49. Abuelo

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That may be all I need
In darkness, she is all I see
Come and rest your bones with me
Driving slow on Sunday morning
And I never want to leave

Sunday morning - Maroon 5

Lo único que alegraba a Remus era el cumpleaños de sus hijos, y también, ese día se cumplía un año de su reencuentro con Annie.

Esa mañana madrugó y se sentó a tomar un té en la cocina solo. Pensó cuanto le hubiese encantado que sus amigos pudiesen compartir su alegría, verlo ser un buen padre.

-¿No puedes dormir? –adivinó ella sentándose en su regazo –yo tampoco pude pegar un ojo en toda la noche.

-Sé que debería ser una fecha alegre Annie pero yo no puedo, lo lamento...

-Yo tampoco –él la abrazó y se quedaron en silencio un largo rato –te amo, mas que nunca Remus John Lupin, tu y los niños son lo único que realmente tengo...

-Nunca sé si tuve la oportunidad de agradecértelo Annie –él la observó, sus frentes chocaban y sus narices rozaban –cuando me encontraste, mi vida era un desastre. Era un hombre muy infeliz. Tu tomaste todo lo que yo una vez había creado, mis prejuicios e ideas sobre mi y las hiciste trizas. Con tu paciencia y dulzura, me aceptaste tal como era, y hasta me hiciste sentir que ser diferente no era algo malo, sino que era lo que me hacia especial. Cometí mil veces el error de creer que no podrías, te subestimé Anastasia, que no soportarías el hecho que yo fuese pobre o demasiado viejo, que te aburrirías al cabo de un tiempo. Pero me equivocaba, gracias por haberme devuelto las ganas de querer levantarme todos los días, por hacerme reencontrar a mi amigo, –ella tragó saliva angustiada – por incluirme en tu familia y por darme los hijos mas maravillosos del mundo. Gracias por amarme, Annie.

-Eres un tontito –ella le dio un beso de nariz –no me cansaré de repetírtelo: te amo, siempre lo hice y siempre lo haré. Tengo una sorpresa para ti hoy...

Él la miró con curiosidad.

-Técnicamente no es un regalo únicamente para ti, también para los niños...

Bañaron juntos mas tarde a Lyall y a Rosie, que los empaparon de pies a cabeza, la fiesta sería al atardecer pero no entendía porque su esposa insistía en tener a sus hijos listos desde tan temprano.

Le pusieron un vestido celeste a Rosie que combinaba con los pantalones y la camisa de Lyall, que jugaban en sus cunas mientras su madre le insistía a su padre que se arreglara y se quedara unos segundos arriba, con ellos.

Alguien tocó timbre y Annie bajó corriendo, apurada y gritándole a Remus que si se atrevía a abrir la puerta de la habitación y bajar antes de tiempo, no se lo perdonaría jamas.

Abrió la puerta insegura, no sabía como reaccionaría aquel hombre luego de tantos años.

-¿Señor Lupin?

Observó a su suegro unos segundos, el parecido con su hijo era notorio. Debía ser él.

-Si, ese soy yo –le sonrió nervioso.

-¿Quiere pasar? –preguntó nerviosa, nunca había estado en una situación así.

El hombre asintió y se metió en su casa.

Out Of The Woods - Remus LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora