George, no estás sólo. [Completa]

La despedida.

Cassie contempla su nueva lechuza que ha llamado Chip, en honor a su pelaje grisáceo con varias manchas negras que le recuerdan chispas de chocolates. Si, sabe que no es un nombre mu y original pero Harry quería llamarle Dobby y no le parecía muy correcto. Ha comprado todo lo necesario para cursar su séptimo año que comenzaría la mañana siguiente y aún su decisión no está tomada. Algo se lo impide. Estuvo recluida varios días pensando en si ir o no, en los posibles futuros alternos, en todos los problemas que conllevaría cada opción y en todas las ventajas también. Incluso se daba el lujo de imaginar más allá de los reales escenarios. Sueños que se guardará con ella para siempre. Mira su baúl con nostalgia recordando cuan ansiado era el 1 de septiembre para ella, a pesar de que las clases eran agotadoras y muchas veces Harry era víctima de burlas, a lo que ella salía en su defensa siendo parte también, amaba ir a Hogwarts. incluso aunque todos los años sucediera algo malo. Se levanta de la cama dispuesta a ir a buscar el mapa del merodeador y la capa de su padre cuando la puerta se abre y George aparece tras ella. Se queda completamente paralizada mientras el pelirrojo recorre la habitación con la mirada deteniéndose en su maleta.

---Asique te irás. ---Habla con cierta seguridad, pero no pudo sino escuchar cierto signo de pregunta en sus palabras.

---No lo sé. ---Contesta mirando el suelo fijamente.

---Deberías. ---Sentencia George con frialdad. ---Deberías irte lejos, irte con él.

---¿Eso es lo que quieres? ---Susurra levantando la mirada hacia él. ---Porque si eso quieres, eso haré.

---No. Claro que no. ---la apunta con el dedo. ---Eso es lo que tú quieres.

---Si vienes aquí a pelear será mejor que te vayas. ---Murmura acercándose e intentando alejar el maldito nudo en la garganta. Ya está cansada de llorar. ---Si no tienes tus ideas o lo que quieres claro no vengas aquí a buscar una respuesta porque no la sé.

---Quiero que te quedes. ---Suplica acercándose también y tomando sus manos para subirlas a su pecho. ---Necesito que te quedes, no te quiero perder.

---Tal vez deberíamos aceptar que no somos ni estaremos, George. Que no tendremos un final juntos. ---Susurra alejándose para abrazarse a si misma.

---Deberíamos. ---Masculla bajando los brazos. ---Pero tal vez, quizás... Tengamos una oportunidad. ¿No?

---Tal vez.

---Adiós Cass. ---Susurra el muchacho dando un paso hacia atrás, parecía dispuesto a encaminarse a la puerta, pero Cassie da un paso al frente y se detiene ya sin poder retener las finas lagrimas que caían por sus mejillas.

---No te despidas, no lo hagas.

---¿Entonces cuando? ---Ríe sin una pizca de gracia. ---Mañana te vas. Y probablemente lo hagas, tienes todo listo. ---Voltea nuevamente y sale de la pieza dando grandes zancadas con Cassie corriendo tras él.

---¡Dime algo, dime lo que sea! ---Grita en el marco de la puerta, George voltea de lado y le sonríe apenado. ---Lo que sea.

---Te quiero. ---Y ya sin más se va por completo.

Se apoya en la pared sollozando desesperadamente. Sentía que la despedida había sido real, un adiós de verdad y creía estar preparada para ello pero cae al suelo atormentada, con la cabeza entre las piernas y un llanto descontrolado.

---Cassie. ---Era Harry quien había escuchado los gritos y se arrodillaba en el suelo rodeándola con los brazos.

---No puedo más. ---Balbucea abrazándose a él con fuerza. ---No puedo, Harry.

---Todo va a estar bien. ---Susurra besándole la frente y ella lo mira. Gracias a sus ojos empapados no lograba enfocar bien. ---Vas a hacer lo correcto. Yo estaré contigo, sea cual sea tu elección, ¿sí?

Ella asiente volviendo a sucumbir en sollozos incontrolables. Tal vez se quede porque ciertamente, Luna tiene razón. Ama a George, si no, como es posible este río de lágrimas por un simple adiós. Un adiós seco, sin ni siquiera un abrazo. O tal vez se vaya, sabe que Malfoy siente cosas por ella, y aunque no sean reales, jamás sufriría por él de este modo. Nunca sabrá sus verdaderos sentimientos, se los ocultaría y todo sería más fácil. Porque ya está cansada de luchar y de intentar ser feliz.

Se tumba en la cama con los ojos hinchados y adoloridos, acaricia la cicatriz de su costilla izquierda y siente que ha pasado mucho tiempo de ello. No quiere que sea mañana, no quiere terminar con la tempestad que vive en ese momento para volver a recordar aquella tortura y bien sabe que la ha olvidado por tener mucho en que pensar, y bien sabe que esa pesadilla está aguardando el momento oportuno para volver a torturarla por siempre.