El Último mensaje

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Bruno se encontró de nuevo con Tom, que estaba ya fuera fumando un cigarrillo. Sabía que se había ido y no quedaba más que volver a agruparse para el contraataque. Pero antes de moverse su móvil vibró.

Nuestro padre quiere verte.
Anthony

Tom respingó la nariz al leer el mensaje, sabía que Alton Álvarez era un hombre gentil, pero jamás resignado. Tal vez había olvidado el hecho que rompió el trato con su padre o vaya a saber, pero era extraño.

Llegaron a Chelsea y llamaron a la puerta.

-Thomas -aseveró con cierto alivio. Alton prefería mil veces a ese pelirrojo que al pretencioso de Everett -, ¿cuándo has llegado? -estrechado su mano.

-Recién. Enhorabuena por volverse proveedor de Burberry... -sintiendo el jalón para un abrazo por parte del mayor.

-Tu padre también tiene mérito en ello -separándose sólo un poco, sin soltarlo-. Su seda los ha convencido. ¿Por qué no estás con Charles? -atacó de una vez.

Sí bien era cierto que no lo veía igual desde que se enteró de que fuma hierba y tenía tatuajes, supo que su hijo menor era realmente una persona diferente y que le ayudaba a seguir vivo al chico frente a él. Sabía que Tom era el único que podía salvar a su hijo porque no tenía miramientos al hacer las cosas.

-He venido a ayudar a un amigo -dando paso a Bruno para presentarse.

Aquel hombre con cabello plateado y sonrisa cálida examinó al chico. Un buen apretón de manos, una excelente presentación; mirada firme y segura y ese Zegna verde era todo lo que necesitaban para aceptarlo.

-Ya nos hemos visto, ¿cierto? -manteniendo sus manos en un apretón.

-Sí -sintiéndose aliviado. Él lo recordaba -, nos vimos fugazmente en Madrid.

-¡Cierto! -con esa elegancia en su hablar -. Eres el chico que le prestó a Charles el cargador... -Bruno asintió -. Llevaba días ausente -comenzando a caminar a su oficina seguido por todos los chicos a su alrededor -, casi decaído. Y ese día, cuando nos volvimos a encontrar su rostro cambió. Es más, me pidió volver para recoger algo que había encargado... ¿Te fue a ver? -ofreciéndole sentarse frente a la chimenea.

-No. Fui despedido ese día por haberme ido con él.

Los cuatro hombres se rieron. Eso lo confirmaba, Thomas quería lo mejor para Evan.

-Son novios-insistió cogiendo el té que le ofrecían.

-Sí. O bueno, eso espero seguir siendo.

Todos reaccionaron al oírlo. Y entendía y sobraba la pregunta de por qué no estaba ahora mismo con él.

-Sí. Yo... me robaron el móvil...

-Ya. Pues bienvenido al club -ofreció la cabeza de casa Álvarez con cierta tristeza -, todos los que estamos en esta sala hemos hecho todo lo posible para decepcionar a Charles. Hicimos todo lo posible para alejarlo de nosotros.

Todos guardaron silencio. Hasta qué continuó: -sólo respóndeme algo: ¿le quieres?

-Por supuesto. Mi vida no ha sido la misma desde que llegó a mi vida -no dudó y no tardó en responder.

Alton miró reflexivo al chico.

-Hagamos algo, la Navidad es la próxima semana, pásala con nosotros.

-Me encantaría -pensando que en su mochila llevaba poco menos de 100€.

-¡Perfecto! Yo me encargaré de que vosotros sigáis juntos -señaló como despedida.

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