Nuevos Familiares.

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Respira con nerviosismo mientras se engancha de la mano de Harry y ambos observan con detenimiento una puerta de caoba. Era la casa de los Tonks... o más bien dicho sólo de Andrómeda

- Cassie – dice Harry sujetando fuerte de su mano para luego soltarla. – No te asustes cuando la veas.

Ella asiente con la cabeza y toca el timbre de la casa. De no haber estado advertida habría sacado la varita. El parecido de las hermanas Black es impresionante salvo por la mirada blanda y nostálgica que Andrómeda poseía.

Los recibe con una sonrisa y los hace pasar a la casa, Harry recorre el lugar con la mirada y puede percibir como sus pensamientos viajan a esa noche, cuando con Hagrid tuvieron que aterrizar ahí, por lo de los 8 Potters y eso. Sin embargo, Cassie nunca antes había visitado este lugar, es pequeño y acogedor, acaricia con curiosidad algunos extraños adornos negros, como figuras geométricas con textura áspera para luego voltear a su hermano quien le indicaba con la cabeza que se apresurara.


Camina por el vestíbulo para entrar a la cocina y esta vez si saca la varita, pero Harry acude rápidamente a ella para hacer que la guarde.

Narcissa Malfoy se encuentra de pie, mirándolos con atención, aunque esta vez su apariencia no parece ser que estuviera oliendo mierda, como en otras ocasiones, y junto a ella, sentado y con la vista fija en Cassie estaba Draco.

-Malfoy. – dice enderezando su postura.

-Potter. – responde claramente aburrido y vuelve a sentarse.

Harry y Narcissa intercambian una mirada amable, se podía observar el esbozo de una sonrisa en los labios de la mujer. Claro que se llevan bien, Harry mantuvo con vida a Draco y Narcissa a Harry, justo. Luego esta ella y es casi cien por ciento seguro que ningún Malfoy jamás podrá agradarle.

Harry tomó lugar en la mesa y lentamente le sigue para sentarse a su lado y observar lo café de la madera. Sentía la incomodidad del momento, pero eso no le impidió callar su gran bocota.

- ¿Qué hacen aquí? – suelta y levanta la mirada para observar a los rubios uno por uno.

-Nunca es tarde para enmendar el pasado. – responde Andrómeda entrando a la cocina con una bandeja y cinco tazas. – Alguien quiere un té? Iré por Teddy. – su mirada lucia perdida y se da media vuelta para desaparecer lentamente por la puerta. Su tristeza era notable.

Cassie asiente lentamente y acepta la taza de té que Harry dejo en su puesto. Sabía que las hermanas no hablaban, que Andrómeda estaba literalmente desterrada de la familia y, aprieta los puños, Bellatrix misma fue la que asesinó a Tonks.

De pronto todos sus malos pensamientos desaparecen, incluso hasta el hecho de estar rodeada de Malfoys, Andrómeda aparece nuevamente con un pequeño bebe en brazos con el cabello azul eléctrico y los ojos grises, como los de Lupin. Se levanta de un salto para ir a su encuentro y tomar a su ahijado entre los brazos con ternura, un nudo se forma en su garganta, pero lo deja escapar rápidamente.

-Hola. – susurra con voz suave. – Eres hermoso, lo sabías. – canturrea imitando el tono de un bebé y se queda quieta al ver a Narcissa con los brazos extendidos y lágrimas que no evita esconder. A pesar de que no le fascina la idea de compartir algo con ellos no pudo evitar notar el amor con el que la matriarca miraba al pequeño. Con una sincera sonrisa le pasa al bebé. A Teddy no le faltará amor eso es seguro, y ella se encargará de eso.



La tarde pasa de manera lenta, todos instalados en la sala de estar, Cassie pudo notar que Andrómeda tenía mucha tos y le costaba hablar a veces por falta de oxígeno, pero asumió a que se debía a problemas menores de salud.

Juega con la pequeña mano del pequeño y levanta la vista encontrando ojos grises y gélidos observándola, con la mirada Draco Malfoy le indica que le siga y ella algo desconfiada pero curiosa lo hace.

Salen por la puerta hacia el exterior y se quedan en silencio, sin mirarse. El rubio carraspea y por fin lo hacen.

-Seremos familia.

-Eso parece.

-Habrá que establecer reglas. – comienza el rubio. – Primero que nada, ese niño es más familia mía que tuya.

-Claro que si, Malfoy. –coloca sus ojos en blanco pateando la tierra bajo de ella. – Como conociste tanto a tu prima tienes el derecho de ser el tío favorito de Teddy. – responde en tono burlón.

Malfoy carraspea. – Ten muy en claro Potter que ese niño no puede crecer mirando como su familia se odia. ¿Entiendes?

-Claro como un cristal.

-Bien, eso significa que nos debemos llevar bien.

Cassie ríe sin disimular y niega con la cabeza un par de veces antes de volver a la seriedad absoluta. – Estas de coña, ¿verdad?

-No, idiota. – escupe el muchacho con la mandíbula apretada, se podía notar como le costaba hablar con ella sin intentar matarse. – No me hace mucha gracia a mí tampoco, pero mi madre así lo quiere.

Cassie se queda en silencio apretando sus labios, no puede comprender del todo, pero si sabe el lazo entre madre e hijo. A pesar de ser mortifagos asquerosos, son capaces de hacer todo por ellos. Si no fuera así probablemente Harry estaría muerto.

-De acuerdo. – sonríe y estira una mano que tiembla antes de permanecer firme. - ¿Amigos?

Malfoy se le queda mirando por eternos segundos antes de estrecharla. Sin añadir nada más da vuelta sobre sus pies y entra a la casa.



La tarde no fue tan horrible después de todo, aunque Draco pasó solo unos minutos más antes de irse, se quedaron los demás. Harry y Cassie con Teddy y Andrómeda con Narcissa conversaban sobre cosas triviales, como una nueva radio-novela sobre una bruja y un vampiro.

Llega el momento de despedirse y Cassie con Andrómeda se abrazan con ternura, ambas sintieron mucho el fallecimiento de Tonks y Lupin, de maneras diferentes, pero con la misma intensidad.

-Estoy segura que Remus estaría orgulloso de ti, Cassie. – le susurra y ella le sonríe tiernamente antes de irse.








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George, no estás sólo.  [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora