La Carta.

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Cassie se encontraba en la cocina junto a Poppis quien le relataba muy contenta su historia familiar, ya habían pasado unos días desde lo ocurrido en la mansión Malfoy y sujetaba una carta en sus manos angustiada, la señora Weasley quería hacerle una cena de honor a Draco en La Madriguera para agradecerle por haber ayudado repararla y no sabe bien si quiere mandársela o no. Está muy confundida, mucho más que antes. Solía pensar que amaba a George y ahora se ve encerrada cada tarde encerrada en su cuarto esperando ver una cabellera rubia en vez de una pelirroja y no entiende porqué. Bueno sí, pero no lo admitirá por ahora por miedo a que se haga verdad y tampoco significa que ya no quiere al gemelo, es más, sabe que sigue estando muy presente en sus pensamientos solo que ha disminuido. No le apetece ir para nada, no quiere estar en un cuarto con ellos dos, ni con Harry, Ron y Hermione haciendo como si nada pasará y tratándola como a una niña débil, porque lo han estado haciendo desde la tortura en la mansión Goyle. Al menos irá Luna, se lo ha pedido y la señora Weasley ha aceptado gustosa. Aunque teme por su rubia amiga, no le gustaría que ella supiera que siente cosas por alguien que la tuvo en su casa siendo torturada. ¡Como es posible que pueda sentir algo por alguien que mantuvo a su mejor amiga secuestrada! Todo es tan abrumador. Y George obviamente ya no es el mismo, no es que se consuele el pensar que si el día de mañana le ruega que vuelvan juntos será como antes, hay demasiadas heridas y trabas que no sanarán de la noche a la mañana, pérdida de confianza y por sobre todo, pérdida del amor que alguna vez sintieron y creyeron que sería indestructible.

Se lamenta una vez más y con dudosa voz le pide a su elfina que le lleve la carta a Draco y se va a su pieza pensando seriamente que deben comprar una lechuza nueva.

Harry llama a su puerta y le indica que entre mirándolo con una mueca, el azabache se sienta en su cama y la mira con preocupación.

--¿Te sientes bien? Estás algo pálida.

--Sí, no te preocupes. --Le sonríe y desvía la mirada al pequeño que entraba corriendo para sentarse junto a ellos con un oso de peluche en las manos.

--Bien, entonces prepárate, iremos en media hora.

Apenas visualizaron la Madriguera le dieron ganas de irse. Harry parecía contento y Teddy corrió por el antejardín y abrió la puerta para entrar. No pudo sino escuchar la voz del señor Malfoy en su cabeza diciendo que es un niño malcriado, y la verdad, es que por alguna razón le recordó a tío Vernon. Al entrar son recibidos por La Señora Weasley como si no se hubieran visto en años para luego dejarlos saludar a los demás.

--Hola Cassie. --Saluda Luna con voz soñadora. --He llegado hace un par de minutos. Vaya, tienes cara de no haber dormido en meses.

--¿Tú crees? --Pregunta en tono irónico y la abraza con fuerza. --Deberías venir a verme algún día.

--Deberías invitarme. --Sonríe ella alejándose para ir a saludar a Harry. Cassie recorre el lugar con la mirada encontrándose con George quien parecía pensativo con los ojos puestos en ella y no hace más que una mueca intento de sonrisa a modo de saludo.

Cuando la señora Weasley le preguntó por Draco, quien es la razón de esta reunión y lo cual no había pensado bien antes de venir y decir que no tenía idea, llegó. Traía un saco negro y camisa blanca algo abierta lo que le confeccionaba un estatus de chico algo temerario, Cassie no pudo sino abrir mucho los ojos al momento en que la Sra. Weasley lo abraza con fuerza dándole las gracias y luego bufar molesta e indignada el momento en que el muchacho la mira como si le estuviera pidiendo ayuda. Lo ignora con diplomacia y dirige sus pasos hacia el comedor.

Para su mala suerte la Señora Weasley ha dispuesto la mesa de tal forma que se sienten juntos porque ella también era invitada de honor y acaba de enterarse.

George, no estás sólo.  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora