- Ya no puedo más- sentándome en una de las mesas vacías de la cafetería.
- No te quejes, al menos nos fue bien en las propinas, más a ti que a mi por lo que veo.-dice Helen
-Nos fue bien, por que el famoso de taller de O'Sullivan company se pospuso por lo que escuche hasta mañana. Parece que al presidente le sucedió algo.- dije recordando las palabras exactas que dijo una de las secretarías que vino a la hora de comer.
- ¿Que sería de aquel guapo que vino ayer a la cafetería?- pregunto Helen, yo inmediatamente baje mi mirada para que no notará mi sonrojo, pero al parecer no tuve - Hey, como que te gusto el tipo-.
- Cállate Helen, no digas estupideces.- al decir helen esto se escuchó la capanita de la puerta anunciando que alguien había llegado.
- Hablando del rey de Roma mira el guapo que se azoma-Me volteo y lo vi, era él el chico de los ojos chocolates y de mira intensa y penetradora.- Vaya a atenderlo está en una sus mesas señorita.
- Está me la pagas Helen.
- Con una salida a la disco mi amor.
-Jamás.
- Anda no seas aburrida—dijo con una sonrisa pícara en su cara.
- Ya veremos- di como concluida la conversación por que ya me estaba acercando a la mesa y no quería que nadie exclusivamente el "guapo" como dice Helen se enterara de nuestra conversación.
- Buenas tardes, ¿Que desea ordenar?- dije con mi vista hacia la libreta. No quería subir la mirada ya que la última vez me puse nerviosa y no lo supe disimular.
— Por ahora no quiero nada. Te avisaré cuando quiera algo.— dijo algo ¿Enojado?. Volví a la caja y me quede un rato más charlando con Helen, poco tiempo después entro una mujer al parecer ayudante o secretaría de el chico por que duraron un buen rato hablando con el y anotando cosas en una pequeña libreta. Minutos después salieron juntos, él agarrando la cintura baja de la mujer.
—Al parecer tu galán esta ocupado, panterita— dijo Helen con lágrimas en la cara de tanto reír
— Ocupado para ti, por que yo en ningún momento dije en que me lo iba a conseguir—dije un poco sería y divertida a la vez— Al parecer a quien no se le dará la oportunidad será a ti.
—Lo que tu digas a feriha, lo que tu digas.
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Ambas salimos a las 6 de la tarde, esta sería la ultima semana en que saldríamos a esta hora por causa de la Universidad que la iniciaremos en 3 días. Aprovechamos el tiempo que nos quedaba y nos fuimos a la librería a comprar las cosas necesarias, ya que Helen había pedido este fin de semana para ir ver a sus familiares y no tendríamos tiempo para comprarlo, además lo queríamos hacer juntas.
—Segura que te quieres ir caminando—dijo Helen
—Si, no te preocupes me queda cerca y además me servirá de ejercicios.
—Más de lo que hemos hecho hoy, no lo creo— dijo riéndose— Hasta mañana, llámame cuando llegues por favor—dijo levantando su mano y diciéndome adiós.
— Esta bien, cuidate tu también—dije giñandole el ojo— Te quiero.
— Deja tu drama, mentira también te quiero pendeja—dijo sacando su cabeza por la ventanilla del auto y gritando como loca. El chofer del auto solo aumento la velocidad como respuesta y al parecer ella se golpeó no tan fuerte en la cabeza, lo que provocó una gran carcajada de mi parte.
Con una sonrisa en la cara decidí comenzar a caminar con las bolsas en mano con dirección hacia mi casa. Una luces pestañantes de un coche me asustaron y mis bolsas cayeron al suelo, refunfuñón al momento en bajarme a recogerlas, pero al cogerlas otras manos fueron impuestas sobre las mías. En el momento me asuste e inmediatamente levante la mirada, me encontré con esos ojos cafés y esos labios rojos que no me había detenido a ver.
—Lo siento, no quise provocarte esto— dijo con voz ronca, me quede mirando su perfil un rato más, era perfecto, su mandíbula con esa barba que la cubría a causa no afeitarse por dos o tres días máximo, sus ojos eras hermosos. Eran como un mar de chocolates en cual te podías sumergir y comer de el. Su pelo, parte de el caían en su frente dando el encaje perfecto. Me di cuenta que me había quedado congelada por su belleza cuando el me estaba entregando las cosas y me estaba sonriendo.
— Lo sss—iento— dije tomando mis cosas y sonrojandome inmediatamente.
—No Perdóname tu a mí, fue mi culpa.
— Esta bien, no te preocupes. Hasta luego—dije un poco nerviosa y tratando de sonreír.
— No, espera. Que tal si te llevo cono disculpa por lo ocurrido.—dijo.
—No te molestes, enserio vivo cerca.
— Esta vez, no es una petición,es una orden.—dijo yo me quede charqueada por lo dijo—Perdón, lo que quiero decir es que una señorita como tu no debería de andar a estas horas de la noche y más por estas calles.— En el instante en que lo dijo abrió la puerta del Capitolio para mi.
No supe que hacer, mi mente decía que no me subiera al coche de un desconocido, pero mis piernas no respondían al mandato de mi mente y sin darme cuenta ya estaba adentro del auto super caro por más decir y él desconocido aunque casi conocido ya estaba montándose en su auto con una agilidad segura y elegante.
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Serás tú.
عاطفيةNadie define tu futuro, sólo alguien superior a los que te rodean. Esta es la vida de una joven de 18 años cansada de la misma rutina. Te suena familiar Atrévete a conocerla. Se vale dejar un voto y comentario todo en la vida es gratis si te lo pro...