

-Tu gato y yo, nos llevamos bien –le explicó.

La bruja detrás de ella cambió su pelo a rojo, llamándole la atención.

Metamorfomaga, pensó.

No pasó de largo como se lo comía con la mirada a Remus.

El señor Weasley charlaba con su papá temas ministeriales mientras su mamá le pedía una receta a la señora Weasley. Aquiles había desaparecido junto con la hermana de Alan por una puerta, Apolo charlaba alegremente con Bill, ex compañero de colegio y Alec estaba a su lado, mirando receloso a Sirius y Remus.

Ella lo abrazó intentando captar su atención y el la miró.

-No me gusta que estés aquí –susurró cerca de ella.

-A él tampoco –señaló al hombre lobo con la cabeza.

-Miente, con tal de tenerte cerca te diría a cualquier cosa que si.

Los Lowe se marcharon poco antes de la cena, a regañadientes de Sirius que quería que sus sobrinos se quedasen allí.

Annie y Remus le prometieron que mañana lo visitarían.

Out Of The Woods - Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora