Stockholm ||Destiel||

Final

[Esto si es el final de Stockholm. Ahora lloren conmigo]

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La casa de la familia Walker estaba oscura y silenciosa.

El luto que se guardaba significaba que había un verdadero pesar en el ambiente.

La señora Walker llegó después de las primeras horas del funeral a su casa junto a su hija porque no podía aguantar la pérdida de su marido y el constante recordatorio de que ya no estaba junto a ellas. Se sentó en la silla frente a la chimenea junto a su pequeña y las dos lloraron.

No era la primera vez que perdían a un familiar. Y ellas lo sabían. La razón por la cual Gordon de había unido a la policía en primer lugar, fue para vengar a su tío Rufus, quien un día se fue y nunca regresó a casa.

Resulta ser que el hombre había fallecido y nadie sabía. Pero entre unas noches que Dean pensó que estaba absolutamente solo, comenzó a hablar; nombres, fue lo que dijo. Y de su boca salió el nombre de Rufus junto a una sarcástica risa...

Eso fue todo para saber que le había sucedido a su tío. Y ahí comenzó todo el plan. No le importaba si eso podía costarle su trabajo, pero él asesinaría a ese miserable; aunque no sólo le costó su empleo, sino también su vida.

Y ahora estaban solas las mujeres de la familia Walker, llorando al padre y esposo que un día también salió y que tampoco regresó.

Pero lo que ellas no esperaban, era la presencia de un tercero en la casa. Alguien que las estaba observando.

Lo próximo que escucharon fue el sonido de un arma al ser cargada.

La viuda agarró a su hija entre sus brazos y le besó el cabello. Le susurró un «Te amo» cargado de sentimientos sublimes junto a unas cuantas lágrimas; la niña se aferró a los brazos de su madre y cerró los ojos. Sólo quería que no doliera.

Y entonces jaló del gatillo. Dos veces.

***

La policía no dejaba de trabajar ese día.

Y eso lo demostraban mientras recogían a par de cadáveres en la vivienda del ex policía al cual estaban velando hace unas pocas horas.

Los compañeros se paseaban de un lado a otro observando la escena del crimen. Pero nada los había preparado para lo que había en aquella pared.

«Nadie puede devolverlo»

Estaba escrito con la sangre de las víctimas, en la pared más grande de la sala. El líquido espero se deslizaba por las paredes hasta caer en el suelo, y las moscas empezaban a pegarse en la superficie plana; cuando los oficiales fueron a verificar los cuerpos, estos tenían un agujero en el pecho, del cual aún salía sangre.

El agujero se veía dilatado, y posiblemente habían rastros de ADN.

Pero en ese momento, los policías estaban tan escandalizados, que ni siquiera se dieron cuenta que alguien observaba por la ventana con gesto preocupado.

***

Esa noche, Castiel regresó a la casa de Amelia, y luego de bañarse y quemar su ropa, se acostó a dormir con su hija.

Esa fue la última noche que Amelia tendría a sus dos amores debajo del mismo techo.

Y esa noche, sería la primera de muchas para Castiel, en donde todo cambiaría radicalmente.

Fin.