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Lo abrazó, y dejó que su calor la envuelva sintiéndose segura. Después de unos minutos se sentaron en total silencio.

Ninguno hablaba, ambos se encontraban concentrados en lo que pasó. El estaba nervioso, ¿como hablarle?. Habían perdido la virginidad juntos y en el peor momento de su relación.

Ella no se sentía feliz por lo que pasó. Intentó miles de formas de borrar el pensamiento que la atormentaba desde la noche anterior pero cada vez se instalaba más y más en su cabeza, quitándole el apetito y aguando sus ojos.

No la había usado, claro que no. Los dos sabían que fue lo que pasó; los sentimientos de ella eran demasiados fuertes, y los de él no. Algo fácil de explicar, pero el problema era otro. En su desesperación por despertar aún más sentimientos por Sofía, encontrar eso que lo llene de valentía para no seguir lastimando a su mejor amiga, Damián se entregó a ella y dejó que ella se entregue.

Fue un acto desesperado y hasta de poco hombre, los dos lo sabían. Pero preferían hacerse creer que fue puro amor lo que los unió de tan íntima forma.

Y el se odio, porque sin querer se convirtió en una de esas personas tóxicas. De aquellas que no te agarran pero tampoco te sueltan.

Y ella se odio, porque sabía que soltar aquella soga que apretaba su mano iba a doler menos que intentar sujetarla.

Y se odiaron, aún amándose de la forma que sus corazones lo permitían.

☘Polaca ☘ DamssjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora