Ya habían pasado cuatro meses desde que Castiel fue secuestrado por Dean, y el luto de la muerte de John había pasado más rápido que la fiebre por ser mago que tuvo Sam a los trece.
Castiel estaba enfocado en los movimientos de Sam y de Dean mientras estos cavaban huecos en la tierra.
Porque ese era otra novedad; ahora Castiel participaba más en la vida de los Winchester. Ahora mismo veía como los hermanos colocaban los restos almacenados que tenía Dean en el sótano en los huecos que estaban cavando; finalmente Dean apeló a la razón de su familia y empezaba a deshacerse de las evidencias que podían incriminarlo.
Entonces lo vio todo; ahí estaban partes de los quince muertos que llevaba Dean. Según había escuchado, esos muertos respondían a los nombres de: Lisa, Crowley, Johanna, Benny, Adam, un tal Rufus, Ellen, una amiga de Sam llamada Lilith, un idiota que estaba acosando a su mamá llamado Azazel, a sus abuelos maternos Samuel y Deanna (lo cual fue un accidente), y cuatro amigos que tenían en común Dean y Sam.
Por más misterioso que le pareciera, los primeros en morir fueron sus abuelos. Después de haber matado al perro del vecino, Dean estaba tan absorto en ocultar su crimen, que cuando sus abuelos se enteraron, fue inevitable colocarle veneno para las ratas en sus bebidas. El pobre chico estaba desesperado; y actuó sin pensar. Pero John sabía que no había sido un accidente, y aún así, no hizo nada para denunciar el crimen.
— ¿Por qué no hicimos esto antes? Tenía que morir papá para que hicieras limpieza. —dijo Sam cuando se quitó la camisa y siguió cavando.
Sam miró a Castiel; después de la muerte de su papá, toda la calentura que le tenía a Dean se deshizo como si hubiera salido de un hechizo. Terminó con Jessica, dejó la universidad y se dedicó a trabajar en el taller de Bobby junto a su hermano, más que todo para vigilarlo; y pues, Mary pudo respirar en paz cuando sus dos hijos estuvieron bajo su manto.
—Me gusta ver los trofeos que acumulaba con el tiempo —dijo cuando se encontró con una caja que tenía solamente dedos— Como por ejemplo, estos: ¿No lo recuerdas Sammy? Son de Alex, la chica que era amiga tuya y que un día desapareció misteriosamente.
Sam miró los dedos y reprimió unas arcadas: —Eres un enfermo, Dean —el rubio echó los dedos al hueco y la caja la dejó junto con las otras cajas— ¿En dónde dejaste el cuerpo de Alex?
Dean miró a todos lados y luego hizo una mueca de tranquilidad: —Por ahí...
Castiel sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había visto los carteles en donde pedían recompensa por el hallazgo de todas esas personas; y nunca pensó que el causante de todas esas desgracias fuera un chico de veintidós años que siempre lo miraba más de la cuenta cuando iba a buscar su auto al taller.
— ¿De dónde se conocen ustedes dos? —dijo Sam una vez se quitó el sudor del rostro y enterró la pala en la tierra— No recuerdo que mi hermano se haya acostado con tipos como tú.
—No sé que te hace creer que ando por la vida acostándome con cualquier hombre bonito que me invite una cerveza o me ofrezca un polvo. —Sam rió mientras que los colores se le subían al rostro a Castiel. Desde que lo habían arrastrado hasta la parte trasera de la casa y lo habían amarrado al suelo no había hablado.
—Cas no se ve como el tipo de persona que ofrece sexo o cervezas —Sam salió del hueco y buscó más cajas— ¿En serio te llamas Castiel?
—No... Mi nombre es James Novak. Pero Dean opina que mi nombre es aburrido —Castiel respondió mirando con los grilletes apretaban sus muñecas y sus tobillos— Y nos conocimos en un taller mecánico. Mi auto daba muchos problemas.
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Stockholm ||Destiel||
FanfictionLa definición del Síndrome de Estocolmo dice que sucede cuando la víctima se enamora del victimario. ¿Esto se podría aplicar a lo que siente James Novak por el secuestrador Dean Winchester? Cuando lo primordial era en un principio escapar del escal...