El último viaje

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Cuando volvieron a Madrid, le volvieron a hablar, no quitarían el dedo del renglón hasta conseguir al mejor fotógrafo con el que se habían topado. Habían preguntado por él en la redacción. Alguien pedía un bien fotógrafo y todos habían coincidido en que ese era él, por lo que más descansado y ya de nuevo en la ciudad aceptó una entrevista.

-Suena perfecto -afirmó tras oír la paga y todo lo implicaría el trabajo.

-¡Excelente! Entonces, firma aquí.

Bruno lo hizo emocionado. Esto seguro haría feliz a Evan.

-¡Bien! -esperó a expresar una vez tras la firma del contrato. Una voz que hizo que Bruno girara en la silla para verlo:

-Camilo...

-Hola. Estoy contento de que hayas aceptado. Nos vamos a divertir, espero que tengas la maleta hecha porque partimos en dos días.

-Pero yo... -teniendo siempre en la mente a Evan -, ¿tan pronto?

-No vamos a tardar mucho, a lo mucho una semana...

Al oír eso su representante incluso quiso intervenir, era demasiado tiempo.

-Ya pero...

Camilo no lo dejó acabar -. Debo irme, él te dará todos los detalles -ignorando por completo las peticiones de su nuevo fotógrafo.

Por la tarde, cuando salía de la entrevista ignoró que Evan caminaba hacia él también distraído que terminaron por chocar.

-¡Bruno! -mirando su carita ausente -. ¡Qué casualidad!

-Hola -dejándose abrazar y besando la cabeza del rubio. Estaba caliente, había caminado para encontrárselo y lo había hecho.

Se sentaron a comer en el primer restaurante que encontraron. Bruno no tenía mucha hambre a comparación de Evan, que casi devoraba todo lo que le ponían en frente.

-¿Cómo está Tom? -tomando un sorbo de vino, tratando de hacer un poco de conversación.

-Mejor, supongo. Ese chico siempre ha sido tan pálido que no sé sí es su color natural o le pasa algo -parecía que su humor había vuelto, pero era sólo porque estaba con él. -¿Cómo ha ido la entrevista? Ha sido hoy, ¿no? -tomando un poco de ensalada.

-Sí -con un tono casi seco y sin ganas de hablar de ello.

-¿Cómo ha ido? -viendo que Bruno no apartaba la mirada de su plato.

-Me han contratado de fotógrafo para el nuevo disco de un artista.

-¡Enhorabuena! -besando su mejilla. Se sentaban uno a la verita del otro, para compartir la comida y para estar más cerca.

-Sí. El caso es que...

-¿La paga es buena? -preguntó Evan intentado que su novio apresurara el tema.

-La paga es excelente

-¿Entonces? -insistió mirando lo difícil que se le hacia a Bruno decirlo
-¿Qué pasa?

-Ha sido Camilo quién me ha contratado para que haga las fotos de su próximo álbum. Que quiere empezar desde mañana...

-Ya, ¿y qué pasa con eso?- preguntó ingenuo.

-Que tengo que irme antes de la fecha en que pensamos ir a Málaga... -cogiendo su mano. Por un momento se sintió tranquilo y agobiado al mismo tiempo.

-Oh. Cierto, bueno. De todas formas es trabajo así que...

-Pero yo quería estar cuando hicieras tu primera entrevista...

-Yo lo sé -cogiendo su mano sobre la suya-. Pero mi primera entrevista fue con Camilo. No es gran cosa...

-Para mi sí lo es. Era nuestra primera salida en plan novios... -haciendo morros.

-Venga, ¿y Alicante? -riendo -, que no te preocupes. Seguiremos siendo novios aún cuando estemos separados... Puedo apañármelas con Juan Luis -lo tranquilizó que accedió.

Sería una semana, pero con uno o dos días libres por los compromisos de Camilo, por lo que podía dar un par de escapadas. Le había prometido a Evan volver el viernes para ir a cenar juntos pero era casi imposible llegar a tiempo.

-Está bien- se obligó a responder -, de todas formas, Tom ha quedado en venir.

Terminó la llamada y entró en su piso. Era sólo dos días los que no había estado con Bruno y sé sentía perdido.

Eran pasadas las 23 y Evan estaba con el portátil en el sofá. El fin de semana se acercaba peligroso y quería algo con que entretener su mente. Los primeros exámenes estaban cerca antes de las vacaciones y necesitaba algo relajante. Tal vez una serie... que no haya empezado a ver con Bruno... Soltó un suspiro. ¡Oh! ¡Tal vez una peli! Pero ya se había visto la gran mayoría de las que estaba en Netflix. Que rollo.

Una video llamada irrumpió sus pensamientos.

-Padre... -desviado su mirada.

"¿Todo en orden? Llevas semanas sin llamar". La voz de su padre más que autoritaria era firme, con un toque de severidad tal vez forzada, Evan seguía sin saber identificarlo. No le atemorizaba pero carecía de calidez.

-Si. Estoy bien. Es sólo... -restregando sus manos -, que la escuela y el trabajo pueden conmigo -soltando una risa.

-¿Eso haces a estás horas en el portátil?

-No. Hoy no. Hoy estoy viendo una serie...

-¿En el Netflix?

-Sí -rió su hijo.

Hubo un silencio que Evan conocía bastante bien pero que aparentaba ignorar-Ya... Sé que había prometido no volver a pedirlo pero... ¿Crees que puedas mirar un contrato?

Evan guardó silencio.

-¿Que pasa con Anthony o Benedict?

-Charles, sabes que ellos están ya bastante ocupados con sus propias empresas... Y ellos no conocen tan bien los tecnicismos como tú.

¿Era una lisonja o un chantaje? Mejor no averiguarlo.

-De acuerdo -resignado. Tal vez eso conseguía mantenerlo ocupado y evitar pensar.

-Llaman a la puerta... debo irme.

-¿Alguien especial con quién ver series?

Su hijo volvió a reír.

-No. Es la comida que pedí. Adiós.

Cerró el portátil y atendió el telefonillo sin prestarle más atención. Cogió el suelto de la mesilla cerca y abrió la puerta.

-Creí que el mentiroso en esta relación era yo... -

Y ahí lo vio. Parado con un pequeño ramo de tulipanes rojos y amarillos.

-¿Qué haces aquí? Creí que...

-Pasaba por la ciudad y quise venir a decirte algo: te quiero -dándole un beso y luego las flores.

-¿Quieres pasar? Estaba por ver una peli.

-Vale -besando una vez más su cabeza.

La mañana siguiente cada uno cogió sus maletas y tomó rumbo diferente; Bruno lo hizo hacia el norte. Hacia Barcelona mientras que a Evan lo despedía con un beso para dejarlo ir a Málaga.

-¿Dónde está Bruno? -preguntó Juan Luis emocionado.

-Se le ha presentado un nuevo trabajo y hubo que comenzar lo antes posible -revisando el último mensaje de su novio.

-Bueno. Entonces, sólo seremos nosotros disfrutando de Málaga.

-Será divertido -se convenció Evan bloqueando su móvil

El Último Chico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora