Esto se sentía en la gloria. Sus labios iban recorriendo todo mi abdomen hasta llegar al borde de mis pantalones me sentí más nerviosa y al parecer el lo noto.-Shhhh, tranquila todo estará bien si?-él solo esperaba mi afirmación para que pudiera continuar en lo que estaba, no podía más el remolino de sensaciones que jamás había sentido era más fuerte que mi cordura y sin pensarlo dos veces asenti, sentí sus largos dedos desabrochar mis plantaciones mientras él besaba cada parte de mis pechos. Sus manos empezaron a bajar poco a poco mis pantalones hasta llegar hasta las rodillas. Se detuvo ahí y fue al nivel de los pies, me quito los converse uno por uno y bajo por completo el pantalón, quedando yo simplemente en mis diminutas bragas.
- Eres tan hermosa-dijo mordiéndose el labio inferior y sacándose el suéter, quedándose desnudo desde la cintura hacía arriba. Es tan hermoso. Comenzó un camino de besos desde los pies hasta mi cintura, se detuvo ahí y posicionó su nariz entre mi entre pierna.-Hueles tan bien-me sonroje aún más con su comentario. Volvió hacía arriba y me beso mientras me besaba sentía como él iba bajando poco a poco mis bragas. La saco por completo de mi cuerpo, se recostó a mi lado y se quedo observándome, como si fuera una obra de arte. No se cuanto tiempo duramos así, pero me sentía especial, no tenía tanta vergüenza como al principio. Él me transmitía seguridad y confianza no se de que manera,pero lo hacía.
Se movió y extendió su mano a la mesita de noche extrayendo consigo un sobre plateado, lo sostuvo con su boca mientras retiraba sus bóxer. Mis ojos se iban agrandando mientras él se lo retiraba, cuando terminó al fin pude ver su pene por completo. Empecé a sentirme nerviosa, era muy grande a decir verdad ¿Eso podrá entrar completamente en mí?. Mi rostro en este momento era un dilema.
—Tranquila, no sientas miedo.—dijo. Se posicionó arriba de mi y comenzó a besarme, sus caricias eran suaves y sus besos dulces y llenos de pasión, aún no lo podía creer que diera este paso tan grande en mi vida y mas a mis 18 años de edad. No es que quisiera llegar virgen al altar eso casi no se usa, pero jamás imaginé que yo lo estuviera apunto de hacer un chico que apenas conocía. No lo entiendo, cuando me lo propuso quería negarme, pero había algo en mí una Feriha distinta que quería arriesgarse y conocer cosas nuevas, experimentarlas mejor dicho.
Salí de mis pensamientos cuando él se posicionó entre mis piernas, abrí mis ojos y me encontré con su mirada tan hermosa, tan profunda y llena de misterios que por mi curiosidad quieren ser descubiertos, pero la feriha miedosa que está dentro de una pequeña celda me dice que no me atreva a acercarme, que lo rechace en ese momento que recoja mi ropa y que me las ponga. Que ese lugar no es para mí.
—Quiero que me digas que me detenga si no aguantas. Esto te dolerá un poco.—dijo entrelazando nuestros manos y agarrandome fuerte queriendome decir que no me aleje si me lastima que me quede con él a pesar de todo. Sentí su punta en mi entrada me sentía bastante excitada, su otra mano bajo a mi parte y lo sentí extraño ya que nadie menos yo me había tocado allá bajo. Su dedo tocó mi clítoris y un pequeño gemido salió de mi boca intenté cayarlo, pero no pude.—Amor no lo cayes déjame escucharte—me dice de forma delicada. Sentí dolor y placer a la vez mientras iba entrando dentro de mi, ya que él no dejaba de tocar mi clítoris mientras entraba.
Las lágrimas se asomaron y no pude contenerlas en su lugar. Mientras él entraba por completo, no dejo de decirme cosas bonitas y su mano no dejo de acarisiarme. Cuando estuvo adentro dejo de moverse se sentía extraño y dolía a la vez, pero el trataba de suavizar el dolor con sus palabras dulces, apretando nuestras manos entrelazadas. Más lágrimas se asomaron, nuestras miradas jamás se separaron, beso mis lágrimas con sus besos húmedos dándome a entender de que él estaba ahí para mi. El dolor iba desapareciendo y ya no sentía como antes, él aun no se había movido con temor a que me doliera.
—Ya te puedes mover—dije en un susurró.
—Segura?—preguntó. Yo simplemente asenti con mi cabeza y él se empezó a mover lentamente el dolor seguía, pero este ya estaba siendo sustituido por una ola de placer. Sus movimientos eran lentos y placenteros. Yo quería más y más.
— Más rápido—dije. Él no hizo lo que le pedí siguió su ritmo lentamente, haciéndome sufrir quería más en realidad. —Más, por favor.
—Tranquila—dijo y seguía con ritmo lento. Mis paredes vaginales se adaptaron rápido a su tamaño, nunca pensé que él podía entrar completamente en mí. Su mano bajo de nuevo a mi clítoris y empezó nuevamente a acariciarlo, mi cuerpo entró en calor y sentía que algo se oprimía en mi estómago, sentí un temblor y sin darme cuenta el placer que me daba llegó a su clímax me sentí tan relajada cuando llegué. Él se retiró dentro de mi con plena delicadeza se masturbó y por su grito supe que también había llegado a su clímax. Se retumbo junto a mi y nos cubrió con las sabanas blancas de la cama, le di la espalda y me aleje un poco de él, ahora la vergüenza venía a mi nuevamente. ÉL me abrazo por la cintura como respuesta y me acercó a su pecho, besó mi cabeza y me susurró.
—Ahora duerme—sus palabras hacen que mis párpados se cierren y voy cayendo poco a poco en el mar de los sueños.
Chicas disculpen la hora. Aún sigo enferma y no les quiero fallar por eso estoy haciendo lo posible por subir.
Las amo.
Espero que les haya gustado.
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Serás tú.
RomanceNadie define tu futuro, sólo alguien superior a los que te rodean. Esta es la vida de una joven de 18 años cansada de la misma rutina. Te suena familiar Atrévete a conocerla. Se vale dejar un voto y comentario todo en la vida es gratis si te lo pro...