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Dos meses después, todo seguía su curso. Terminado el problema que significó el embarazo de su amiga, Sofía se tiró al sillón para descansar el cuerpo y sin poder evitarlo su mente comenzó a trabajar.

Hacía una semana que se cruzaba a Damián en la casa de Daniel y Julieta y solo se saludaban.
No estaban peleados, no que ella recuerde; pero sin darse cuenta comenzaron a alejarse.

Tenía miedo, si. Le rompía el corazon, por supuesto. Pero, ¿que podía hacer?. El sabía dónde vivía, sabía que estaba sola y que no se metería en la casa de su amiga porque quería respetar sus primeros momentos en familia.

Pensó en adoptar una mascota, algún amigo de 4 patas que rompa con el silencio en su hogar y la distraiga de esa tristeza. Pero también pensó que siempre quiso hacer eso con su pareja.

Ir a algún refugio, buscar algún animalito que les guste, ayudarlo a recuperarse y que forme parte de sus vidas.

Sin querer, algunas lágrimas salieron de sus ojos al ver lo sola que estaba. No se molestó ni en secarlas ni en levantarse de aquel incómodo sillón, sino que se acostó en forma de ovillo y se durmió sin descalzarse o ponerse una manta.

Después de todo, el dolor que sentía en su interior adormecía cualquier otro que pudiera sentir.

☘Polaca ☘ DamssjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora