— ¿Tienes los silenciadores? —preguntó mientras sacaba un pedazo de trapo viejo y gastado de una caja al azar. Tenía que limpiar sus armas o de lo contrario éstas podrían dañarse— La última vez hubo testigos que se quejaron de ruido y alertaron a la policía.
—Lo sé, y me disculpo, no fue mi culpa —dibujó un gesto triste en su rostro y terminó de guardar las pequeñas navajas en los bordes de sus botas de cuero pesado. Estaban a punto de entrar a la casa de alguien y tenían que estar preparados— Sabes que me pongo nerviosa si veo a los niños.
Entonces se detuvo y la miró. A veces olvidaba que no era más que una jovencita que había arrastrado a ese feo mundo. Así que le sonrió mientras la abrazaba.
—No te presiones, cariño. Es realmente difícil hacer esto sin ti, y me preocupo de que puedan agarrarnos si hacemos un paso en falso —le limpió las lágrimas a su princesa y la miró. Había crecido tanto en esos últimos diez años, y todavía la seguía viendo como esa pequeña niña que aun lloraba la muerte de su mamá— Tenemos que buscarlo y cazarlo, de lo contrario todo esto habría sido en vano.
La jovencita se limpió las lágrimas y sonrió. Su papá tenía razón, no podía rendirse.
—Vamos Claire. Tenemos que cazar al desgraciado que asesinó a tu madre —Claire asintió y se recogió el cabello. La última cacería la habían tomado fuertemente del cabello y por eso tuvo que disparar; era la vida de ese infeliz o su cabellera— Y por favor. No dejes los silenciadores.
El hombre se alejó y se enfundó en su traje oscuro junto a las armas, pero se detuvo al sentir como la mano de Claire le sostuvo la camisa.
—Papá...
— ¿Si?
Claire lo abrazó una vez más.
—Te quiero, papá.
Y Castiel la abrazó de vuelta.
Él también quería mucho a su hija.
***
Después de la muerte de Dean, muchas cosas feas ocurrieron. Empezando por el hecho de que Castiel terminó de volverse loco y comenzó a asesinar a todos los que se parecían a Gordon Walker y a su familia.
Mary, a los pocos meses pudo contactar con Sam, y ambos se mudaron a un sitio muy lejos de Kansas junto a Eileen y el futuro hijo de ellos dos. Fue algo muy lindo.
Ketch regresó a Inglaterra junto a su nuevo aprendiz, Gabriel; como no pudo tener a Claire, se conformó con el rubio insolente. El resto de los compañeros universitarios de Sam y Gabriel hicieron su vida sin ningún inconveniente.
Chuck renunció a su puesto como director de Stanford y Lucifer se cambió de universidad; terminó sus estudios de comercio en otro sitio. Chuck se dedicó a la escritura y se desconectó del mundo después de la condena de Michael.
La familia de las víctimas de Dean nunca tuvieron consuelo de hallar sus cuerpos, y la policía se desentendió del tema dándolo por cerrado.
Jody quedó tan devastada al saber que uno de sus chicos favoritos, al cual consideraba como a su hijo, se convirtió en un secuestrador y terminó muerto. Nunca se enteró de las otras cosas atroz que hizo, pero vivió con la conciencia destruida. Al final contrajo matrimonio con el mecánico Bobby Singer y juntos adoptaron a un niño.
La casa Winchester fue vendida a una familia que misteriosamente falleció en el sótano. Y luego fue vendida a otra que tuvo el mismo final. Y así sucesivamente hasta que la casa se convirtió en un museo al ser tomada como una casa maldita por un secuestrador y asesino. Baby fue vendida a una tienda de antigüedades, y hasta el sol de hoy descansa entre el garage junto a otros carros clásicos.
Y Amelia... Amelia es la que más sufrió en toda esta historia.
Primero secuestran a su esposo, sufre durante ocho meses, las personas la tratan como si fuera una loca, su hija ni siquiera la soporta y las personas con las que contactó para buscar a Jimmy no la ayudan. Y después de todo ello, a pesar de que estaba rozando la locura, encontró a su esposo... que resulta que ya no era su esposo y que ahora estaba enamorado de su secuestrador. ¿Qué acaso su vida era un cuento irónico?
Sin embargo... sin embargo... Después de tener que ir al funeral del policía que asesinó a Dean, nunca esperó que Castiel escapara con su hija. No le dejó una nota, ni le dejó señales, ni siquiera dejó ropa. Sólo se había ido sin más.
Eso le dio a entender, que ya no podía ir en contra de la corriente. Se sentó en su cama, y en vez de llorar, se acostó a dormir ya cansada de todo.
Lo único que nunca se espero, es que no volvió a despertar. Y todo gracias a Ketch, quien se había asegurado de inyectarle una sutil sustancia que la había estado matando desde que regresó del funeral.
Nunca se supo que el británico la había asesinado.
***
Ahora, diez años después, Castiel se encontraba con Claire asesinando a todos aquellos que se parecían al asesino de su querido Dean.
Y Claire lo ayudaba.
Al final, lo que no pudo hacer Arthur Ketch, lo hizo Castiel.
Y lo que Dean comenzó como una nueva forma de vivir, Castiel lo continuó y lo pasó a la nueva generación.
—Papá —Claire se limpiaba las manchas de sangre con un papel desechable— Aún no entiendo por qué hacemos esto... Quien mató a mamá está muerto... Falleció el mismo día.
—Lo sé —respondió— Pero no pudimos hacerlo nosotros mismos...
Entonces Claire entendió lo que no había entendido hace diez años. Dean —a quien denominaba mamá— no había sido vengado, y ellos se encargaban de hacerlo.
— ¿Terminaste de escribirlo? —Claire asintió. Se alejó de la pared y abrazó a su padre mientras observaban la pintura.
«Nadie puede devolverlo»
Castiel sonrió. Nadie podía devolverle a Dean. Y eso lo había entendido todo el país.
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Stockholm ||Destiel||
FanfictionLa definición del Síndrome de Estocolmo dice que sucede cuando la víctima se enamora del victimario. ¿Esto se podría aplicar a lo que siente James Novak por el secuestrador Dean Winchester? Cuando lo primordial era en un principio escapar del escal...