George, no estás sólo. [Completa]

El Boggart.

- ¿Por qué debo ir yo? – murmura un afligido Ron observando un armario.

- Porque tu boggart es una araña. – ríe Cassie con varita en mano.

- El de Hermione es una mala calificación! – se queja haciendo muecas con su rostro.

- Eso fue en tercer año... Obviamente los miedos cambian. – dice Hermione sentada junto a Harry en un sillón.

Ron suspira y mantiene la vista fija en el armario, concentrado. Cassie abre el armario y vuelve a su puesto. Hubo unos minutos de espera antes de que saliera una araña gigante de este. De la garganta de Ron sale un pequeño gemido de histeria.

- Por favor, Weasley. – dice Malfoy aburrido.

Ron arruga la frente y exclama Riddikulus, a la araña siniestra le salen patines en las ocho patas y resbala cayendo estrepitosamente, apenas rieron ante ello.

-Mi turno. – anuncia Hermione tomando el puesto de Ron. El boggart se transforma en la profesora McGonnagall y antes de cualquier acto, Hermione lanza el hechizo y la profesora-boggart se transforma en una especie de payaso. Las risas volvieron a ser vagas.

A pesar de ello el boggart se nota confundido por la presencia de varios chicos. Harry se levanta del sillón dando pasos hacia el. Un frío demencial recorre la habitación cuando se transforma en un asqueroso dementor. Harry lanza el hechizo rápidamente, este resbala y cae al suelo. Sólo Ron y Harry lograron sacar un par de risas sin gracia alguna.

Era entonces el turno de Cassie. Traga con dificultad pensando en que se convertirá su boggart, pero su subconsciente le juega una mala pasada. Hermione ahoga un grito, todos estaban conmocionados. Era el cuerpo de Harry en el suelo sin vida. Con la mano temblándole conjura el hechizo y su hermano se levanta comenzando a danzar, pero no daba risa. Sus ojos verdes estaban sin vida.

El boggart fija su atención en Draco Malfoy, la cara del boggart-Potter comienza a palidecer, su nariz se hunde y aparecen dos rendijas, sus ojos se tornan rojos y su cabello desaparece. Esta vez Hermione chilla. Lord Voldemort se ha materializado en la habitación.

Cassie corre y lo empuja tratando de meterlo nuevamente en el armario. El boggart ríe con la misma voz del señor de las tinieblas poniéndole los pelos de punta. Apunta hacia él cambiando su aspecto a una diva de televisión con una fea peluca amarilla. Nadie ríe. Nadie respira. Vuelve a transformarse en la araña gigante y Ron lanza el último hechizo esfumándolo por completo.

Todas las miradas se fijan en el pálido rubio.

-Bien. – dice Hermione tratando de recuperar la compostura. – Es todo.

Sale de la habitación con Ron siguiéndole los pasos. Los tres chicos se miran en silencio.

- ¿Voldemort? – logra preguntar Harry.

- No tienen idea. – murmura Malfoy ásperamente.

- Pudo haber sido cualquiera de los tres. – Trata de consolarlo Cassie. – Iba a aparecer en esta habitación de un modo u otro.

- Solo espero que no haya otro escondido. – dice Harry.

- Da igual. – dice Malfoy saliendo de la habitación dejando a los hermanos solos.

Cassie aparta la mirada de Harry y se abraza a si misma haciendo tronar su cuello, sabe perfectamente de que le va hablar y no quiere hacerlo.

-Tu boggart. – comienza Harry y le da la espalda. – Cassie...

- Déjalo así. – se queja ella apretando los dientes. – Iba a ser Voldemort... pero recordé cuando te vi en brazos de Hagrid. No quiero hablar de eso. ¿Ya?

- Nunca más va a pasar algo así. – dice Harry con voz firme. – Voldemort se ha ido.

- Pero todavía no se ha acabado. – sentencia ella dándose vuelta para mirarlo. – Están estos idiotas... y no sé por que, pero dan miedo.

- No dan más miedo que Voldemort, Cas.

- No, pero Goyle no nos quiere solamente matar, Harry. Quiere hacernos sufrir antes. ¿Lo entiendes? Voldemort solo te quería ver muerto, una luz verde y ya...

- Vamos a acabar con esto. – le sonríe. – Juntos.

Le devuelve la sonrisa algo entristecida y lo abraza de manera fuerte. No quería nunca jamás volver a toparse con un boggart. En tercer año no alcanzo a saber que era su boggart.

Bajan las escaleras juntos hasta el gran comedor, se sientan sobre la mesa en silencio.

- ¿Qué crees que pase ahora? – pregunta Cassie.

- No lo sé. Creo que la señora Weasley ha salido a ver casas.

- No, se quedarán acá. Tal vez nosotros debamos comprarle la nueva casa... No lo sé.

Harry se encoge de hombros y Cassie hace tronar su cuello, como siempre hace cuando está nerviosa.

Pronto Ron, Hermione y Ginny se unen a ellos, la menor de los Weasley venia con el ceño fruncido, claramente disgustada.

- ¿Qué sucede? – pregunta Harry haciéndole un espacio para que se siente junto a él.

- No entiendo porque a Malfoy le gusta tanto pasar tiempo con Teddy.

- Porque es su tío.

- Aun así... No me gusta nada.

- Acostúmbrate. – dice Cassie de mala gana.

- ¿Y a ti que te sucede?

- Me canse de que lo traten mal. ¿No se dan cuenta? Si no fuera por él no sabríamos nada...

- Pero...

- Pero nada. – pone los ojos en blanco y se levanta. – Debo irme.

- ¿A dónde crees que vas? – pregunta Ron.

- Debo... salir.

- No irás a ninguna parte. – dice Harry.

- Oh Merlín... debo ir a ver a Mundungus Fletcher. En el callejón Diagon.

- ¿Para qué? – pregunta Hermione con curiosidad.

- Porque tiene información acerca de Azkaban.

- ¿Y pretendes ir sola? – Cassie voltea a su lado, George se sentaba junto a ella, llevaba las cejas alzadas.

- ¿Algún voluntario?

- Yo puedo ir contigo. – propone Ginny.

- No. – responden Harry y Ron al unísono, Cassie comenzó a aburrirse de la forman en que actúan, tan paranoicos. Era solo el callejón Diagon.

- ¿A dónde iras? – Draco hace su entrada con Teddy en brazos.

- Al caldero chorreante.

- Yo te acompaño.

- No. – dice George frunciendo el ceño.

- ¿Y tú me lo vas a impedir? – una sonrisa ladina apareció en el rostro del rubio y George aprieta los puños.

- Tú tienes que descansar. – se apresura a decir Cassie antes de que algo malo pasara. – Ginny, vamos. – se levanta para encaminarse al vestíbulo.

- No, yo voy contigo. – anuncia George levantándose también.