Mundungus Fletcher y los celos de George.

2.1K 179 31
                                    

- No, yo voy contigo. - anuncia George levantándose también. Pasa junto a ella sin decir nada y sale de la casa dejando la puerta ligeramente abierta.

- Adiós. - se despide Cassie de sus amigos y lo sigue en silencio. - ¿Nos aparecemos? - cuestiona jugando con sus dedos.

- No, caminaremos.

La chica asiente y sigue al muchacho dando saltitos. George quien no es particularmente alto camina muy rápido.

-Deberías hacer más ejercicio. - se detiene a esperarla.

- Tu deberías caminar más lento. - se queja jadeando llegando hasta él. Después de eso George disminuyó el paso. Caminaban en silencio. - ¿Dónde se van a juntar? - pregunta deteniéndose nuevamente.

- En el caldero chorreante.

- ¿No es acaso evidente?

- No sé en donde más. Y no quiero pasar más de cinco minutos con él.

- ¿Tienes alguna idea de lo que significa privacidad? - pregunta George frunciendo el ceño.

Cassie pone los ojos en blanco y apresura el paso para llegar más rápido.


El caldero chorreante estaba casi vacío, Cassie no se detuvo a inspeccionar más allá de Mundungus Fletcher sentado en una mesa, bebiendo algo que claramente no era una simple cerveza de mantequilla, igual de sucio como siempre. Se sientan junto a él.

-Veo que has traído escolta. - comienza a habar con voz ronca.

- Algo así. - dice Cassie juntando las manos sobre la mesa. - ¿Y bien?

- Tranquila cariño, primero hay que entrar en confianza.

- No le digas cariño. - le corta un molesto George.

- Claro, claro. - responde la sabandija sin hacerle caso. - Y bien, cariño. ¿Cómo estás? Veo que ya no tienes sentido del humor. - se dirige a George dándole un último trago a su bebida.

- Oh, Mundungus. Vamos al grano.

- Bien. - se rasca la nariz de manera asquerosa antes de continuar. - Algo me dice que tu mortifago ha escapado con ayuda.

- Eso es obvio. - dice George.

- Esta bien... Resulta que no ha sido el único en salir. También ha escapado Dolovh.

- ¿Nadie más? - pregunta Cassie apretando sus manos en un puño. De todos los malditos asesinos... justo tenía que ser el que mató a Remus.

- No que yo sepa. ¡Hey Tom! - grita de la nada. - Tráeme más de esto!

- No me has pagado el último. - responde el dueño y Mundungus dirige la mirada a Cassie, ella pone los ojos en blanco y extrae un par de galleones de su bolsillo. - La cuenta está saldada!

Tom se acerca con más de lo que parece ser un whiskey de fuego extremadamente fuerte, a pesar de verse curioso al ver a los chicos haciéndole compañía, no dice nada.

-Continua. - ordena la Potter cuando Tom se aleja y vuelve a pulir los vasos.

- Tranquila muñeca... Ya sé quién los ha dejado escapar.

- Quien? - pregunta George. Ambos están molestos, no les gusta nada que Mundungus se esté haciendo de rogar.

Él sin embargo sonríe fastidiándolos aún más. - Umbridge.

- Esa estúpida. - se queja Cassie entre dientes. Por alguna razón no le sorprende. - ¿A cambio de que?

- De que esos dementores te atacaran a ti, por supuesto.

- Ags. ¿Acaso no puede ser más original? - cuestiona agarrándose la muñeca.

- Eso no es todo... - murmura en modo de suspenso. Miraba a todas partes con sigilo.

- ¿Qué más?

- Está intentando de ayudarles a entrar en el ministerio. No sé lo que han de tramar ahí, pero se está poniendo serio. - George y Cassie intercambian una mirada de incredulidad. No a las palabras de Mundungus. Si a la situación. ¿Qué pretende Umbridge?

- ¿Eso es todo? - pregunta George.

- Por ahora. ¿A que juegan?

- ¿Quiénes?

-Ellos... Rockwood y Dolovh. No son lo más brillantes mortifagos que conozco, pero pueden matarte si quieren. El otro día escuché por ahí que el gordito líder quiere liberar a su padre también, pero Umbridge se ha negado. No quiere levantar sospechas.

- ¿Cómo es que nadie se ha enterado de la fuga?

- El ministerio quiere mantenerlo en secreto, solo algunos pocos lo saben. Algo me huele mal aquí.

- Eres tú. - dice George.

Fletcher ríe ante tal comentario dejando al descubierto sus dientes sucios, inclusive se podía notar uno de oro,

-Pero que gusto verte preciosa! - grita a lo alto levantándose. - George! - hace una reverencia sin gracia y sin decir nada más sale del lugar.

- Pero que demonios - masculla George desconcertado.

-Oh. - murmura Cassie dándose vuelta a ver la entrada - Las viejas de las cartas.

-De que hablas?

-Nada...Solo que las he visto, pero no son peligrosas creo.

-Creo?

-No las conozco.

-Se ven algo locas, mira te están mirando.

-Da igual.

-Como quieras - dice George.

- ¿Por qué has venido? - suelta molesta. - Claramente no es por mi encantadora compañía.

- Porque se me dio la gana. - se encoge de hombros y ella aguanta el impulso de hechizarlo.

- Estás comenzando a fastidiarme de verdad. Si no quieres estar conmigo bien. Pero no me trates así porque yo no te he hecho nada.

- Estas saliendo con él. ¿verdad?

- ¿Con quién? Mundungus! ¡Acaso te has vuelto loco! - exclama totalmente descolocada.

- ¿Qué? ¡Como crees! - responde con la misma expresión desencajada. - Con Malfoy.

- Ah. ¿Vas a seguir? - trata de calmarse como puede. Sus celos estúpidos ya la hartaron.

- No lo has negado.

- No estamos saliendo. ¿Feliz?

- No me lo creo.

- ¿Por qué?

- Te vi. Muy juntitos, de la manito. Faltaba solamente que te besara.

- ¿Nos espiaste? - pregunta casi en un susurro. Sus ojos se abrieron de par en par.

- Deberías cerrar bien la puerta. Fue sin querer.

- Ajá... - se levanta bruscamente. - Vámonos de aquí. Ya terminamos. Y de verdad George, tienes que parar. Malfoy le salvo la vida a tu madre. Acostúmbrate a que él y yo somos amigos. - Era todo. Ya no quería seguir hablando con él.



Salen nuevamente en silencio en dirección a un callejón oscuro. Al parecer esta vez no caminarían. Cassie cierra los ojos por un momento y lo mira con detención.

-George... - susurra algo apenada. - Tu sabes que no es Malfoy a quien yo quiero.

El pelirrojo voltea la mirada y clava sus ojos en los de ella. - No lo parece.

Cassie suspira apesumbrada y se envuelven juntos en la oscuridad.

George, no estás sólo.  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora